Marcha antiinmigrantes: hubo detenidos y Felipe Kast prefiere que haya movilizaciones
Aunque la marcha contra la política migratoria en Santiago no fue autorizada, igualmente un grupo cercano a las 450 personas se congregó en dos puntos de la capital para expresar su rechazo a lo que está haciendo el Gobierno en materia de inmigración.
Los primeros 25 manifestantes se reunieron cerca de Plaza Italia, portando banderas chilenas y pancartas que decían, por ejemplo, "Fuera ONU". Luego de que intentaran manifestarse, Carabineros los dispersó. Se encontraron entonces con otro grupo, que se reunió para expresar su oposición a tales ideas. Comenzó una pelea, que incluyó golpes de pies y puños, y que motivó la intervención de Carabineros.
El resultado fue la detención de decenas de personas. Según los uniformados, hubo cerca de 80 detenidos, pues otro grupo de manifestantes, cercano a las 400 personas, también protagonizó incidentes cerca de Plaza Italia.
La convocatoria fue objeto de rechazo. La Coordinadora Nacional de Inmigrantes se reunió con representantes del grupo feminista 8M, trabajadores de la CUT y el director del Museo de la Memoria para repudiar la marcha.
Héctor Puyol, presidente de la coordinadora, manifestó su preocupación por los dichos del Presidente Sebastián Piñera sobre el impacto de la migración en el empleo. "La sensación que da es que todos los males de este país son de la población migrante y nosotros venimos a decir que eso es mentira", afirmó.
El director del Museo de la Memoria, Francisco Estévez, enfatizó que en Chile no hay cabida para grupos racistas.
Los distintos grupos migrantes, de trabajadores y feministas que se reunieron ayer, colocaron una cinta roja fuera del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, en señal de rechazo al racismo y para evitar que movimientos de este tipo crezcan en el país.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Quien matizó el tema fue el senador de Evópoli y excandidato presidencial Felipe Kast: "Desde Evópoli vamos a garantizar y promover cualquier tipo de postura, siempre que no incite al odio ni a la violencia".
Consultado por si temía que este tipo de convocatorias pudiera promover la xenofobia, contestó que "la libertad de expresión es una de las cosas más sagradas que tiene la democracia y por eso prefiero correr el riesgo a que haya movilizaciones, a simplemente ser nosotros, los políticos, los que decidamos quién es el bueno y quién es el malo".