Gremios muestran preocupación por posible agudización de restricciones
Prevén eventuales suspensiones de obras y contratos, o demoras en la cadena de logística. En Penco y Tomé ya hubo algunas complicaciones.
Un total de 260 casos nuevos de coronavirus y otros ocho fallecidos registró ayer la Región del Biobío. Ambas cifras evidencian el aumento explosivo que la zona ha tenido durante las últimas semanas, fenómeno que llevó incluso a las autoridades locales a advertir acerca de la posibilidad de endurecer las medidas restrictivas en la Provincia, es decir, sumar a Concepción, Talcahuano y Hualpén a las cuarentenas totales que hoy experimentan Tomé y Penco.
Esta decisión es vista con bastante preocupación por parte de los principales gremios empresariales que hay en el territorio. Desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) Concepción, la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC) Biobío y la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) alertan sobre fuertes efectos en materia productiva, aunque este último organismo avizora resultados menos nocivos, ya que su actividad es considerada como esencial, lo que le permite seguir funcionando pese a las restricciones.
Dentro de las consecuencias, mencionan sus representantes, se encuentran la eventual suspensión de obras y contratos de trabajadores, atochamientos en sectores aledaños o demoras en la cadena logística de exportación.
EFECTOS
Helen Martin, presidenta de la CChC Concepción, sostiene que en caso de que las comunas que están en fase 2 bajen un nivel más significará "un tremendo impacto" en cuanto a la empleabilidad. Antes de la emergencia, el gremio aglutinaba 55 mil empleados, pero hoy son 45 mil. "Una cuarentena total en estas urbes de la Provincia nos haría llegar a la mitad de nuestra capacidad, por lo que perderíamos 25 mil empleos, fácilmente", reconoce.
Por esta razón, Martin insiste en la necesidad de definir a la construcción como una industria estratégica y esencial para el desarrollo, a modo de que se permita la continuidad de operaciones en estas etapas y "porque vamos al segmento más vulnerable de la población".
Al igual que Martin, el gerente general de la CPC Biobío, Ronald Ruf, observa complicaciones, aunque no solo desde el punto de vista económico. Según el dirigente, además de los problemas que se generarían en materia de contrato y tiempos de ejecución asociados, el potencial confinamiento de Concepción produciría nuevas aglomeraciones en otras áreas colindantes.
"Si se cierra Concepción, lo más probable es que se produzca un sobreatochamiento, especialmente si ese servicio existe como espejo en alguna otra comuna, porque la gente finalmente se moverá hacia otro lado", remarca Ruf.
El directivo agrega que una agudización en la capital penquista "llevaría a un efecto bastante más fuerte que en cualquiera de las otras ciudades, dado que Concepción es un eje estratégico en la economía".
A diferencia de la CChC Concepción y la CPC Biobío, en Asipes aseguran que, de tomarse una determinación más estricta, sobre todo en Talcahuano, no habrá un impacto en la producción, pues la actividad pesquera es calificada como esencial y se le permite funcionar bajo estrictos protocolos, según su presidenta, Macarena Cepeda.
Donde sí podría existir alguna secuela, agrega, es en la cadena logística exportadora, "porque esto traería una serie de demoras en todo lo que es el transporte asociado a los puertos y la logística de exportación".
PENCO Y TOMÉ
A partir de la noche del último viernes, Penco y Tomé iniciaron una cuarentena total producto de la alta cantidad de contagios. En vista de este escenario, los gremios consultados indican que de continuar la situación es probable que haya repercusiones serias.
Ronald Ruf cuenta que particularmente en Tomé existen empresas asociadas que no son catalogadas como esenciales y que pertenecen al área industrial. "Hemos tenido complicaciones, porque estas no podrán funcionar durante las próximas semanas y, al no funcionar, tendremos que esperar que pase el tiempo y que evalúen los propios directivos", dice.
Añade que el cese parcial de actividades impedirá cumplir en el tiempo estipulado contratos que ya funcionaban y "eso puede arrojar consecuencias económicas a la empresa". Solo en una de ellas hay decenas de trabajadores comprometidos.
En tanto, la CChC Concepción menciona que entre Penco y Tomé hay seis obras que están en problemas y que tienen contratadas a 542 personas, las cuales estarían con posibilidad de que se suspendan sus contratos.
Según Macarena Cepeda, en la planta de langostinos de Tomé las operaciones continúan a un 75%. "Con este ritmo la capacidad no se ha visto afectada, pero sí nos ha llevado a dejar un remanente de cuota que tendremos que capturar a fin de año", explica.