El sampedrino que apuesta por el deporte en niños vulnerables
Toda la vida deportiva de Juan Pablo Ramírez ha estado ligada a la arcilla. Incluso al beach tennis (tenis de playa), disciplina en la que llegó a ser 70º del mundo. Pero hoy, el oriundo de San Pedro de La Paz, entrenador y director del área de competencia de Alto Tenis en Santiago, donde vive hace años, añade una nueva cruzada: llevar el deporte a niños vulnerables del Sename.
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"Los niños en estado de vulnerabilidad no saben lo que pasa con sus vidas ni tienen la certeza de alguien que los cuide. La idea es ayudar a cambiar sus vidas a través del deporte", sostiene Juan Pablo en alusión al segmento objetivo que corresponde a menores de 3 y 4 años separados transitoriamente de sus familias e ingresados al Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) de la Casa Nacional del Niño.
INICIATIVA INÉDITA
"No existe en Chile algo similar que permita al deporte insertarse en el Sename. Se necesita algo sistemático, consecuente y constante en el tiempo. Y para ello el proyecto contempla un equipo compuesto por psicólogo y preparador físico. La idea es que también empresas privadas puedan unirse a nuestra causa ayudando a través de los beneficios tributarios", explica.
El otrora técnico del Club de Tenis Concepción (que trabajó codo a codo con Gonzalo González en el reducto del Parque Ecuador) añade que en una primera etapa "se apuntará a talleres de psicomotricidad y neurociencia con el objetivo de incentivar gradualmente estímulos en los menores, de tal manera que eso permita potenciar aquellas fortalezas que, sin estas herramientas, no podrían desarrollar. Así, van mejorando su calidad de vida y más grandes puedan ocupar su tiempo en algo valioso y no en vicios como la droga u otros factores que finalmente los pueden hacer terminar en la cárcel".
Añade que "es interesante ayudar a los niños que tienen ganas de ser potenciales deportistas. Yo vengo de clase media y jugaba paletas en la calle. ¿Por qué entonces no podemos hacer algo por los niños del Sename y hacerlos sentir mejor? Quiero sacar esa tremenda fuerza que tienen dentro y transformarla en algo positivo para, cuando sean adoptados por sus nuevas familias, los padres sepan cuáles son sus habilidades y puedan ayudar a potenciarlas. Si logramos hacer un pequeño cambio, sería espectacular".