"Me conecto a las redes sociales, luego existo"
"Me conecto a las redes sociales, luego existo". Tal parece ser la premisa preponderante por estos últimos años. El uso (o abuso) indiscriminado de páginas y/o aplicaciones de moda, son parte de la habitualidad de nuestra sociedad actual.
Mucho se ironiza acerca de esto y se ridiculiza el obsesivo ensimismamiento de los usuarios, pero, paradójicamente, también dicha sátira se realiza desde los mismos medios a los que se les está haciendo la crítica.
Precisamente, un ejemplo de lo anterior evidenciaron algunas imágenes de los miles de asistentes a "Lollapalooza", realizado a fines de marzo en Santiago, donde se podía apreciar que la mayoría del público centraba su atención en lograr captar el mejor registro audiovisual con sus celulares inteligentes, en lugar de disfrutar el instante. Se buscaba inmortalizar el momento para un registro personal; o para mostrárselos "en vivo" a otros usuarios de las mismas redes sociales digitales.
Dicha situación nos está lanzando una señal de alerta: estamos perdiendo a nuestros jóvenes y es nuestro deber ayudarlos. Perdiéndolos en el sentido de que no están prestando atención y mucho menos dando valor a lo que realmente importa. Casi como un imperativo categórico, debemos intentar abrir paso al mundo real, no al que consiste en estar "en línea" o "disponible"; sino al que podemos tocar, oler, sentir. Donde se realizan de verdad los verbos "compartir" o "conversar". Donde se pueden establecer relaciones o amistades reales. Donde no importa cuántos "me gusta" cliqueen otros usuarios o cuántas personas visualizaron nuestras "historias"; sino el poder inmortalizar momentos en nuestra memoria, como experiencias significativas, más que retratarlos en una plataforma de códigos binarios o guardarlos en la memoria de un dispositivo.
Resulta urgente invitarlos e invitarnos todos a intentar experimentar la ya famosa "desintoxicación digital", de modo que nos vayamos alejando un poco de esta alienación en la que estamos sumidos. Una situación que tan visionariamente se podía reflejar en el videoclip que hace veinte años atrás lanzara la banda estadounidense Pearl Jam de su exitosa canción "Do the Evolution"; en un registro audiovisual donde ya se podía vislumbrar la pérdida de libertad de nuestra humanidad, mediante el paso de los años, debido al mal uso de la tecnología.
Invitémonos todos, entonces, a tomar conciencia de aquello que cientos de años atrás nos quería decir el célebre poeta Horacio, con su "Carpe Diem"; con una frase extraída de un poema que nos convoca a todos a disfrutar del aquí y el ahora, pues "no sabemos si será nuestro último invierno el que vemos".
docente
Programa Ética, Duoc UC sede Concepción