El histórico cine Arte Alameda, que es parte del centro cultural que lleva el mismo nombre y que se ubica a escasos metros de Plaza Italia, sufrió ayer un incendio en el marco de la "última gran marcha del año", como se llamó a la manifestación convocada en Santiago.
Entre 10 y 15 compañías de Bomberos trabajaron en el control de las llamas. El lugar, que alguna vez albergó al cine Normandie, se encontraba en funcionamiento, aunque desde que estalló la crisis social estaba convertido en un centro de atención de personas que resultaron heridas en las marchas y en los enfrentamientos entre manifestantes y policías.
El intendente metropolitano, Felipe Guevara, había señalado ayer que no estaba autorizada ninguna manifestación en Santiago y que si alguien insistía en quedarse en Plaza Italia, "va a ser retirado del lugar".
De hecho, mientras la gran nube de humo negro comenzaba a inundar el sector, varias personas eran detenidas por Carabineros y otras se enfrentaban con piedras y bombas molotov a los carros policiales y a los gases lacrimógenos. Cerca de Plaza Baquedano se produjo una batalla campal entre encapuchados y uniformados pocos minutos antes del incendio del CentroArte Alameda.
Según Bomberos, el acrílico ubicado en la parte central del cine sirvió como acelerante y el lugar quedó destruido por completo. Hubo propagación hacia la parte trasera de un BancoEstado contiguo, indicaron.
Aunque algunas personas que participaban en la protesta intentaron ayudar a apagar las llamas, la pérdida fue total.
Al igual que el viernes de la semana pasada, el intendente Guevara dispuso una gran cantidad de carabineros resguardando Plaza Italia, pero fueron sobrepasados en número por los manifestantes y debieron replegarse. "Debemos coordinarnos para no alterar el derecho a libre desplazamiento de ciudadanos y también a buscar una justa tranquilidad para vecinos", había dicho Guevara, cuestionado por aplicar la estrategia de "copamiento".
El general director de Carabineros, Mario Rozas, aclaró que la estrategia va variando y que "el problema está cuando comienza el desorden, el vandalismo y el delito".
La convocatoria de ayer originalmente era para jóvenes y adolescentes de movimientos de K-pop, pero finalmente se concentraron en Plaza Baquedano personas de todas las edades. En el lugar se constituyeron observadores del Instituto Nacional de Derechos Humanos para resguardar el derecho a manifestarse pacíficamente.