Cuarta Revolución Industrial: ¿somos uno y debemos integrarnos?
Actualmente estamos viviendo y disfrutando la cuarta revolución industrial o revolución de los datos. Cuando nos referimos a datos surgen tres ejes: sensores, almacenamiento masivo de esos datos y la inteligencia artificial.
La Cuarta Revolución es la sumatoria de lo físico, lo digital y lo humano y donde hoy una gran parte de la resolución de problemas en las empresas y sociedad desemboca en la gestión y administración masiva de datos, la big data.
Si bien es cierto que muchos sectores se verán fuertemente afectados, favorecerá la demanda de puestos en tecnologías de la información, medios de comunicación y entretenimiento, servicios profesionales, entre otros.
Paralelo al reto de integrar la producción con la comercialización y la administración de los procesos, el otro gran desafío para las empresas es entender si sus políticas laborales están hoy a la altura de los cambios generacionales y de la Cuarta Revolución industrial.
Estos cambios siguen evolucionando cada vez más rápido. La pregunta es si las generaciones lo están haciendo más ágil que las revoluciones industriales. Sea la respuesta que fuere, ¿esto tiene un impacto positivo para la quinta revolución industrial?
El reemplazo de trabajadores por robots es en gran parte un tremendo desafío de adaptarse veloz a las transformaciones, porque lo que sí está sucediendo y se incrementará con más frecuencia es el trabajo en conjunto: personas y robots.
Esto crea un nuevo lenguaje persona-robot en el cual el entendimiento entre estos hará un trabajo sumamente productivo logrando importantes resultados. Si esto no sucede, tendremos una gran grieta en el lenguaje laboral. Nuestro rol es unir ambas partes, crear los puentes necesarios para lograr la integración.
El 47% de los puestos laborales del mundo hoy en día pueden desaparecer en el curso de los próximos 10 a 20 años, debido a los procesos de automatización y digitalización.
Las empresas tendrán que promover la alfabetización digital y asumir programas de formación continua para sus empleados, y la educación deberá garantizar la formación de nuevos perfiles profesionales para responder a la demanda de los próximos años.
Estas variaciones deben ser recibidas con optimismo. En referencia al empleo, la clave actual dentro de la Cuarta Revolución Industrial no radica en la aparición de varios cientos de nuevas vacantes, sino en que una gran parte de las ya existentes evolucionen y en que exista dominio avanzado de ciertas habilidades y competencias para abordarlas con destreza e imaginación desde el trabajador.
Claramente, no estamos hablando de un nuevo paradigma, sino de un paradigma que viene evolucionando hace cientos de años. Al margen, debemos entender que siempre los humanos estamos detrás de estas revoluciones y de la programación de esos robots. Siempre nos destacaremos de estas máquinas super poderosas porque el ser humano tiene la capacidad de integrar el escepticismo con su ingenuidad, la razón y la emoción, la inteligencia con la intuición y así todas las partes, algo que los robots no pueden lograr.
Javier Krawicki, socio fundador de Nawaiam.