Reactivación económica y señales para regiones
Esta semana, fue de contrastes en materia de anuncios para la reactivación económica de regiones como Biobío.
En primer lugar, se dieron a conocer los detalles locales del Plan "Paso a paso, Chile se recupera", que había anunciado el domingo último el Presidente Sebastián Piñera. Se trata de una iniciativa que considera obras públicas por un monto superior a los $27 billones (US$34 mil millones) a ejecutar entre 2020 y 2022.
Tras el anuncio nacional, autoridades locales realizaron el análisis regional de las iniciativas involucradas para los ministerios de Obras Públicas (MOP) y Vivienda. En el primer caso, el MOP prevé la activación de más de 70 proyectos por un monto superior a los $140 mil millones, lo que -de acuerdo al plan- permitirá generar 4.500 empleos nuevos en Biobío, en un plazo de dos años.
En la cartera hay iniciativas intensivas en mano de obras relacionadas a agua potable rural y conservación de caminos, así como la ampliación y mantención de las pistas de rodado del Aeropuerto Carriel Sur y el avance de la costanera Concepción-Chiguayante.
Están consideradas también la Ruta Nahuelbuta -que unirá a las regiones de Biobío y La Araucanía y que estima la creación de unos 500 empleos mensuales- o la aprobación de recursos para la expropiación de los terrenos en que se levantará el denominado Puente Amdel y la construcción del Puente Ferroviario.
El plan "Paso a paso, Chile se recupera" promoverá además en la zona inversiones en materia deportiva, espacios públicos, agricultura, y transporte y telecomunicaciones.
Asimismo, se considera la agilización para la licitación y construcción de 31 proyectos por medio del sistema de concesiones de Obras Públicas. Para el período en cuestión, Biobío cuenta con cuatro proyectos, en donde destacan la Red de Hospitales de Biobío y el Puente Industrial. Además figuran la reposición de la Plaza de Talcamávida, en Hualqui, la construcción del Paseo Ferroviario, en San Rosendo, la implementación del Plan de Movilidad con señalética, semáforos y veredas especiales para preparar los espacios públicos en miras del desconfinamiento o los programas de reactivación económica para pequeños y medianos propietarios forestales.
En el caso del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, a nivel local se proyecta una inversión de $108 mil millones para subsidios habitacionales y obras urbanas. En el ámbito habitacional, se adelantó una inversión de $97 mil millones. A través de estos recursos se espera contribuir al desarrollo de una serie de conjuntos que deberán iniciar su construcción a partir de los próximos meses.
Entre las iniciativas destacadas se encuentran los conjuntos Prais de San Pedro de la Paz (208 viviendas), Villa Esperanza de Nacimiento (296 viviendas) o Mi Sueño de Cabrero (400 viviendas). Se suman a 17 proyectos de equipamiento destinados a mejorar espacios comunitarios y que estarán en condiciones de partir prontamente. En su conjunto, estos planes posibilitarán crear unas 10 mil plazas laborales.
En términos de mejoramiento urbanístico, aunque en un menor rango, el Minvu prevé la generación de 1.430 nuevos empleos con una inversión de $10 mil millones.
El plan de recuperación también suma a la inversión privada. Según anunciaron desde Gobierno, a nivel nacional se gestionarán 138 proyectos sustentables que comenzarán sus operaciones entre 2020 y 2022. Diez de ellos están en la Región y generarán un total de 8.600 empleos directos. Dentro de las iniciativas se encuentran los parques eólicos San Matías y Campo Lindo y la modernización y ampliación de la Planta Arauco.
Pero junto con un ambicioso plan de inversión en la Región -el cual tiene la característica de ser sectorial y planificado en su mayoría desde la capital con bajada a través de las secretarías regionales ministeriales- se ha conocido de malas noticias para los recursos que corresponden a asignación regional. Se trata específicamente de más de 5 mil millones de pesos rebajados por la Dirección de Presupuestos (Dipres) del Ministerio de Hacienda, al presupuesto del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) del Gobierno Regional de Biobío y otras regiones perjudicadas, lo cual fue calificado por el Consejo Regional como "una decisión centralista e inédita, jamás vista desde la creación de los gobiernos regionales y que estimamos que va contra todos los anhelos de quienes queremos regiones con independencia en sus decisiones, con mayor presupuesto y con las competencias suficientes para desarrollarse y crecer día a día".
En efecto, el reclamo de los consejeros -al que se han sumado también gremios productivos locales y el Observatorio Fiscal de Corbiobío- tiene asidero, aunque refleja de algún modo un fenómeno de larga data y bastante estudiado: la desconfianza que se genera desde el centro a la forma en que se invierten los recursos subnacionales, especialmente en momentos de crisis como los que vivimos.
De acuerdo a lo planteado por el Consejo Regional de Biobío "esta rebaja presupuestaria viene en total contrasentido de la regionalización y descentralización que se desea instaurar en nuestro país, ya que es una medida tomada desde el nivel central, sin consulta ni aviso previo a los consejeros regionales, quienes conocemos el territorio y sabemos las necesidades de la región".
En efecto, se podría comprender que un recorte de esta naturaleza es necesario debido a la pandemia, pero lo que molesta es que las decisiones se conozcan de manera tardía y como hechos consumados.
Junto con un ambicioso plan de inversión en la Región -el cual tiene la característica de ser sectorial y planificado en su mayoría desde la capital con bajada a través de las secretarías regionales ministeriales- se ha conocido de malas noticias para los recursos que corresponden a asignación regional.