Concepción y nuestra región han sufrido, ahora no por un acto de la naturaleza, las que quizás sean sus semanas más intensas de las últimas décadas, llevando a que exista consenso en que ha llegado el momento de hacer grandes cambios. En lo que me atañe, el sistema notarial y registral, la asociación que integro ha solicitado y promovido realizar cambios que mejoren el servicio que recibe la gente. Estos incluyen crear nuevas notarías que amplíen la cobertura donde se necesita y aumenten la competencia del sistema, eliminar una decena de trámites innecesarios -pero que siguen siendo solicitados por instituciones públicas- y potenciar aún más la implementación de tecnologías. Propuestas, que como hoy, NO significaran gasto para el estado.
También tengo claro, que en momentos en que el erario público debiera estar concentrado en satisfacer necesidades sociales, estos no pueden ser desviados en un proyecto de reforma que no cumplirá lo que promete y aumentará el gasto fiscal.
El proyecto de ley presentado por el gobierno para reformar el sistema, y que se discute actualmente en el Congreso, importará un costo para el Estado, que hoy no existe, y que está mal calculado y eso, producirá perjuicio al erario nacional.
Su valor de implementación real será siete veces mayor al cálculo dado a conocer por el gobierno. Mientras el Ejecutivo estimó esta cifra en $2.100 millones, el gremio ha presentado estudios de la consultora Ceop, integrada por académicos de la Universidad Católica de Chile, y un experto judicial informático, que fijan el monto inicial de inversión en $16 mil millones.
A esto se suma que el costo en régimen anual será cinco veces mayor a lo informado por la cartera de Justicia: El valor en régimen alcanzará los $6.300 millones y no $1.300 millones anuales.
El sistema debe cambiar y modernizarse, pero con costo cero para el Estado.
Por lo mismo, no podemos quedarnos callados cuando la iniciativa legal pretende crear la figura del fedatario privado: ministros de fe que podrán autorizar la tramitación de instrumentos notariales privados, pero que, a diferencia de los notarios, no estarán inhabilitados para ejercer como abogados, abriendo la puerta a conflictos de interés.
Notario y
conservador de Bienes Raíces de Curanilahue