Necesidad de un pacto social para la reactivación
Los especialistas han señalado que es probable es que el coronavirus se transforme en un virus endémico, es decir, que se repetirá todos los años, con mayor presencia en invierno, tal como lo es la influenza, por lo que la población tendrá que aprender a convivir con esta enfermedad.
De acuerdo con las perspectivas del Banco Mundial, "el covid-19 hundirá este año a la economía global en su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial". El impacto de la pandemia y las medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla, han ocasionado una drástica contracción de la economía, por lo que el Producto Interno Bruto se reducirá un 5,2% como promedio este año. La actividad de las economías avanzadas se contraerá especialmente en Estados Unidos, Japón y Europa, mientras para América Latina y el Caribe, se anticipa un desplome promedio de 7,2%, ubicándose como la zona más golpeada por la crisis. La abrupta desaceleración económica en Estados Unidos y China ha alterado las cadenas de suministro de México y Brasil y ha provocado una fuerte caída en las exportaciones de economías generadoras de productos básicos, como es el caso de Chile y Perú.
De ahí que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha manifestado que este continente requiere con urgencia actuar por un nuevo pacto social, un instrumento político basado en un diálogo amplio y participativo que canalice acuerdos y consensos para enfrentar la contingencia y repensar la reactivación económica post pandemia. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la organización, ha señalado que Latinoamérica se enfrenta a una encrucijada y un momento excepcional para abordar el futuro con un fortalecimiento del rol del Estado, del mercado y de la sociedad. Ha precisado que la confianza en los Estados está hoy a prueba y que, ante la desconexión entre la sociedad y el Estado se debe avanzar hacia amplios pactos sociales en los principales sectores de la política, que deben incorporar aspectos como la sostenibilidad ambiental, la inversión y una política industrial que permita alcanzar el gran impulso para la sostenibilidad. "Estamos frente a una crisis sin precedentes que requiere transformar el modelo de desarrollo en América Latina y el Caribe, y promover políticas sociales universales, redistributivas y solidarias, ya que la región corre el riesgo de perder trece años de avances", ha expresado.
Las proyecciones de Cepal son aún más drásticas que las del Banco Mundial, al estimar que Latinoamérica sufrirá una caída del 9,1% en el PIB y un aumento de 5,4 puntos porcentuales de la tasa de desocupación, que llegaría a 13,5%. La pobreza aumentaría 7,1 puntos porcentuales, involucrando a 45,4 millones de personas más en comparación con el año anterior, con lo que el número total de personas que viven en la pobreza llegará a 230,9 millones (37,3% de la población latinoamericana). Del mismo modo, se acentuarán los focos de pobreza extrema, la desigualdad y la informalidad laboral. Por lo tanto, la Cepal propone un subsidio a las microempresas y expansión de créditos sin intereses por dos años para las pequeñas y medianas empresas; el rescate a las grandes compañías estratégicas, pero con ciertas condiciones, como que no inviertan en paraísos fiscales y no redistribuyan ganancias entre los socios. Y lo más importante, la necesidad de un pacto social de todos los sectores para comprometerse a impulsar la reactivación.
En Chile, el Gobierno ha formulado el plan "Paso a paso", con la meta de volver a poner en marcha la economía, considerando que la gran mayoría de las empresas ha tenido importantes caídas de sus ingresos y presentan dificultades para su mantención, con problemas serios para cumplir con sus obligaciones salariales, financieras, y de acceso a financiamiento para capital de trabajo. Por ello, es importante lograr un acuerdo nacional, para que el país enfrente unido los efectos que ha dejado la pandemia en la economía.
La Cepal ha manifestado que nuestro continente requiere con urgencia actuar por un nuevo pacto social, un instrumento político basado en un diálogo amplio y participativo que canalice acuerdos y consensos para enfrentar la contingencia y repensar la reactivación económica post pandemia.