Una de aquellas jornadas imperdibles se vivirá este domingo, a partir de las 19 horas, en la Sala de Cámara del Teatro Biobío. Hasta el escenario penquista levantado en la ribera del río llegará la compañía de danza Espiral, con el montaje "Vindicación de la primavera".

Se trata de la versión que hiciera el coreógrafo Patricio Bunster (1924-2006) de "La consagración de la primavera" del compositor Igor Stravinsky, llevada a escena junto al Ballet Nacional Chileno por primera vez en 1987.

"A su relato definitivo, Bunster le otorgó una lectura política, donde resalta la pugna entre los hombres y el Gran Jaguar. Allí la Primavera termina venciendo a la Muerte", explicaron desde la compañía santiaguina sobre esta lectura inspirada en el mundo americano y en la resistencia a la dictadura militar chilena.

Cabe anotar que el coreógrafo intentó una primera lectura en 1964, bajo el título "Uka Ara", trayendo el relato original a la América prehispánica.

Planteada para todo espectador, en forma gratuita, para asistir el público interesado sólo debe retirar su invitación en boletería del espacio artístico.

HISTORIA RELEVANTE

Con la participación de Manuela Bunster y Marcelo Nilo, el montaje cuenta con un elenco de 29 artistas. Ello implica un gran despliegue escénico, para este título que la compañía santiaguina repuso el año pasado con una exitosa temporada de ocho funciones en el teatro principal de Matucana 100, reposición de carácter autogestionada.

En particular esta agrupación ha destacado por sus montajes de pequeño y mediano formato, los cuales son llamados "cortos de danza", nombre que se ha transformado en una "característica de la compañía", según señalaron, quienes estuvieron el primer semestre del año pasado presentando en la zona "La danza de Patricio Bunster", suerte de homenaje al fundador de la compañía en 2003, y cuyos orígenes se remontan al Grupo de Danza Espiral formado en 1986, en el Café del Cerro en Santiago, tras el regreso de Bunster y Joan Turner Jara del exilio en 1985.

Respecto a la puesta en escena que presentarán en Concepción, indicaron que el deseo está en promover la danza entre los niños, jóvenes y adultos, especialmente, aquellos que tienen menos acceso al arte.

Una semana justa. Ignacio González estuvo nuevamente en Nueva York, completando con éste su tercer año de especialización en la Gran Manzana. Ello, en beneficio al trabajo que desarrolla como director de la Big Band Concepción Jazz, dependiente del municipio penquista.

El saxofonista radicado en Concepción hace dos décadas arribó el miércoles a Chile, luego de participar -desde el 26 de junio pasado- como invitado al Band Director Academy del Lincoln Center Jazz Education. El programa tiene por objetivo especializar en los sonidos de las bandas de esta naturaleza. "Este año nos especializamos en Count Basie. Nos enfocamos en su música como vehículo pedagógico, para comprender la música", comenta el músico sobre esta nueva etapa del proyecto artístico enfocado en jóvenes entre 13 y 20 años.

González se mostró muy motivado frente a su tercera visita a una de las ciudades claves de los ritmos sincopados. "Cada año es un enfoque diferente", señala.

- Cada vez se hace más profunda e interesante. Es la oportunidad de hacer vínculos que termine con alumnos de Concepción estudiando en Estados Unidos. Tengo mis proyectos de alumnos, que quisiera fueran becados.

- Sí! De hecho, me preguntaron cuando íbamos a venir. Como siempre el tema es el dinero. En todo caso, están interesados en conocernos y en ayudar de alguna forma que salga más barato. Sin embargo, creo que primero debo traer alguno de los profesores, para realizar ensayos y conciertos. Y después gestionar lo otro.

COMPARTIR EXPERIENCIAS

Este año fueron más de 70 alumnos provenientes de todo EE. UU. Australia, Reino Unido y Colombia.

Las sesiones se llevaron a cabo en el conocido Jazz at Lincoln Center, en el corazón de Manhattan. "Es un cerro cultural con tres salas de gran nivel (y diferente tamaño), dos estudios que las albergan y otras actividades relacionadas", comenta quien está al frente de la agrupación penquista.

González anota que en el jazz el director es el profesor/motivador, que entrega la información, para que los integrantes suenen mejor. "Soy el que le imprime la sensibilidad o el estilo a la orquesta", explica, quien este año financió su estada con recursos propios y un "crowdfunding" dirigido.

- Sobre lo que dejan estas experiencias, quiero hacer el parangón con la mía propia. Personalmente, la universidad fue Daniel Lencina, con él escuchamos y tocamos jazz a diario. Esa experiencia es la más valiosa. Mientras más sepa yo, conozca de historia y de la música más entregó a los alumnos. Además, hemos recogido técnicas específicas muy interesantes para aplicar en la sala y escenario.

- Siento que es muy buena. Creo que vamos creciendo. De hecho, fui elogiado por lo profesores por la forma de dirigir y de conectarme con los alumnos. Espero que eso sirva, para generar en la Big Band un espacio protegido de desarrollo musical.

- Claro, esto permite mejorar técnicas de dirección y enseñanza del jazz, además de hacer estos vínculos. También es importante recibir los recursos y arreglos musicales originales de gran calidad que usaremos en nuestras propias clases y conciertos.

- Estos viajes y experiencias me ayudan de dos formas. Primero, y obvio, con lo que aprendo, que no es poco. Y segundo, y tal vez más importante, es que me ayuda a mantenerme motivado y enfocado en el jazz como vehículo de transformación social y crecimiento cultural.

- Claramente hay posibilidades.

La idea es invitarlos

Uno de los proyectos que busca concretar Ignacio González es contar con Claudia Acuña y Pablo Vergara, ambos radicados en Nueva York, para tocar con el conjunto penquista. La fecha espera concretarla en el mediano plazo.