Especial fue para Yhara Rodríguez disputar un torneo en Dinamarca y no solo ganarlo en la especialidad de kata (formas) y kumite (combate), sino que además adjudicándose el trofeo a la Mejor Técnica. Y resultó especial porque su hermano Diego, que vive en ese país, había ganado la misma copa un par de años atrás. Esta vez, le tocó a ella inflar pecho y sacar la cara por Chile, la Región y, por supuesto, por su orgullosa familia.
La enfermera de profesión y cinturón negro 1er. dan en karate Isshin Ryu vivió un intercambio motivado por el gran objetivo de la organización Seishinkan, que persigue que sus alumnos se puedan interrelacionar con gente de diversas culturas y países desarrollando las artes marciales bajo el precepto del budo (camino de la forma física y mental para lograr unión de cuerpo, mente y espíritu).
En ese contexto, Yhara permaneció un mes en tierra nórdica y alojó en casa de la danesa y cinturón café Cecilie Bradsted, también de la escuela Isshin Ryu. "Lo especial del karate es que cada país, al practicarlo, obviamente incluye su cultura de manera inconscientemente. Y al entrenar te vas empapando de la cultura de ese país, de sus personas. Entonces el intercambio que se genera es enorme", cuenta Yhara, que también logró un primer lugar en otro torneo disputado en ese país.
La instancia le permitió conocer una mentalidad diferente con respecto a las artes marciales, aunque la esencia sea la misma. "Allá es como un hobbie, a diferencia de nuestro país. Allá no se paga por hacer deporte, es abierto para todos y como nadie le paga a nadie, no es un trabajo. Y la gente lo practica en su tiempo libre, fuera de su horario laboral", explica Yhara, que intervino en clases y clínicas con el danés y director europeo Kyoshi 7º Dan Sensei Lars Andersen de Dinamarca y prácticas en el Dojo del Sensei Martin Frederiksen.
Añade que "allá se egresa de enseñanza media a los 19 y 20 años y un gran porcentaje se puede tomar entre uno y dos años para trabajar y después elegir bien su carrera", precisa.
Justamente ese es el caso de Cecilie Bradsted (20), quien alojó a Yhara y ahora vive la "vuelta de mano", alojándose en su hogar en Concepción durante un mes, empapándose de nuestra cultura y compartiendo practicas semanales de diversas disciplinas marciales en el Centro de Artes Marciales Seishinkan (Ainavillo 920) tales como karate, kobudo y kendo.
"Me parece muy cálida la gente acá, a diferencia de mi país, donde hasta el saludo de mano es más frío. Ha sido una linda experiencia, porque además primera vez que vengo a Sudamérica", comenta Cecilie, que permanecerá hasta el 10 de julio para luego retornar y estudiar la carrera de Retórica en su país.
INTERCAMBIO
El Sensei Osvaldo Rodríguez, cinturón negro 7º dan, fundador de la organización Seishinkan y padre de Yhara, pone de ejemplo el intercambio entre ambas deportistas. "El intercambio entre Chile y países europeos como Suecia, Rumania, Dinamarca y viajes de perfeccionamiento a Estados Unidos y a la cuna de las artes marciales como Okinawa (Japón), sin duda, entregan a practicantes de diversos continentes riqueza cultural y un crecimiento técnico para entender lo que es el Budo en su real dimensión", sostiene el también profesor de Educación Física y que suma numerosos viajes en el cuerpo a Okinawa solo o con sus pupilos para continuar su perfeccionamiento.