Científicos explican "tormenta perfecta" de los incendios
Los incendios forestales sin precedentes en Australia estarían siendo "recargados" por el cambio climático, el tipo de árboles a los que han alcanzado las llamas y al escenario meteorológico actual, según afirman expertos. Y estos incendios son tan extremos, que están detonando sus propias tormentas eléctricas.
Los incendios en Australia hasta ahora han afectado a alrededor de 5 millones de hectáreas, han cobrado 17 víctimas fatales y destruido más de 1.400 viviendas. "Es básicamente una convergencia horrible de eventos", explica el director de estudios medioambientales de la Universidad de Stanford, Chris Field, quien encabezó un informe científico internacional sobre cambio climático y eventos extremos.
Field dijo que este es uno de los peores eventos extremos de cambio climático que ha observado. "Hay algo intrínsecamente aterrorizante sobre estos grandes incendios forestales. Se desarrollan por tanto tiempo, que inculcan una sensación de desesperanza", agrega.
Algunos científicos dicen que no hay dudas sobre que el calentamiento global producido por el hombre es una gran parte, pero no la única, de los incendios.
El 2019, Australia vivió su año más caluroso y seco del que se tenga registro, con una temperatura anual promedio de 1,5°C por sobre la que se registró entre 1960 y 1990, de acuerdo al Departamento de Meteorología de Australia.
Las temperaturas en el país durante el último mes, alcanzaron máximas de 49,9° C. "La que habría sido una mala temporada de incendios, se convirtió en algo peor por la tendencia subyacente de sequedad y calentamiento", dice Andrew Watkins, jefe del área de pronósticos a largo plazo en el Departamento de Meteorología de Australia.
Mike Flannigan, científico experto en fuego de la Universidad de Alberta, Canadá, complementa que los incendios en Australia son "un ejemplo del cambio climático". Un informe del gobierno australiano en 2019 sobre incendios y cambio climático, aseguró que "el cambio climático causado por los humanos, ha resultado en condiciones meteorológicas más peligrosas en las últimas décadas para muchas regiones de Australia".
Mientras más seco sea el combustible -en este caso árboles y plantas- es más fácil que los incendios comiencen, y por lo mismo se hacen más calientes, dice Flannigan. "Significa que existe más combustible disponible para quemar, lo que implica incendios de mayor intensidad y eso hace más difícil -o imposible- poder apagarlos", agrega el experto.
El calor hace que el combustible esté aún más seco, por lo que se combinan para algo llamado clima de fuego. Y eso determina la "humedad del combustible", que es crucial para que el fuego se expanda. Mientras más baja sea la humedad, es más probable que los incendios se inicien y expandan, ya sea por rayos o por ignición causada por humanos, según un estudio.
La sequía australiana desde fines de 2017 "ha sido al menos igual o peor que la de 1902", afirma Watkins. "Probablemente ha sido conducida por patrones de temperaturas en el Océano Índico y la tendencia de largo plazo de sequedad", agrega.