Región del Biobío estaría en mejor pie frente a escasez hídrica
Por eso es necesario incorporar nuevas fuentes de agua y hacer más eficiente la gestión del recurso.
La sequía o la escasez hídrica es uno de los problemas graves que está viviendo el país, a tal punto que el ministro de Agricultura, Antonio Walker, comentó a este medio que la falta de agua es el cuello de botella para que el sector crezca.
Por eso expertos analizaron este complejo escenario, recalcando, eso sí, que la Región del Biobío estaría mejor parada en cuanto a recursos hídricos respecto al resto del país.
Cristián Wedeles, gerente comercial para Chile de IDE Technologies, sostuvo que "si observamos la distribución de agua en el territorio nacional se aprecia que la Región tiene mayor abundancia de agua que las regiones del norte. Sin embargo, existen desafíos frente al cambio de la pluviometría y el clima en general que requieren ser abordados. Particularmente, existen consideraciones por cuenca y ecosistemas que, sin duda, implicarán modificar la forma en que estábamos acostumbrados a hacer uso de este recurso".
Mientras que León Cosmelli, gerente general Aguacontrol, cree que la cuenca del Biobío es una de las que tiene menor brecha hídrica en el país, (muchas oferta poca demanda), por lo tanto, se encuentra en un buen pie frente a la mayoría de las cuencas de Chile.
MENOS QUE ZONA CENTRAL
A su vez, Viviana Tudela, docente de la Escuela de Agronomía de Universidad de Las Américas y doctora en Ciencias Silvoagropecuarias, estimó que si bien Biobío está siendo afectada por la megasequía, en general tiene déficit de precipitaciones menores a los de la zona central.
"Según datos de la dirección Meteorológica de Chile, la cobertura de nieve acumulada el 2019 en la zona fue superior a la del año anterior, mientras que de Coquimbo a parte del Maule se vio disminuida. Además, no cuenta con decretos de escasez hídrica vigentes. Sin embargo, no sabemos cuándo acabará la sequía, y es un hecho que las precipitaciones en promedio irán disminuyendo debido al cambio climático. En este sentido no hay que relajarse; hay que poner atención a la agricultura de secano que es la más vulnerable, y a los proyectos de carretera hídrica que proponen extraer agua desde cuencas de la Región".
NUEVAS FUENTES
Con este panorama positivo para el Biobío, la sequía en otras partes es grave y sobre ello Wedeles dijo que al observar los numerosos informes que realizan organismos de gobierno y no gubernamentales, y a su vez las más frecuentes acciones tales como los decretos de escasez y emergencia, resulta evidente que un alto porcentaje de la superficie del país está siendo afectada por la sequía, desertificación y/o degradación de sus tierras.
Por lo mismo, aseveró que en el escenario actual de escasez hídrica es necesario incorporar nuevas fuentes de agua y hacer más eficiente la gestión del recurso. "Al respecto, es innegable el aporte que realizan en la actualidad las plantas desalinizadoras y resulta lógico proyectarlas como una solución confiable, sostenible y cada vez con costos más competitivos", estimó.
Indicó que es interesante revisar el modelo que se utiliza en Israel, con el fin de observar cómo la combinación de desalinización de agua de mar para incorporar nuevas fuentes de agua y la reutilización previo tratamiento de las aguas residuales genera un escenario eficiente y sustentable para la población, la industria y la agricultura. De esta forma, Israel ante un escenario similar al que estamos experimentando en algunas zonas de Chile, le ha ido ganando superficie al desierto incorporado incluso el tratamiento del Boro en las plantas desaladoras para permitir su uso posterior en su importante industria agrícola.
Tudela dijo que hasta el 2018 la megasequía que afecta la zona central y sur del país tenía el carácter de moderada en términos de intensidad, en el sentido de que en promedio los déficit de precipitaciones bordeaban entre 20% a 50% de acuerdo a datos de la Dirección Meteorológica de Chile.
"El problema es que es una sequía persistente en el tiempo, ya en 2019 se cumplieron 10 años, lo cual sin duda afecta los ciclos hidrológicos y la dinámica de ecosistemas naturales (muerte de individuos arbóreos, reducción de la producción de praderas, degradación de praderas, etc). Sumado a lo anterior, el 2019 fue el año más seco desde que se tiene registro, llegando en algunas estaciones de la zona central a un 90% de déficit, valores severos para una sequía", explicó.
En resumen, la situación en grave en términos de la duración de esta sequía, ha sido la década más seca desde que se tiene registro. Se suma a esto la severidad del déficit de 2019 en la zona central.
Así, estimó que el manejo de los recursos hídricos hay que visualizarlos como un problema de oferta - demanda, pero no pensarlo en términos económicos, si no físicos.
Por otro lado está la demanda de agua. La agricultura es el mayor usuario, pero hay que entender que se debe a que las plantas son de por sí ineficientes en el uso del agua; claro está que los productores tienen un margen importante para mejorar sus sistemas productivos.