Por Isabel Plaza Vásquez

Un terminal que mida la temperatura corporal de las personas evitando el contacto con otros, con el fin de evitar el riesgo de contagio de covid-19, y que a la vez sea posible de implementar a bajo costo son dos de los objetivos que persigue un proyecto que está siendo desarrollado en la Universidad del Bío-Bío y que tiene cuatro meses de plazo para estar terminado.

La iniciativa surgió en el concurso interno "Desafío UBB: Covid-19, año 2020", organizado por la Dirección de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado de la misma casa de estudios, que se realizó con la idea de financiar y apoyar propuestas innovadoras, cuyos resultados estuvieran orientados a la obtención de nuevos productos, procesos o servicios, todos ellos orientados a entregar soluciones en la prevención y control del covid-19. Se trata de una de las distintas áreas en que la Universidad del Bío-Bío está trabajando para aportar como institución estatal a las acciones por la emergencia sanitaria que vive el país.

El proyecto adjudicado en el concurso se denominada "Terminal automático de la medición de la temperatura corporal sin contacto" y fue propuesto por el académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, Krzysztof Herman, quien cuenta con el apoyo de los estudiantes de Ingeniería Civil en Automatización (DIEE) de la Facultad de Ingeniería, Mauricio Montanares Sepúlveda y Alonso Sáez Sáez.

MENOR RIESGO

Para el académico, una de las principales fortalezas del concurso de la UBB es que estuviera direccionado hacia la innovación y emprendimiento en un tema contingente como es la pandemia, ya que no sólo significó una posibilidad de aporte social para quienes desarrollaron la idea, sino también una oportunidad a nivel de proyección como equipo investigativo y, por ende, para sus estudiantes.

Herman explicó que la iniciativa nació como una medida preventiva, ya que actualmente las mediciones de temperatura son realizadas por personas destinadas a esa función ya sea en establecimientos públicos o en locales de comercio, lo que las expone a riesgos de contagio innecesarios, además de sumarse a extensas jornadas laborales realizando constantemente esta tarea. Asimismo, la propuesta del equipo es generar un terminal automático que evite el contacto y que además sea escalable y de bajo costo en comparación a las soluciones actuales que brinda el mercado, como los terminales en farmacias u otros, que son más caros para implementar.

En este sentido, el investigador aseguró que el costo final del aparato, así como el buen uso de fondos públicos es un tema primordial para llevar a cabo esta idea, sobre todo dado el contexto actual.

PRIVACIDAD

Otro de los puntos que fueron considerados en el desarrollo de la iniciativa es salvaguardar la privacidad de las personas, y es que, si bien el terminal automático es una solución basada en un sensor infrarrojo, éste puede ser comparado con solo un pixel de la cámara termográfica. Explicó que hay varios dispositivos basados en cámaras termográficas de alto alcance, como las utilizadas en el aeropuerto, por ejemplo.

"Sin embargo, nosotros renunciamos a desarrollar el proyecto de esa manera por dos razones. Primero, esa tecnología es de alto costo y eso limitaría enormemente el uso para muchas instituciones públicas o empresas que quieran emplearlo, y segundo, la privacidad de las personas, ello al menos en nuestra primera versión del terminal automático, ya que le entregará información sobre temperatura corporal directamente al usuario y será su responsabilidad cómo emplea dicho antecedente", precisó.

El terminal automático de la medición de la temperatura corporal sin contacto es un proyecto que tiene como un plazo para su puesta en marcha de aproximadamente cuatro meses y constará de cinco etapas. Estas son estudio de las normativas internacionales con el fin de cumplir los requisitos de un aparato médico, análisis y diseño del sistema sensorio para medir la temperatura corporal, análisis y diseño del terminal automático, elaboración del sistema sensorio y, por último, verificación del funcionamiento de la solución propuesta realizado en el Departamento de Ingeniería Civil en Automatización.

Mitos y verdades han rodeado durante 70 años a uno de los partidos más memorables de la historia de los mundiales de fútbol: el "Maracanazo", en el que la selección de Uruguay derrotó en la final de un Mundial a la poderosa Brasil en su casa por 1-2, y que un algoritmo uruguayo reveló esta semana, porque el encuentro se jugó el 16 de julio de 1950.

El partido fue "un infierno" para Uruguay y Brasil fue un equipo "muy superior". Estos son algunos de los mitos que se han levantado tras este encuentro, que gracias a la tecnología informática y un relato radiofónico de la época se han logrado descifrar para una aproximación casi real a los acontecimientos.

Se trata de un algoritmo informático que, partiendo del relato de ese partido y su transcripción a texto, lo procesa y encuentra "todos los instantes donde los jugadores tienen protagonismo" y reconoce a cada jugador por separado y, a partir de eso, se modela lo que se llama "una máquina de estados temporizada".

LAS ESTADÍSTICAS

Así lo explica el ingeniero informático creador de este sistema, Pablo Sartor, quien destaca que a partir de su aplicación pueden extraerse estadísticas como porcentaje de posesión de pelota de los equipos, porcentaje de actividad o intensidad de trabajo que tuvo cada jugador y la evolución de ese número a lo largo del partido.

De acuerdo a los resultados obtenidos, afirmó que se encontraron con "algunas afirmaciones clásicas" sobre ese partido que tienen asidero y otras que no lo tienen.

"Yo crecí escuchando que ese partido había sido un infierno para Uruguay, que Brasil era un equipo muy superior y que, a base de garra y soportar el partido y aprovechar muy bien las chances que tuvo Uruguay, lo había ganado 2-1", expresa el ingeniero.

Sin embargo, tras el análisis del partido lo que surge, en cuanto a la posesión de la pelota, se obtuvo que globalmente fue un 60%-40%, lo que indica que Brasil tuvo "un poco más la pelota, pero no exageradamente".

Otro dato extraído del estudio fue que luego del primer gol brasileño la posesión cambió a 57% -43% y al cabo de 33 minutos, cuando Uruguay anotó dos goles, se nota un cambio "muy fuerte" en las estadísticas en la posesión de Brasil que vuelve a ser mayor, con el 64 % y 36%, respectivamente.

"Se ha dicho tradicionalmente que el segundo tiempo con los goles se volvió más intenso y en realidad lo que observamos nosotros es que la dinámica del partido cayó en el segundo tiempo. Cae Brasil 18% y Uruguay 11%. Esto entendido como la cantidad de rotación de la pelota entre distintos jugadores. En el primer tiempo hay más juego asociado y toque", explica Sartor.

MÁSPOLI SE ABURRIÓ

Para Sartor, quien también es profesor en la Escuela de Negocios de Montevideo, un dato curioso del segundo tiempo es que, a pesar del dominio brasileño en la posesión del balón, en los últimos 11 minutos del partido el arquero celeste Roque Máspoli tuvo en ese lapso menos trabajo que el que tuvo en la primera mitad.

"Lo que uno puede ver a través de este análisis es que este fue un partido entre dos estilos diferentes. Un equipo de mucha posesión de la pelota frente a otro más vertical y agresivo, pero un partido parejo en el cual uno de los dos equipos tiene siete chances y otro seis (...). El resultado podría haber sido un empate o ganado Brasil por un gol. No tiene nada de increíble ni afortunado", asevera.

Sartor insiste en que estos resultados "echan por tierra" una tradición de considerar ese partido, más allá del talento de los jugadores, "muy afortunado" para Uruguay o en el que los celestes obtuvieron un resultado "inmerecido" de acuerdo al trámite.

Además, defiende que el factor de diferencia que un humano generaría como datos de posesión de balón ronda entre 5% y 10% de diferencia con el algoritmo, que es lo que surge del relato de radio.