"La Insolencia" que cambió el destino de un empleado común y corriente
Era el 12 de octubre de 2015. Matías Leiva, empleado del área de comercio exterior en la ciudad Santiago, posee una deuda de cuatro millones, pero $6.000 es con todo lo que cuenta para terminar el mes. Como en muchos casos una situación extrema, enciende el espíritu de superación, esencia de un emprendedor que terminó por cambiar su suerte y pasar de ser un trabajador a un empleador.
"Fui al supermercado y con ese dinero compré un kilo de harina, levadura, queso, jamón y me puse a amasar", recuerda. Diez fueron los panes que armó y vendió en las calles en solo una hora la mañana siguiente, antes de ingresar a su trabajo habitual.
El próximo día duplicó la fórmula y le pidió a un amigo que lo acompañara, quien se convirtió en su socio y lo ha ayudado a desarrollar el negocio hasta la actualidad. Así nace "La Insolencia Drag Food", un emprendimiento que hoy vende miles de sándwiches gourmet y ha dado trabajo a decenas de personas.
Reconocimiento
Su inspiradora historia ha sido profusamente difundida por la prensa durante los últimos años y gracias a ella por estos días también genera ingresos realizando charlas motivacionales por todo Chile.
Y es que su experiencia es digna de compartir, pues son miles los chilenos que a diario salen a la calle a vender comida u otros productos y es por eso que el Centro de Emprendimiento Colbún sede Santa Bárbara lo contacta para que comunique sus logros durante la ceremonia de lanzamiento de sus programas 2019, donde cientos de personas buscan apoyo para el desarrollo y consolidación de sus proyectos a través de líneas como "Energiza tus Ideas" o "Incuba tu Energía".
Para Julián Perret, director regional de Asuntos Públicos de Colbún en Biobío, "el caso de Matías resultó muy estimulante para los emprendedores de Quilaco y Santa Bárbara, dedicados principalmente a la gastronomía y el turismo, porque les demuestra que, cuando hay esfuerzo, pasión y excelencia, la falta de recursos no es un obstáculo insalvable para triunfar en el mundo de los negocios".
La clave:
la diferenciación
La pasión con que expuso su historia motivó una extensa ronda de preguntas entre los asistentes, que le pidieron más detalles de cómo enfrentar las dificultades del emprender.
En esta línea, contó que no quería hacer más de lo mismo. Por eso ya el segundo día analizó a su competencia para diferenciarse de ella y, en vez de cajas plásticaoptó por vender sus sándwiches en canastos de mimbre como antiguamente se hacía en los cines. Confeccionó vistosos uniformes consistentes en un delantal y un sombrero de chef, y también optó por no gritar sus productos, sino cantar sus ingredientes, los que por supuesto también son distintos de los habituales.
Todo lo anterior sumado al buen trato a los clientes le proporcionaron el rápido reconocimiento del público y el aumento en sus ventas. Entonces el dinero perdió importancia y la preocupación fue el trabajo en equipo, se fueron incorporando más personas y definiendo roles.
Explica que el profesionalismo y la excelencia están presentes en todo. "Sin importar si existen o no estudios que respalden su quehacer, cada integrante realiza sus labores con esmero, desde encargado de compras hasta vendedores".
Entre todos crearon una empresa en que sus colaboradores gozan de los beneficios de cualquier otra: contrato, imposiciones y más. Y una marca que aunque presente solo en el centro de Santiago, ha logrado traspasar las fronteras del país.
Actualmente "Canturria", "Insolente" y "Paulina", nombres por los que son conocidas sus preparaciones, se venden solo a pedido y con entrega a domicilio, atendiendo desde oficinistas hasta eventos de grandes empresas.
El sueño pendiente de Matías es que "La Insolencia" se transforme en una cafetería que acoja a todos quienes están dispuestos a faltarle el respeto a la vida, significado del nombre de este emprendimiento.