Se trata de un congreso internacional que reúne a los fabricantes y proveedores de bienes y servicios ligados al mundo marítimo y que tuvo lugar en Cartagena de Indias, Colombia. Es TOC Américas 2019, donde estuvo presente Rodrigo Monsalve, gerente general de Puertos de Talcahuano, quien comentó a este medio los principales alcances de este encuentro, que se centró en que el próximo gran desafío de la industria naviera, y que afecta al comercio del mundo, es la entrada en vigencia desde el 1 de enero venidero de la norma de la Organización Marítimo Internacional IMO 2020, que implica que la emisión de azufre que generan las naves tiene que disminuir en un 80%.
"Esto se puede lograr a través de un nuevo combustible o dosificador. A nivel mundial esto tiene un costo de US$2.000 millones anuales, que la industria naviera no está en condiciones de financiar en su totalidad. Por lo tanto, parte de ese mayor importe de operación para disminuir la huella de carbono tendrá que ser traspasado a los clientes", adelantó el ejecutivo.
MERCADO COMPETITIVO
Por lo mismo, sostuvo que habrá que ver cómo funcionará el mercado, pues esto significará que las navieras, que ya están en un ambiente muy competitivo, deberán ajustar sus estructuras de precios y por la vía de la competencia ver cuánto es lo que se traspasará a los clientes. En ese sentido, las navieras que tangan mayor capacidad de absorber costos mantendrán más consumidores, pero siempre hay que tener claro que una parte de esto lo tiene que pagar el usuario, aunque en definitiva el descenso de CO2 no va solo en beneficio de las navieras, sino que también para toda la humanidad.
Para Chile, Monsalve reconoció que no tiene claro de cuánto podría implicar el porcentaje de los US$2.000 millones para el mundo naviero, pero hay dos variables: uno es el porcentaje de participación de las navieras, pero, como segundo punto, no hay que olvidar que el país está en el lugar más lejano del planeta, y esa distancia es algo que se debe analizar con detalle.
Aparte de eso, Monsalve contó que como se está en el inicio de la cuarta revolución industrial, considerando que la primera fue el vapor, luego vino la electricidad, la computación y hoy la inteligencia artificial, tanto los puertos como las navieras se deben adecuar a ese escenario para dar un servicio más eficiente.
"Hoy día dos grandes brechas de ineficiencia se relacionan con los cupos no utilizados por las navieras por temas de última hora. Es decir, tiene su planificación y sus cargas dispuestas, pero hay flete que no llega por distintos motivos y en general esta industria navega con un 20% de capacidad disponible en sus naves, lo que genera una pérdida global de US$1.500 millones", remarcó.
Como segundo tema, son las causas por las cuales las embarcaciones no cumplen sus horarios, lo cual trae un perjuicio de unos US$400 millones al año, producto del uso de los tiempos, porque los terminales hacen nombradas o llamados que finalmente no se ocupan, entre otras falencias.
CIERRE DE HORARIOS
En Biobío, el ejecutivo indicó que los horarios exactos no los tenía claro, pero aún así, el gran indicador con los cierres tiene que ver con las bajadas de puertos y la provincia de Concepción es una de las que menos tiene en el año. La bahía local, específicamente de acuerdo a la última cifra del 2017, tuvo tres en el año y la de Coronel un poco más.
A eso hay que sumar la paralización de los puertos, que es algo que afecta en la variable, algo que se dio en octubre. Ahora, los efectos, dijo, son no poder cumplir con los clientes en los tiempos acorados.
"Al ser una Región exportadora, la carga se va redistribuyendo en otras naves. Ahora, es efectivo que se pierde alguna carga, pero no es el total de lo que no se embarcó en un día determinado, aunque sí afecta al Sello Chile, pues uno de los elementos de nuestro país, al ser una economía pequeña, es la confiabilidad", argumentó.
Indicó que esto último muchas veces se traduce en precio para los exportadores y si eso no se puede cumplir, los valores caen con todo el efecto que eso genera.
Sobre la posición del Biobío frente al resto del mundo y de acuerdo a lo que pudo constatar en TOC Américas, Rodrigo Monsalve manifestó que en el ámbito latinoamericano está muy bien, pues la zona tiene muy buenos indicadores de eficiencia, pero si hay cosas en contra, particularmente con los países caribeños, como el bajo volumen, que se debe a que Chile tiene poca población.
"Tuve la oportunidad de visitar un puerto en Colombia y otro en Panamá. En este segundo país solo el 13% de la carga que llega no es reembarcada en el mismo lugar con otro destino, mientras que en el primero es el 20%, pues son terminales HUB o de redistribución, algo que no tenemos y por nuestra ubicación geográfica es muy difícil que algún día lleguemos a eso, salvo que cambien las variables de forma importante", cerró.