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La violencia en arauco
-Usted ha informado públicamente que en los últimos cuatro meses ha habido más de cincuenta ataques en la Provincia de Arauco. ¿Tiene la información de cómo avanzan las investigaciones por esos hechos y si hay detenidos por alguno de esos casos?
-Desde marzo de 2018 hemos presentado 163 querellas, 28 ya están cerradas, y varias de ellas tienen medidas cautelares. De hecho, el jueves en la mañana hubo un procedimiento policial donde se detuvo a tres personas y quedaron con medidas cautelares. Además, había un grupo que se denominaban presos políticos mapuches, pero que de presos políticos no tenían nada, que estaban detenidos por causas en que nosotros somos querellantes. Y hay casos que son realmente brutales. Porque una cosa es lo que le pasó a Moisés (la víctima fatal del homicidio ocurrido el pasado martes en Cañete), que lo mataron a quemarropa, pero además está la muerte de don Jorge Maulén (junio de 2019, Tirúa), de la señora María Elodia Aguayo (diciembre de 2019, Tirúa) y don Eleodoro Raimán (diciembre de 2019, Contulmo), que son personas que murieron porque a alguien se le ocurrió que a través de la violencia podía torcer algunas cosas. Creo que tenemos una deuda como Estado con las víctimas, pero ya se están dando algunos resultados. Y un ejemplo de algo que puede mejorar es que hace una semana detuvimos 10 camiones por robo de madera y en el Senado se rechazó un proyecto de ley que aumentaba las condenas por ese delito. En este caso se detienen, pero al otro día salen en libertad en el control de detención, porque la ley es bastante débil. Ahí también tenemos desafíos que corresponden a otros poderes del Estado.
-¿A qué atribuye que estas víctimas de la violencia, varias mapuches, sean poco conocidas?
-Efectivamente, la señora María es madre de Claudio, un dirigente mapuche de Tirúa, el señor Raimán tenía un emprendimiento turístico. Y más que atribuir a algo, yo simplemente quisiera decir que no podemos tolerar más víctimas como ellos. Y en ese sentido tenemos que hacer un esfuerzo todos, desde el Estado, pero también la ciudadanía. Cuando conversaba con Viviana, Luis y Cristiana -parte de la familia de Moisés- aparte del "basta ya", ellos me dijeron que en la comuna se habla mucho de las personas que podrían estar implicadas en este tipo de delitos. Y bueno -díganle que denuncien, hay que denunciar- les dije, pues si no, terminan siendo cómplices. Uno podría pensar que debido a la lógica de estos delincuentes y terroristas, como infunden miedo, la gente tiene temor de denunciar. ¡Pero hay que denunciar! La lógica nuestra, de haber fortalecido la Policía de Investigaciones, que tiene dos brigadas allá, además de Carabineros, es justamente procesar las denuncias de los ciudadanos. Y hay cómplices pasivos de distinto tipo. Hay gente que no denuncia pese a que puede tener información. Y hay gente que tiene propiedades tomadas que tampoco denuncia. Y uno espera que haya también más colaboración. La deuda es del Estado, pero también la ciudadanía tiene un rol, realizando las denuncias respectivas.
-¿El Estado puede asegurar la protección a quienes realicen estas denuncias?
-Efectivamente, se ha hecho con varios casos y tenemos medidas de protección en el territorio. Lo importante es que seamos capaces juntos de enfrentar ese desafío: Estado y ciudadanía. Pero, por otro lado, para no quedarme solo con la mirada desde la seguridad, también es muy importante que abordemos el tema de manera muy integral. Y lo que impulsa el Presidente con la ministra Rubilar -el comité que se formó de manera intersectorial- también creo que es un gran aporte, porque se confunde mucho la causa mapuche con la violencia. Y los violentistas son un grupito bien reducido. El tema del pueblo mapuche es mucho más amplio.
-¿Cree que se debe incorporar a los grupos más radicalizados -aquellos que justifican los ataques como "actos de sabotaje"- en posibles instancias de diálogo?
-Para poder conversar con ellos tendrían que deponer la violencia, porque de lo contrario sería una conversación asimétrica. La violencia es una forma de presión y no es parte de un proceso democrático, donde hay que validarse a través de las ideas y no de la fuerza.
-¿Y los privados -como las empresas forestales presentes en Arauco- deberían sumarse a los procesos de diálogo?
-Por supuesto, la mirada integral no solamente debe ser la del Estado. De mi parte, vamos a generar una convocatoria amplia donde podamos conversar no solamente con representantes del pueblo mapuche, sino también con representantes de las comunas y también quienes tengan algún tipo de inversión en el territorio.
-¿Qué es lo que ha cambiado de su visión respecto del problema que se vive en Arauco ahora que ha debido viajar mucho más a la provincia y conversar con sus habitantes?
-Uno ve que hay un nivel de violencia que yo nunca había visto. El poder de fuego que tienen los violentistas es brutal. El usar autos bomba, el tener la cantidad de armas que vimos el jueves -un arsenal, en una familia de tres personas- demuestra que hay preparación, hay equipamiento. Y con la muerte de Moisés uno ve que también hay voluntad de destruir lo que se te cruce. Eso interpela a que sigamos haciendo esfuerzos para que quienes han cometido estos delitos o tengan intención de cometerlo sean detenidos. Y por eso el llamado es al Poder Legislativo para que se aprueben proyectos como el fortalecimiento de las policías, inteligencia, o mayores condenas para el robo de madera. Pero desde otro punto de vista, he tenido la posibilidad de compartir con personas de la Provincia de Arauco y uno ve que hay una gran fortaleza para emprender. He estado con grupos de emprendedores del ámbito turístico y también personas que valoran muchísimo su entorno. Hay un potencial que es muy grande y en la medida que se haga responsablemente, respetando las tradiciones, es algo muy potente para el futuro.
El intendente Giacaman plantea que en Arauco se vive un nivel de violencia que nunca había visto. Pero, a la vez, destaca la capacidad de emprendedores de la Provincia, especialmente en el ámbito turístico.