Conaf se apronta a cerrar temporada que lleva 2.316 incendios
El estallido social, primero y luego la pandemia por covid-19 hicieron que los incendios forestales pasaran a un segundo plano. Por eso Juan Carlo Hinojosa, director regional de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), aclaró que a diferencia de lo que podría pensarse, esta temporada fue mucho más compleja que la anterior e incluso que otras donde se vieron miles de hectáreas arrasadas por el fuego.
De acuerdo al último reporte publicado por la Corporación, Biobío registra 2.319 incendios forestales, los que han destruido 15.455,37 hectáreas.
Para Hinojosa, las complicaciones de este año han pasado por las condiciones climáticas, por ser este el año más seco desde 1968 y por el efecto del viento, que influyó en que el avance de las llamas fuera rápido y difícil de combatir. Todo esto se está evaluando para ver las mejoras para la siguiente temporada. No obstante, la preocupación de la institución ahora está puesta en el trabajo preventivo que se desarrollará en los siguientes meses, de forma paralela al cierre de temporada programado para abril, ya que este se hace con los establecimientos educacionales, los que actualmente están cerrados para evitar la proliferación del coronavirus.
Cierre de temporada
Juan Carlos Hinojosa expuso que las últimas lluvias, la baja en la temperatura y el aumento de la humedad permiten reducir paulatinamente la cantidad de brigadas operativas en la Región. Actualmente hay 28 funcionando, pero la idea es que a fines de abril solo queden ocho operativas para atender alguna emergencia.
Como las brigadas están compuestas por equipos numerosos de personas que incluso comparten espacios comunes, Hinojosa reconoció que se han adoptado protocolos de convivencia y dijo que hasta el momento no tienen brigadistas contagiados.
En cuanto al resto de los funcionarios, expuso que la mayoría está con teletrabajo y la central de monitoreo sigue operativa.
El trabajo este año, dijo, fue difícil porque el viento hizo que las llamas avanzaran más rápido, lo que llevó a que la estrategia de golpe único fuera menos efectiva que en la temporada anterior.
Aún así, destacó el aporte de los helicópteros de gran tamaño, como los cuatro Chinook que trabajaron en esta ocasión. "Esto ha ayudado mucho más que los aviones grandes, como el Super Tanker, ya que los helicópteros permiten hacer más viajes por hora y con una mayor cantidad de descarga", explicó.
Aunque lamentó las ocho viviendas que fueron destruidas por los incendios forestales de esta temporada, Hinojosa indicó que el trabajo realizado permitió que otros nueve mil inmuebles se salvaron. Esa es la cifra que, según sus proyecciones, habría sido afectada por las emergencias si no se hubiese actuado.
Lo que viene
Una vez que se dé por cerrada la temporada, Conaf y las empresas forestales evaluarán el trabajo de golpe único al fuego, para ver qué mejoras pueden introducir a partir de la próxima temporada. Esto, ahora, se hará a distancia, ya que por el coronavirus las reuniones están restringidas.
No obstante, adelantó que una de las medidas que se analizará será la posibilidad de contar con más helicópteros de grandes dimensiones, considerando los buenos resultados obtenidos este año.
Hinojosa afirmó que si bien el trabajo que hace su institución es visible durante la temporada de ocurrencia de incendios -que normalmente abarca desde octubre hasta abril del año siguiente-, el resto de los meses desarrollan otras labores, vinculadas principalmente a acciones preventivas.
El balance que realizó de aquello fue que ya hay 43 comunidades preparadas y que las capacitaciones han llegado a 915 personas. Sin embargo, la pandemia le sha presentado un importante escollo a sortear: la ausencia de clases presenciales.
El director regional de Conaf anunció que en las próximas semanas verán qué estrategia aplicarán, ya que el trabajo lo desarrollan con los colegios, por lo que hay que ver cómo entregarán la información a los 31 recintos educativos que van a incorporarse este año.
Año más complejo
El director regional de Conaf planteó que este año fue uno de los más complejos, ya que es el más seco desde 1968 y además el viento los perjudicó.