Percepción empresarial llega a su peor nivel en cuatro años
Encuesta reunió la opinión de 110 empresarios y líderes locales. Futuro de la inversión es la principal inquietud
Malas noticias entregó ayer el Índice de Percepción Empresarial Regional (IPER), encuesta semestral elaborada por la Universidad Andrés Bello, la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC) Biobío y la Consultora EY. En su décima octava versión, el indicador de percepción alcanzó solo 32 puntos, el más bajo desde junio de 2016.
En esta oportunidad fueron consultados 110 empresarios y líderes de opinión locales, quienes representan en un 67% a las grandes empresas de la zona. El 33% restante se divide entre pequeñas y medianas.
"La fuerte caída del IPER es la representación de los efectos que tiene la pandemia sobre las expectativas de las empresas. Este resultado muestra la situación actual de la actividad económica del país y refleja la incertidumbre que existe respecto de cuándo se podrá retomar la actividad económica con cierta normalidad, junto con los efectos agregados en el empleo y la demanda agregada", sostuvo Ricardo Fuentes, director de Ingeniería Comercial de la Universidad Andrés Bello (UNAB), sede Concepción.
Además del académico, la presentación del informe estuvo a cargo del gerente general de la CPC Biobío, Ronald Ruf, y Mauricio Pérez, associate partner de EY en Concepción
INVERSIONES
Uno de los puntos más preocupantes tiene que ver con el nivel de inversiones de cara a los próximos meses. Un alto número de empresarios y ejecutivos (72%) prevé una caída en este ítem a raíz de la pandemia. En igual período de 2019, este porcentaje solo llegó al 45%.
Dentro de los puntos que hoy inciden negativamente se encuentran la incertidumbre en la aplicación de nuevas leyes y reformas, la situación de la demanda interna y la fluctuación del tipo de cambio. Por este motivo, las mismas personas encuestadas plantearon una serie de aspectos que es fundamental impulsar de ahora en adelante, a modo de mantener un crecimiento sostenido en Biobío y recuperar lo perdido.
Así, el último IPER mostró que el incentivo a la inversión (69%) y a la contratación laboral (46%), la infraestructura y conectividad (41%), o el impulso al emprendimiento y a la innovación (28%) asoman como temas prioritarios que debiese asumir el Gobierno para dar empuje a las inversiones.
El gerente general de la CPC Biobío indicó que las condiciones para llevar adelante estos ítems sí están. Sin embargo, planteó que es fundamental la labor que los sectores públicos puedan adoptar, de tal forma de allanar el camino del sector privado.
"Sabemos, por ejemplo, que hay una cantidad importante de inversiones que están aprobadas en el Sistema de Evaluación Ambiental. Y ahora está en manos de los inversionistas el tener o no la disposición de llevar a cabo esas inversiones, pero ahí el Gobierno y el mundo político tienen mucho que decir, ya que ellos son los llamados a generar las confianzas y el ambiente necesario para que esto se materialice", puntualizó Ruf.
EMPLEO
Junto con analizar las proyecciones relacionadas a la inversión, la encuesta también arrojó datos respecto al empleo. Desde el punto de vista de las firmas locales, si bien un 47% espera mantener sus plazas pese a la emergencia, un 45% cree que estas disminuirán. En esta misma línea, un 88% de los empresarios y ejecutivos que participaron de la encuesta aseguró que el desempleo de este año será mayor en comparación al de 2019.
"La caída más importante está determinada por el comportamiento de las ventas esperadas para los próximos seis meses, seguida por los proyectos inversión y el empleo. Un elemento importante es que la pandemia afectó la decisión de las empresas encuestadas en cuanto a salarios", dijo el académico de la UNAB.
Mauricio Pérez agregó que, ante este escenario, será relevante que las compañías opten por considerar la transformación digital y todas sus herramientas como piezas clave para reactivar sus negocios y seguir funcionando a distancia. Según el documento, el teletrabajo, la desvinculación permanente y la suspensión parcial o temporal de contratos asoman como los principales mecanismos de las empresas en materia de empleo.