"Está muy arraigada esa visión masculinizada de la norma jurídica"
La corporación trabaja para incorporar la perspectiva de género en las sentencias a través de distintas capacitaciones y cursos en el Poder Judicial y su próxima meta es que la nueva Constitución sea paritaria.
La magistrada recalca que es importante que desde el pregrado se incorpore la perspectiva de género en la educación del Derecho, algo que no se ha actualizado.
La creación de la Secretaría de Igualdad de Género y No Discriminación en la Corte Suprema fue uno de los avances que tiene a su haber la Asociación de Magistradas Chilenas que el próximo 25 de octubre cumple siete años de funcionamiento en defensa y promoción de los derechos de las mujeres.
La tarea que han realizado no ha sido fácil. Especialmente porque sostienen que el Poder Judicial en su génesis es una institución culturalmente machista y patriarcal, por lo que la labor que han tenido que realizar las magistradas entre sus propios pares es la más relevante para que el trabajo con la norma jurídica esté plasmado con la perspectiva de género.
A lo anterior se suma que se está trabajando en la elaboración de un cuadernillo de buenas prácticas sobre la incorporación de la perspectiva de género en las sentencias y así no volver a repetir casos en que las víctimas son consideradas como causantes de provocar su vulneración por su comportamiento.
La ministra de la Corte de Apelaciones de Concepción, Carola Rivas, es quien preside actualmente la Asociación de Magistradas y si bien reconoce que el trabajo que realizan para instaurar la perspectiva de género en la labor normativa es de largo aliento y un cambio cultural, destaca los avances logrados a la fecha. Su foco está puesto ahora en que la Constitución sea paritaria, "que nos permita involucrar el pensamiento femenino en la creación de la nueva sociedad que queremos para el país", precisó.
-¿Cómo ha sido trabajar la perspectiva de género con el foco no sólo puesto en la aplicación de la norma, sino que en la cultura interna del Poder Judicial?
-Como todas las estructuras sociales, el Poder Judicial reproduce aquellas conductas que se dan en nuestra sociedad que es patriarcal y se han naturalizado muchas conductas machistas, pero también se reproducen desde el punto de vista en que nuestro derecho es patriarcal, creado por hombres y para hombres de determinadas características, por lo tanto, no tiene esa otra mitad del pensamiento humano, que es el femenino. Nuestra legislación tiene una visión androcéntrica y no la podremos cambiar mientras no haya mujeres participando en la elaboración de la norma y un ejemplo de eso es la comisión que iba a redactar el nuevo Código Penal, que está formada sólo por hombres.
-¿Entonces abogan por que la redacción de una eventual Constitución debe ir por esa misma línea?
-Es uno de los ejes más importantes, donde ya hemos realizados dos actividades bastante importantes y que es, precisamente, incorporar dentro de este proceso constitucional que estamos viviendo una visión de una Constitución nueva y paritaria, ese es hoy nuestro eje. Incorporando desde la norma básica y fundamental de nuestro Estado ya la visión de la mitad del pensamiento humano, que es la visión femenina sobre la norma jurídica.
-En estos siete años, ¿qué tan complejo ha sido el trabajo interno que han tenido que realizar con sus pares para que sus demandas sean validadas al ser un espacio donde predominan las conductas machistas?
-La asociación en sus inicios tuvo bastantes conflictos, precisamente por el hecho de que no somos una asociación gremial, somos una corporación de derecho privado cuyo objetivo es la defensa y promoción de los derechos de las mujeres. Y en un principio esta defensa se entendía como una afectación a la independencia que como juezas debíamos tener.
-¿Considera que el trabajo interno que han realizado se está viendo reflejado en las sentencias y el tratamiento cada caso?
-Creo que hemos ido mejorando, si bien no es una actividad que podamos decir que está superada y que todos los operarios del sistema judicial tienen presente el enfoque de género en la decisión como una forma de controlar la desigualdad normativa, es un trabajo actual, estamos recién viendo los resultados de las capacitaciones, porque la discriminación que hoy se vive es cultural y sólo lo podemos cambiar con educación.
-¿Cuál es la conducta cultural más arraigada y que tome más tiempo modificar?
-Dentro del Poder Judicial lo que está más arraigado es esta visión masculinizada de la norma jurídica sobre el sujeto al que se la vamos a aplicar, sin ver las diferencias que hoy hacen que esa norma se pueda convertir en discriminatoria para la mujer. El cambio que queremos es que esa norma puede no ser neutral como nos enseñaron en la universidad, sino que puede ser aplicada con una perspectiva que permita eliminar en su aplicación un resultado discriminatorio. Esto cuesta incorporarlo porque hemos sido enseñados por las universidades, donde yo no veo que hasta el día de hoy haya incorporación de temas de género en la propia enseñanza del derecho, por lo tanto, la construcción del pensamiento jurídico no incorpora esta variable, seguimos con las interpretaciones androcéntricas de un derecho enseñado por hombres.
-Pese a que como asociación han realizado seminarios y encuentros de esta índole con universidades, ¿las casas de estudios aún no incluyen este tema en sus estudios?
-Si bien hoy las magistradas tienen convenio con la Universidad de Chile para realizar seminarios sobre violencia de género, así como con la UdeC y la Universidad Alberto Hurtado, donde ha existido un trabajo con dichas casas de estudios, yo apunto al pregrado. En la enseñanza del Derecho para el alumno aún no veo en la malla curricular la formación de género. Pero sé que lo están cambiando, especialmente en programas de postgrados.
-¿Qué pasa con la perspectiva de género en casos de connotación pública como el de Antonia Barra, donde quedan latentes discriminaciones por ser mujer y que son vistas por otras posibles víctimas?
-Hay un problema de acceso a la justicia de mujeres que son víctimas de violencia de género, incluso en sus versiones más dramáticas como la violencia sexual o los femicidios, ahí podemos sacar de ejemplo la transmisión del caso de Nabila Rifo en cómo fue cuestionada y su vida privada e íntima publicada de manera totalmente errónea, en lo que incluso creo que tuvo mucha responsabilidad la transmisión que hizo el Poder Judicial del caso, no puede revictimizar a una mujer que es víctima a través de la exposición pública. Pero también se puede ver cómo los operadores jurídicos, los defensores especialmente, todavía tienen que fijarse en lo que constituye el derecho de la víctima y dejar de reproducir como la legítima defensa estereotipos de género.
-¿Cómo se logra que con estos antecedentes, las víctimas sientan confianza en el sistema y puedan denunciar sin temor a que van a ser juzgadas moralmente?
-Es un trabajo no sólo del Poder Judicial, sino que en conjunto con el Ministerio Público y la forma en que la Defensoría asume la representación de quienes son agresores de mujeres. También tenemos que capacitar a las policías que son, por lo general, quienes reciben la primera denuncia y ahí creo que estamos al debe, todo este sistema tiene que operar en coordinación, estar capacitar para hacer que la víctima confíe y tenga acceso a la justicia donde no sea revictimizada.