EE.UU: algunos de los estados inician reapertura gradual de sus economías
Mientras los gobernadores de Texas y Colorado levantaron varias de las restricciones, los responsables de California y Nueva York decidieron mantener las medidas de aislamiento, lo que es criticado por Donald Trump.
La reapertura gradual de la actividad económica en EE.UU. en plena crisis del coronavirus comenzó ayer sin una coordinación federal con la mitad de estados, entre ellos Colorado y Texas, que levantaron varias de las restricciones, mientras otros como California, Michigan y Nueva York mantuvieron las medidas de control.
El presidente estadounidense, Donald Trump, quien se ha mostrado ansioso por reabrir el país, ya había advertido de que no prorrogaría las directrices federales dictadas sobre el distanciamiento social y el cierre de negocios no esenciales.
Estas recomendaciones expiraban con el final de abril, por lo que queda a partir de hoy a discreción de los gobernadores de los estados decidir el rumbo en medio de la pandemia del coronavirus, que ya ha provocado más de 63.000 muertos y un millón de contagiados en el país.
Ataques a gobernadora
Sin embargo, y pese a dejar a las autoridades estatales la responsabilidad, Trump cargó ayer contra la gobernadora de Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer, por extender el estado de emergencia y mostró su apoyo a quienes, algunos armados, se han manifestado en el Capitolio de la capital estatal, Lansing, para exigir la reapertura de la actividad.
"La gobernadora de Michigan debería ceder un poco y apagar el fuego. Estas son muy buenas personas, pero están enfadas. ¡Quieren recuperar sus vidas de nuevo, de forma segura! Véalos, hable con ellos, llegue a un acuerdo", dijo Trump desde su cuenta de Twitter.
Por su parte, el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y uno de los principales epidemiólogos del país, advirtió a los estados que se están apresurando por reanudar la actividad y que están asumiendo "un riesgo significativo".
"Si continúa siguiendo las directrices, hay una continuidad que es segura, es prudente y es cuidadosa", apuntó Anthony Fauci.
Los gobernadores han reconocido el apremio y la urgencia para levantar las restricciones ante el severo impacto económico provocado por la paralización de la actividad en el país.
"No podemos esperar hasta que haya una cura para esto. No podemos esperar hasta que cada que persona pueda someterse a un test cada día para abrir la economía", informó ayer Tate Reeves, gobernador de Misisipi, quien decidió levantar desde el lunes la orden de confinamiento en el estado sureño.
Más de 30 millones de personas han solicitado el subsidio por desempleo en las últimas semanas, y el primer cálculo de evolución del producto interior bruto (PIB) del primer trimestre del año reveló una contracción del 4,8 % anual.
Mientras tanto, los mercados financieros registraron ayer agudas caídas tras las amenazas de este jueves del mandatario de imponer nuevos aranceles a China, a quien culpó de la pandemia.
Donald Trump aseguró haber visto pruebas que le permiten afirmar con un alto grado de confianza que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan, algo que Pekín niega y que la propia inteligencia estadounidense ha rechazado.
Relación con China
De acuerdo con The Washington Post, que cita a cuatro funcionarios de la Administración, el jueves estaba prevista la celebración de una reunión de responsables de varias agencias gubernamentales, entre ellos algunos de Inteligencia, para trazar una estrategia en busca de represalias a China.
En la primera rueda de prensa en más de un año, la nueva portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, evitó comentar estas posibles sanciones comerciales pero reiteró el "desagrado" de Trump con la conducta de Pekín y criticó la actuación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en esta crisis.
"La OMS puso la corrección política primero al oponerse a las restricciones de viaje impuestas por el presidente (Donald Trump)", afirmó Kayleigh McEnany sobre la medida adoptada por Trump en primer lugar respecto a China, origen de la pandemia, y luego ampliada a otros países, entre ellos la mayoría de Europa.