Proyectan para 2021 conseguir fondos para reponer seis escuelas modulares
El primer reporte del Programa de Reconstrucción Terremoto y Maremoto del 27 de febrero de 2010 que el gobierno hizo público el 27 de agosto de ese año, dio cuenta de que en la Región del Biobío -con Ñuble incluido- 1.155 establecimientos educacionales sufrieron algún tipo de afectación en su infraestructura tras el siniestro, con una matrícula de 355.186 escolares.
Con el paso de los meses, el número de establecimientos con mayor afectación se redujo a la mitad (538), y en paralelo al proceso de reconstrucción o cierre de estos establecimientos, la solución que rápidamente permitió retomar el funcionamiento en los casos más graves fue la instalación de escuelas modulares, con contenedores acondicionados y una duración máxima entre tres y cinco años.
A diez años del terremoto y maremoto, son 15 los establecimientos de nueve comunas de la Región que aún siguen funcionando en contenedores de emergencia, con una matrícula de 4.170 alumnos.
Desde el Ministerio de Educación detallaron que se realizó una priorización para dotar de infraestructura definitiva a nueve de ellos, de los cuales tres ya se encuentran con el diseño terminado o en proceso de búsqueda de recursos y así comenzar las obras, otros tres en la fase de elaboración del perfil del proyecto y los otros tres aún se encuentran sin el perfil del proyecto. De los restantes seis, solo uno (Escuela Carlos Mahns de Tomé) ya postuló al plan de eliminación de contenedores.
Fernando Peña, seremi de Educación cuenta que se está trabajando para avanzar en los proyectos de construcción de nuevas escuelas: "Tengo la meta de que aquí a 2021 tengamos recursos comprometidos para seis de estas escuelas".
ESTADO ACTUAL
El seremi de Educación reveló que "cuando llegué al cargo, ninguna escuela tenía avances significativos en la cadena de procesos que se tienen que realizar para reponer una escuela, excepto el caso de la Ethel Henk de Penco. Ahí nos autoimpusimos la tarea de iniciar esa trayectoria de perfil, diseño, financiamiento y ejecución de obras de nueve de las 15 escuelas, que tienen matricula importante y un mejor perfil para obtener la recomendación favorable del Ministerio de Desarrollo Social (RS)".
Al revisar el detalle de los proyectos, en el caso del Liceo Técnico Profesional de Laja, la escuela especial Pierre Méndez de San Pedro de la Paz y la Escuela Ethel Hank de Penco ya avanzan en la fase de diseño y búsqueda de recursos para poder iniciar las obras.
En esta fase, explicó Fernando Peña, fue clave el aporte de $415 millones que el año pasado realizó el Consejo Regional: "Los aportes eran para diseños, eso sigue en pie y lo hemos ido agilizando con algunos diseños que los mismos sostenedores han querido financiar para acelerar los procesos, como es el caso en Laja y la escuela especial Pierre Méndez en San Pedro. Además el apoyo del Gobierno Regional será clave hoy y mañana".
En otros casos como la escuela Cocholgüe de Tomé, Península de Tumbes de Talcahuano y Cristóbal Colón de Hualpén se encuentran en la fase de búsqueda de recursos o elaboración del perfil del proyecto de reconstrucción.
"Actualmente hay tres escuelas sin mayor avance (una de Tomé y dos de Los Ángeles), pero las otras seis si tienen avances significativos, algunas muy cercanas a obtener el RS para el inicio de obras. Eso nos genera la presión para apalancar recursos tanto para el diseño como para ejecución de obras, hablamos de proyectos entre $3 mil y $8 mil millones, que en su conjunto nos permitirán cerrar la herida del terremoto de manera definitiva", añadió Fernando Peña.
Sobre la consecución de estos recursos, la autoridad regional puso sus esperanzas en la convocatoria que abrió hace algunas semanas el Ministerio de Educación para postular proyectos de reconstrucción de escuelas modulares, con un presupuesto que asciende a $8 mil millones en todo el país: "Es una de las inversiones más ambiciosas, para la cual esperamos poder apalancar recursos al menos para uno de estos establecimientos".
TAREAS PENDIENTES
A la hora de reflexionar sobre estos diez años, el seremi de Educación de la Región apuntó que "ha habido cierta negligencia de parte de las autoridades en hacerle un seguimiento y un trabajo sistemático para buscar los recursos para reponer esta infraestructura, cuestión que no es sencilla pero diez años es un plazo excesivo. Ahí viene la crítica de mi parte: creo que independiente de los distintos gobiernos, si se debió hacer un esfuerzo del Estado en el seguimiento para poder sacar a la luz al menos una proporción de estos proyectos".
Además de pedir disculpas a los alumnos y las familias, dijo que la gran tarea que dejó el terremoto y maremoto en materia educacional es lograr entregar soluciones definitivas en materia de infraestructura frente a casos de emergencia: "Las soluciones temporales se eternizan y se convierten en soluciones definitivas, cuestión que debemos trabajar para no comprometer las condiciones de habitabilidad de estos establecimientos. Los proyectos de conservación no son la solución para mejorar la educación pública, la apuesta es ir por soluciones definitivas".