"La discusión del acceso a datos científicos debe ser con distintos actores"
La autoridad que lidera la agencia a cargo de financiar la investigación en Chile (ex Conicyt) explica la puesta en marcha de la institucionalidad y los efectos que ha dejado el coronavirus.
El 1 de enero de este año, la institucionalidad científica de nuestro país vivió uno de sus cambios más relevantes en casi cinco décadas, cuando al alero de la creación del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI) se crea la nueva Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) que reemplazó a la histórica Coniciyt, encargada de financiar y dinamizar la investigación científica en Chile.
Su directora ejecutiva, la abogada y master of law de la Universidad de San Francisco Aisén Etcheverry, cuenta al otro lado del teléfono que el proceso de puesta en marcha de la agencia ha sido complejo, pero virtuoso en varios aspectos.
"El cambio de switch que vivimos de forma interna con la reestructuración de Conicyt nos permitió abordar la pandemia desde otro lugar, considerando que teníamos desarrollado el músculo de la flexibilidad y eso nos ha permitido sortear los efectos de la pandemia manteniendo los concursos y el funcionamiento, atendiendo los requerimientos y haciendo algunos ajustes necesarios. Pecaría de soberbia al decir que podemos resolver todo, porque hay inconvenientes con plazos de concursos y firmas de convenios, lo que hemos flexibilizado y nos pone en una posición decente como sector", dice.
Respecto al trabajo que se ha realizado con la comunidad científica, Etcheverry no teme en reconocer que la principal tarea que hay que resolver es apostar por escuchar a todas las voces: "No vengo del mundo científico, soy abogada de profesión y con orgullo me describo como burócrata. Nosotros como agencia no hacemos ciencia, administramos recursos para la ciencia, y la cultura que hemos querido instalar es una de colaboración con los actores del sistema".
RESPUESTA SANITARIA
Al abordar la respuesta que la agencia ha entregado en torno a la situación sanitaria del coronavirus, uno de los elementos que ha sido ampliamente celebrado a nivel país es la puesta en marcha de la red de laboratorios universitarios en conjunto con la Subsecretaría de Ciencia liderada por Carolina Torrealba, los cuales ya completan 29 laboratorios a los que se sumaron esta semana otros seis; en el Biobío el trabajo conjunto de la Universidad de Concepción y Católica de la Santísima Concepción ha podido testear casi cuatro mil muestras en el último mes.
"Uno de los principios institucionales que rigen a la agencia tiene que ver con la flexibilidad. Vivimos tiempos convulsionados y es difícil planificar, pero debemos tener claro que hay cimientos que mantener como las becas, centros y articulación", explica.
"Hay una parte que se conecta con la contingencia que se ha visto, como la red de laboratorios que coordina la subsecretaría: tenemos laboratorios, profesionales y la infraestructura, y por nuestro lado estamos poniendo los recursos que les permita reinventarse, es un ejemplo claro del aporte del sistema de CTCI. Eso nos enseña también que es clave cuidar al sistema, asegurarnos que a pesar de los tiempos difíciles que vienen temas presupuestarios, focalizar los recursos", sigue.
-La agencia también ha dispuesto otros mecanismos de apoyo para iniciativas en torno al covid-19.
-Hoy también existe una preocupación por lo que hay en el mediano y largo plazo sobre la respuesta de la ciencia, por lo que lanzamos el Fondo Covid de $2.300 millones, para analizar lo que ha ocurrido y entender que va a pasar, desde como pensamos las ciudades, como se formaran nuestros hijos frente a una pantalla, las dinámicas familiares hasta cómo funciona la logística en un país como el nuestro. Hay una infinidad de preguntas, donde creemos que la ciencia se puede articular de una forma mejor preparada.
-Los efectos de la pandemia han tenido de dulce y agraz para la institucionalidad científica. ¿Usted lo evalúa de esa forma?
-A veces nosotros pecamos de exitistas contando las cosas buenas, pero también es importante poner claro que vivimos una pandemia que pone un estrés en los investigadores, los centros y la comunidad en general, y aunque hubiésemos hecho esfuerzos, nunca hubiésemos estado preparados. Eso ocurrirá con los recortes presupuestarios, suspensión de proyectos y esos ajustes son dolorosos. Ocurrirán, y sabemos que vienen tiempos difíciles y no solo se debe resaltar lo bueno, sino que existen problemas y abrir la puerta para resolverlos de forma conjunta, para salir bien parados de todo esto.
ACCESO TOTAL
A fines de mayo y hasta el 31 de julio, la ANID lanzó una consulta pública en torno a la elaboración de una nueva Política de AccesoAbierto a Información Científica y Datos de Investigación, que será implementada en 2021, y busca facilitar el acceso total al resultado de investigaciones "Made in Chile".
Etcheverry explica que en su caso, al venir del mundo de la tecnología, la idea de apostar por una política de datos abiertos es clave, considerando que "la agencia financia parte del conocimiento que se genera, y el producto son los papers, libros y proyectos pero también muchos datos que sustentan este conocimiento. La pregunta es porque no facilitamos el acceso para generar nuevo conocimiento, y con esa lógica abordamos esta conversación que ocurre en todas las partes del mundo. Nos pusimos de acuerdo, definimos principios básicos, convocamos expertos y convocamos a esta consulta pública, que apunta a la discusión respecto a cómo administramos los datos y recoger las impresiones de las distintas disciplinas.
-¿Este es el momento idóneo para abrir una discusión sobre datos, considerando lo que ha ocurrido con el Ministerio de Ciencia y los datos en torno al coronavirus?
-Totalmente, y también porque es una discusión. No conozco ningún país que tenga resuelto como acceder a datos de investigaciones científicas, y tiene que ver con las características de los países. Es una conversación compleja; en la discusión convocamos a expertos en privacidad, y plantean la diferencia de abordar datos desde la astronomía a aquellos para investigaciones sociológicas sobre violencia de género. Es una discusión que hay que tener con todos los actores, y es la invitación de la consulta. El tema de los datos está candente, y eso nos ayuda a que más gente quiera participar, ya 245 personas han completado la consulta considerando que es un tema árido y algo alejado de la ciudadanía. Y ocurre porque la pandemia ha puesto en evidencia el rol de la investigación científica y el aporte de los datos, y la consulta puede ayudar a canalizar.