"La parte más importante de mi obra corresponde a la formación de artistas"
"Hay personas que nacen buenas para la pelota, yo nací bueno para dibujar. Es una cosa de herencia biológica, no sé. De niño en el colegio era el bueno para el dibujo del curso".
Así define su veta artística el destacado pintor, docente e incluso mago penquista, Edgardo Neira (71).
Y agrega que luego de un fallido intento por estudiar Español, finalmente optó por otro camino.
"Cuando era niño no había Escuela de Arte y era muy mal visto por los padres estudiar arte. Era de gente perdida. Así que nunca pensé eso. Luego entré a estudiar biología un par de meses, no alcancé a terminar el año. En 1972 se formó la Escuela de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad de Concepción y yo comencé un año más tarde. De ahí no paré hasta hoy", comenta Neira.
Así comenzó una carrera que se extienda hasta el día de hoy, que posiciona al artista de 71 años como uno de los pintores y docentes más destacados de la zona.
Sin embargo, la docencia, precisamente, no fue una prioridad, ya que de acuerdo al pintor "todo era muy incierto, di mi examen de grado en 1979 y no tenía ningún futuro, salí sin saber qué iba a hacer. Tenía dos opciones: dedicarme 100% al arte, que era un camino que se me aconsejaba, porque me decían que tenía talento, u optar por la docencia, que era algo más seguro. Decidí quedarme por un tiempo y ejercer docencia. No terminé nunca. Jubilé el año pasado como profesor".
Hombre múltiple
Las artes es algo que Neira ha tenido interiorizado siempre, según él mismo confiesa, sin embargo, las letras y la biología siguen presentes en su vida.
"Hubo veces que quise dejar la docencia, pero nunca pude. Te da la estabilidad para un proyecto de vida, pero el arte quedó un poco atrás. Yo hago arte y pinto, pero no le dediqué mi vida a la pintura. Lo hice a la docencia y la teoría, además soy magíster en Literatura", cuenta.
-No lo sé, pero siempre tuve habilidad para lo teórico y cuando se abrió la posibilidad de hacer el magíster, me encantó. Todavía converso con mi señora que no sé bien cuál es mi dedicación final. En mi proyecto interno digo que haré las dos cosas hasta que me dé.
Un cambio que cree que pudo ser influenciado por ese temprano interés en estudiar Español. Además, su breve paso por Biología en la UdeC también dejó una huella.
"La biología también me fascina, con todo lo que se ha descubierto ahora. Asisto a charlas y congresos. Además, hoy está muy conectada con el arte, la neurociencia hizo que se conectaran ambas cosas. Mis primeras obras eran mucho de anatomía del cuerpo humano o de animales", afirma.
Influencias
Con influencias iniciales del pintor catalán Antonio Tapia y el chileno Benjamín Lira, Neira reconoce no tener muchos inspiradores en la actualidad. "Ahora último las he ido separando un poco de mi trabajo, pero por supuesto las hubo", confiesa.
En 2003, Neira obtuvo el Premio Municipal de Arte y dos años más tarde el Premio Nacional Cámara de Diputados.
Este último, lo ganó con una pintura inspirada por la tragedia de Antuco, ocurrida ese mismo año.
Para el Concurso de Artes Visuales UdeC 100 años, presentó dos obras inspiradas en la muerte de Camilo Catrillanca y, precisamente, una de ellas -"Joven del tractor azul. Catrillanca"- fue la ganadora.
"La contingencia también influye en mi obra. Ahora había pensado en otras cosas y me quedó dando vueltas la tragedia de Catrillanca, así que comencé a juntar material. Veía este día gris con gotas de agua, y escuchaba los gritos de los comuneros y de los mismos carabineros. Soy bien sensible al tema mapuche", asevera.
Sin embargo, el artista afirma que su obra no es un homenaje a su muerte, ni una forma de denostar a Carabineros, sino que es más un rescate a la espiritualidad mapuche. Es así que, por ejemplo, la obra cuenta con elementos como el cuarzo -que considera como un medio para comunicarse-, además de ser una mezcla entre lo occidental, con gotas de lluvia en tres dimensiones, algo que los mapuches no incorporan en su arte.
neira hoy
Ya jubilado, Neira reconoce el haber sido nombrado profesor emérito de la UdeC como uno de sus grandes logros. Sin embargo, también confiesa nunca haberlo buscado.
"Alejado de la docencia tengo más tiempo para utilizar, pero menos tiempo de vida. Cuando nos hacían elegir, al tercer año de carrera, qué disciplina seguir (pintura, escultura o el grabado) escogí la escultura, pero un profesor de la época me dijo que tenía más habilidad para la pintura y opté por eso", comenta.
Es así que la escultura es su nuevo camino. Uno que pretende explotar en la muestra que montará el próximo año en la Pinacoteca, algo que también incluía el premio de los 100 años. Ya que optará por crear obras -bajo el concepto primitivo- con materiales utilizados por los primeros hombres y mujeres, como el barro, la greda y otros.
Retirado de la docencia, Neira se reconoce como un profesor siempre preocupado de sus alumnos. Muestra de ello son los agradecimientos que siempre le llegan de exalumnos. Algo que lo emociona. Sin embargo, haber optado por el camino docente sí es algo que se cuestiona. "No me atreví a dedicarme a la pintura. A veces me arrepiento, pero no saco mucho con hacerlo", confiesa.
Sin embargo, según el pintor, "la parte más importante de mi obra corresponde a la formación de artistas".
