Tradición, patrimonio, origen. El vino como valor propio chileno. El pipeño es cultura, es un alimento para el campesino que antes de salir a la faena lo bebe espeso con la harina tostada. Es artesanía; se cría en una pipa de madera nativa. El vino es familia, es trabajo y amor que se fermenta con la piel de la uva no deshollejada, se hace en silencio, sin sulfuros ni levaduras y el reflejo de la identidad de su tierra. Es el valor de la antigüedad y es el valor que hay que mostrar, un valor vendible que el extranjero reconoce en toda su dimensión.
La descripción del enólogo del Centro de Extensión Vitivinícola del Sur, Mauricio González en la presentación y degustación de vinos del Valle del Biobío, no podía ser mejor, y fue la introducción a la cata que realizó durante el seminario Enoturismo Patrimonial, Región del Biobío y que tuvo como escenario la Viña Cacique Maravilla de Yumbel o Viña 33 como le gusta llamarla a su propietario Manuel Moraga Gutiérrez, representante de la séptima generación de agricultores de esa comuna donde, cuenta él mismo, los primeros viñedos se plantaron el año 1776, "éste con el número 33. De hecho los corchos dicen Viña 33", dice el productor.
valor patrimonial
Es que antiguamente las inscripciones de los campos eran diferentes al de las viñas que tenían un valor patrimonial importante, hasta el año 1963, e implicaba el pago un impuesto por el valor del campo y otro por las viñas.
Moraga, quien viene llegando de una exitosa gira a Canadá y Estados Unidos, sigue haciendo los vinos como los aprendió. "Nosotros somos agricultores y viticultores por naturaleza. Hacemos el trabajo en el campo como siempre se hizo; a mano, con caballo y azadón. Este es un trabajo social, tradicional, patrimonial que tiene que ver con la historia de nuestro pueblo y la vitivinicultura tradicional y en eso descubrimos que somos productores de vinos naturales, porque siempre lo hicimos así. La naturaleza nos permite que las viñas se rieguen solas, que es la primera base para un vino natural.
Desde 2014 la Viña 33 exporta y sus principales clientes están en Estados Unidos y Brasil, y creciendo fuerte en Suecia, que son compradores de vino "vegano" o que se pueda asimilar con un vegano, que son productos sin intervención ni uso de animales. "Hoy tenemos un mercado gigante en Estados Unidos, porque cambié de importador y vendo en 25 estados, increíble para ser algo tan chico", dice asombrado de sus logros Manuel Moraga.
vinos hipsters
"El campo es el magnífico, el fabuloso, el que permite hacer buenos vinos. Uno es un pasajero en esto y tiene que saber respetarlo, quererlo y cuidarlo y ojalá que eso nunca se pierda", sostiene.
Acerca del aporte de las universidades que son parte del programa de fortalecimiento de la vitivinicultura para el desarrollo del enoturismo de la región, Manuel Moraga dijo que "ninguno".
Es que, afirma, "se acercaron después de que Ñuble se constituyó como Región y se dieron cuenta de que en Biobío no quedaba nadie. No quiero pecar de falta de modestia pero este trabajo lo he hecho yo solo, todo el prestigio me lo he ganado produciendo y vendiendo vinos por el mundo, solo. Sí es un agrado recibir a gente del Sernatur, porque no es un trabajo cumplido, el que la gente se dé cuenta, gracias a este cambio también, que en Biobío existen cosas que son mucho más fuertes que en el mismo Itata, porque somos mucho más viejos y más tradicionales. No estamos rodeados de pinos, no tenemos a la industria forestal encima, este ambiente es más prístino, aquí hay robles, boldos, la naturaleza está muy presente. Afortunadamente, vivimos en una cuenca hidrográfica pequeña que tiene una alta pluviometría en invierno, lo que permite juntar agua en las vegas donde todavía hay harta vida silvestre".
herramientas tecnicas
Guillermo Larson, gerente de Proyectos de la Universidad Federico Santa María Talcahuano que trabaja desde 2015 el proyecto "Nodo Vitivinícola Valle Biobío" para la zona de Yumbel- San Rosendo, afirmó que los viñateros, unos 15, hacían vinos en garrafas y hoy embotellan y etiquetan. Les hemos dado herramientas técnicas para que se crean el cuento. Acá llegaron las primeras viñas, acá hay una historia fuerte.
Se han abordado proyectos en cultivo, producción, comercialización y el rescate patrimonial de la zona, como el valor de la historia, de batallas que se allí se dieron, la del ferrocarril, la artesanías, la ruta del oro de Rere, la gastronomía y todo lo que está a disposición para generar una buena ruta enoturística en el Valle del Biobío, "pero es vital si se quieren traer turistas al sector tener vinos de calidad".
En esa línea, Cristián Rozas, de Viña San Roke de San Rosendo, productores de Malbec, dijo que los esfuerzos siempre se centraron en la producción y comercialización de vino, nunca el foco fue el turismo, pero a medida que fueron creciendo surgió el interés de personas por la viña no solo para comprar vino, sino para conocerla. "Ahí por primera vez nos dimos cuenta de esta necesidad de enfocarnos en el turismo. Construimos una sala de ventas y este año y a través de programas de viajes querealiza Sernatur, un tour operador nos escogió como parte de su recorrrido y a partir de diciembre empezarán con tours por las viñas, y que incluyen visita guiadas a las viñas, bodegas, procesos del vino, degustación, maridajes, que en alguna ocasión puede ser almuerzo y en otras tablas surtidas y donde la gente no solo pueda aprender sino también comprar los vinos en la sala de ventas", concluyó Rozas.