En el respiro que dio ayer la lluvia, Maricel Sanzana, una de las vecinas de Talcahuano que resultó con su vivienda destruida por el tornado que azotó el viernes a Concepción y la comuna puerto, aprovechó de lavar y secar ropa. "Hay que aprovechar el sol y el vientecito que tenemos, ha llovido tanto estos días que no he podido deshumedecer la ropa e incluso a algunas ya les están saliendo hongos", dijo mientras mostraba una polera blanca con manchas en la espalda.
Desde el viernes, cuando ocurrió el tornado, Maricel y su familia tuvieron que trasladarse a un galpón que está frente a su casa para poder refugiarse, luego que los vientos de hasta 150 kilómetros por hora destruyeran gran parte de su vivienda, dejándola inhabitable, al igual que otras cuatro en la Región, otra en Talcahuano, una en Concepción y dos en Los Ángeles.
El techo del dormitorio de Carla, su hija embarazada de siete meses, el de la cocina, además de la pérdida del refrigerador, muebles y otros enseres, figuran en el listado de pérdidas durante el tornado.
Un escenario similar vivieron las cerca de 750 familias que hasta ahora ha catastrado el Ministerio de Vivienda y Urbanismo como sujetos de beneficios para la reconstrucción y reparación.
Desanimada, Maricel inició la recolección de las pocas cosas que pudo salvar de su casa. Envolvió todo en sábanas y a paso raudo para evitar la lluvia, llegó hasta el galpón que está dentro del terreno donde está su casa, para poder habilitarlo como vivienda de emergencia.
"Acá también se volaron algunas planchas, esto estaba todo mojado, pero teníamos que arreglarnos de alguna forma. Antes mis dos hijos tenían su pieza, pero ahora tenemos que dormir los tres en la misma. Ha sido terrible, el cambio fue súper rápido. Al otro día, después de que llegamos, me quise poner a ordenar, pero cuando vi todo por todos lados, me desanimé y me puse a llorar. No sabía por dónde empezar", contó.
ENTREGA DE AYUDA
Horas más tarde, después de que ocurriera el tornado, personal del municipio de Talcahuano llegó hasta su casa para entregarle ayuda e iniciar el catastro de las personas afectadas. "Me entregaron un nailon súper chico, hasta al niño que me lo trajo le dio vergüenza. Nosotros no necesitábamos eso, necesitábamos material para volver a construir nuestra casa", dijo.
Tras completar la Ficha Básica de Emergencias (Fibe), el lunes el municipio volvió a su casa para entregarle materiales. Le dejaron cerca de 50 vigas y algunas planchas de zinc para iniciar la reconstrucción; pero a una semana de ocurrida la emergencia, siguen en el mismo donde lugar dónde se las dejaron.
"Con eso no me alcanza para cubrir la pérdida, porque tenemos que botar paredes completas, porque el tornado fue como una explosión e hizo como una explosión adentro de la casa; ahí fue cuando se llevó todas las cosas y las destruyó. Hasta ahora no se ha acercado nadie más", agregó.
LA RECONSTRUCCIÓN
Fue a través de Facebook que Maricel supo de la visita del Presidente Sebastián Piñera el miércoles pasado. Por ese mismo medio también se enteró de la entrega de subsidios para las personas que tienen que reparar o reponer sus viviendas. Sus esperanzas son bajas: nadie la ha contactado para avisarle si es beneficiaria y, según la información que ha podido recabar, quedaría fuera del listado porque no es propietaria del terreno donde está viviendo.
"Este terreno es de Huachipato. Llegué a vivir acá hace siete años, después de vivir con mi mamá. Mis hijos necesitaban más espacio y encontramos esta casita que estaban arrendando. Ahí supimos que este es un terreno de Huachipato, pero nunca lo han usado; parece que antes tenían un taller, porque en el galpón donde estamos viviendo ahora hay un pique y posiblemente lo ocupaban para arreglar máquinas", expresó.
Reconoció que la irregularidad de su vivienda le da miedo, sobre todo porque "sé que en cualquier momento me pueden decir que nos tenemos que ir de acá, pero no puedo quedarme sin tener dónde vivir. Creo que con esos $22 millones que están entregando para reconstruir me alcanza, pero nadie nos ha dicho si vamos a poder recibir esa ayuda".
A la espera de esa confirmación, Maricel sigue esperando en la esquina de Carlos Dittborn con Las Hortensias, que su vida pueda volver a la normalidad y que su casa, la que la albergó por siete años, vuelva también a ser su hogar.