Tasa de participación femenina sigue menor a la de los hombres
Es algo que ya se ha convertido en una costumbre y que quedó reflejado en la Encuesta Nacional de empleo que elabora el INE: los hombres presentaron tasas de participación mayores que las mujeres en la Región del Biobío.
Al analizar la población de la Región en edad de trabajar (PET), correspondiente a las personas de 15 años y más, según sexo, se apreció que entre 2010 y 2018, los hombres presentaron tasas de participación mayores que las mujeres. No obstante, la brecha entre tasas ha disminuido paulatinamente a lo largo del periodo, pasando de -27,6 pp. en el año 2010, a -21,5 pp. en 2018. La mayor disminución de la brecha se produjo entre 2010 y 2011, con 2,1 pp., explicada fundamentalmente por el mayor aumento de la fuerza de trabajo femenina en relación a la masculina.
Por su parte, la población ocupada comprende a todas las personas de 15 años y más que durante la semana de referencia de la encuesta trabajaron al menos una hora y por la cual recibieron algún tipo de pago en dinero o especies.
Los hombres entre 2010 y 2018, presentaron tasas de ocupación superiores a las mujeres, siendo mayores a 60,0%, mientras que las mujeres obtuvieron tasas inferiores a 40,0%, con excepción del año 2018 (40,1%), es decir, brechas superiores a -20,3 pp. Sin embargo, se observó una reducción gradual de la brecha, desde -26,7 pp. en 2010, llegando a -20,3 pp. en 2018. La mayor disminución se produjo entre 2013 y 2014 con 2,4 pp.
Según categoría ocupacional, tanto las mujeres como los hombres se concentraron principalmente en las categorías asalariados del sector privado y asalariados del sector público, con 68,2% y 74,6%, respectivamente. Las categorías con presencia mayoritariamente femenina fueron personal de servicio doméstico (99,7% de las personas ocupadas en la categoría) , y familiar no remunerado (59,9% del total de personas ocupadas en esta categoría).
Al respecto, Claudio Sánchez, docente de Ingeniería en Administración de Duoc UC sede Concepción, afirmó que hay que entender algo: el servicio doméstico debe existir como un segmento laboral en la sociedad, la pregunta sería porqué miramos al servicio doméstico como un empleo de segunda categoría cuando es digno en sí mismo. Parece ser una vez más el tema de las remuneraciones (ese el motivo por el cual tantos jóvenes no deciden su futura profesión por vocación, sino que más bien por una falsa creencia de la felicidad en términos del ingreso).
El seremi de Economía, Mauricio Gutiérrez, afirmó que la brecha existe y es una triste realidad. "Siempre he dicho que el día que esto desaparezca, en cuanto a que la mujer se sume a la fuerza laboral y obtenga trabajo formal, creo que vamos a crecer más como economía", apuntó.
Claudio Sánchez sumó que en primer lugar, hay que establecer que las brechas vienen dadas por patrones culturales, esto se aprecia bien al reparar en la tasa de contratación en los sectores primarios y secundarios, (al igual que la concentración), en donde predominan los hombres, así como también en las indicaciones para salir (o no ingresar) a la fuerza de trabajado, en donde predomina el privilegiar a la familia (las mujeres incorporan este argumento como uno de los más relevantes al momento de dejar la fuerza de trabajo).
A su vez, la seremi de la Mujer y Equidad de Género, Marissa Bravo, indicó que Biobío está bajo el promedio nacional en la brecha entre hombres y mujeres, pero recalcó que muchas mujeres no salen al mundo laboral porque tienen responsabilidades como cuidar a su familia o adultos mayores.
Por eso dijo que históricamente las mujeres se han desempeñado en eso y por, tal razón, el 9% de ellas labora en ese sector, mientras que los hombres 0%. Y por eso se ven afectadas por brechas salariales, que se da en los trabajos asalariados. Agregó que el énfasis del gobierno está en aumentar la participación femenina uniendo a actores relevantes de la Región, incentivando alianzas estratégicas entre el sector privado, publico y la academia. "Un ejemplo de esto es la mesa público privada liderada por esta seremi que busca mantener mujeres dentro de la fuerza laboral en las empresas con oportunidades de mejora e incorporando más mujeres", recordó.
Adultos mayores
las mayores brechas en las tasas de participación y ocupación se produjeron en los tramos entre 50 a 64 años y 65 años y más.
Nivel de educación
En cuanto al nivel educacional, se observó que, durante 2018, 82,2% de las ocupadas se concentró en los niveles de educación Secundaria, Universitaria y Técnica.