Efectos de la pandemia en la economía
El Banco Central ha informado que la economía en Chile cayó 14,1% durante abril, en comparación con igual mes del año anterior, lo que constituye una cifra sin precedentes y más pronunciada que la que habían previsto los expertos y el Gobierno. De acuerdo con ese organismo, la fuerte caída refleja el impacto que la crisis sanitaria de la pandemia del coronavirus ha tenido en la actividad económica, con cierre de empresas, trabajo a media marcha o menores ventas.
Los sectores de servicios, comercio, educación, transportes (sobre todo el rubro aéreo), restaurantes, hoteles, construcción y la industria manufacturera han sido los más golpeados por esta emergencia, considerando que algunos han debido paralizar sus actividades, con el consiguiente efecto en el empleo.
Los analistas habían advertido que sólo era cuestión de tiempo para que el menor crecimiento de la economía, influido en parte por el estallido social ocurrido desde octubre del año pasado y luego la cuarentena debido a la pandemia, comenzara a reflejarse en una menor producción y en un incremento en las tasas de desempleo, debido a menos días trabajados o al cierre de empresas.
En efecto, hace unos días el Instituto Nacional de Estadísticas ha informado que el desempleo en Chile volvió a subir en el trimestre móvil febrero-abril y alcanzó al 9% de la fuerza laboral, su nivel más alto en un década, pese a que el periodo incluye solo la mitad de los efectos de la pandemia. La cifra representa un incremento de 1,9 punto porcentual en doce meses, y los mayores efectos se sintieron en la construcción, el comercio, la agricultura, la pesca y la industria manufacturera. Los mayores índices de desocupación se dieron en Antofagasta (11,1%), Atacama (10,5%), Coquimbo (10,6%), Valparaíso (10,7%) y la Región de O'Higgins (9,1%), mientras en nuestra Región del Biobío llegó al 8,9%.
El Presidente de la República, Sebastián Piñera, ha señalado que "la pandemia de coronavirus y la recesión están golpeando a las economías del mundo y también a la nuestra, pero en tiempos de adversidad es cuando el Gobierno tiene que hacer sus mejores esfuerzos para proteger a las familias, aunque sabemos que no es suficiente". A su vez, el ministro de Economía, Lucas Palacios, ha reconocido que la pandemia está también enfermando a la economía y que las cifras de los meses siguientes podrían ser peores, por la pérdidas de empleos, liquidación o quiebra de empresas y como consecuencia, la disminución de los ingresos familiares.
Se cree que la actual crisis económica sólo podría ser comparable a la de los años 1982-83, que llevó a la quiebra de muchas empresas y a la intervención de la banca. De ahí la necesidad de acoger los llamados que se han hecho a la población para actuar con prudencia para no aumentar las cifras de contagios con covid-19 y poder generar las condiciones para iniciar tan pronto como sea posible el proceso de recuperación de la actividad productiva y, como consecuencia, de los empleos que se han perdido.
La economía en todo el mundo enfrenta una crisis global, que también golpea a nuestro país, cuyo aparato productivo está muy orientado a las exportaciones, por lo que si las compras de esas naciones se restringen, los efectos repercuten en las compañías nacionales. El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Juan Sutil, ha proyectado que la actividad económica del país, que a su juicio está "paralizada", podría registrar una contracción aún más severa cuando se conozcan los datos de mayo. A su juicio, durante ese mes la actividad económica mostraría una caída cercana a 20%.
Es por ello que se ha enfatizado en la necesidad de que se acoja el llamado del Gobierno a comprometer un acuerdo nacional, para que el país enfrente unido los efectos del virus y el posterior proceso de recuperación, pensando especialmente en todas las personas que han sido mayormente afectadas, sobre todo al perder sus fuentes laborales y quedar sin ingresos. Eso es un imperativo.
Se cree que la actual crisis económica sólo podría ser comparable a la de los años 1982-83. De ahí la necesidad de acoger los llamados para actuar con prudencia para no aumentar las cifras de contagios con covid-19 y poder generar las condiciones para iniciar tan pronto como sea posible la recuperación de la actividad.