Minerales, vitaminas, grasas, proteínas o alguna especie vegetal a la que se le atribuyen propiedades beneficiosas; en formatos de cápsula, líquidos, polvo o comprimidos. La variedad de suplementos alimenticios que existen hoy en día en el mercado, y muchas veces disponibles en farmacias, supermercados, tiendas especializadas e incluso gimnasios, es tan amplia como el tipo de usuarios que estos productos tienen.
Pero, lo cierto es que si bien existen casos en los que el consumo de los suplementos alimenticios está indicado y trae beneficios, no todos quienes lo incluyen a su dieta deberían hacerlo y muchas veces existe un uso inadecuado e incluso que podría considerarse irresponsable, y que por lo mismo podría tener algunas consecuencias negativas.
Para comprender lo anterior lo primero que se debe tener claro es qué son estos elementos. Al respecto Rebeca Carrasco, nutricionista y directora de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás de Concepción, explica que tal como su nombre lo indica, se trata de productos creados para complementar la alimentación y la función que cumplen es aportar o reforzar algún nutriente en la dieta de alguna persona que por distintos motivos esté en déficit, ya sea restricción en el consumo de ciertos alimentos o por alguna condición patológica que altere la absorción o alguna etapa en la que los requerimientos nutricionales aumenten o cambien.
En este sentido, la profesional aclara que si bien estos productos no son fármacos, en ocasiones se prescriben a ciertos grupos de riesgo, como las embarazadas o los adultos mayores, ante la necesidad de complementar la dieta y así lograr el consumo en la cantidad necesaria de ciertos nutrientes específicos que son requeridos e importantes en dichos periodos. "Por ejemplo, en el caso de las embarazadas el hierro, o la vitamina B12 durante algunas cirugías que involucren el intestino y en personas veganas, ya que su fuente es de origen animal. Transitoriamente, es necesario recurrir a suplementos alimenticios cuando se trata de alguna patología que impida la correcta absorción de nutrientes contenidos en los alimentos", detalla.
GUÍA PROFESIONAL
Aunque los suplementos alimenticios son de libre acceso y se pueden encontrar en distintos sitios, Rebeca Carrasco es enfática al sostener que es necesario que sean indicados por un especialista, precisamente porque "sólo se justifica en algunas personas su consumo", recalca.
De hecho, no consultar y no tener guía profesional es, según opina, es el principal error en el que los usuarios incurren al consumir suplementos alimenticios, relevando que "todos los nutrientes se encuentran disponibles en los alimentos y si la dieta es balanceada no es necesario el consumo de suplementos".
Otro punto vinculado con la importancia de la orientación profesional tiene que ver con que las necesidades de nutrientes varían entre personas y para abordar este punto pone el ejemplo de la "cultura del suplemento proteico" que existe actualmente en los gimnasios para que las personas aumenten su masa muscular durante el entrenamiento. "Cada persona tiene un requerimiento distinto de proteínas, por lo tanto debería ser evaluado por un especialista en nutrición deportiva para que reciba las indicaciones dietéticas adecuadas", añade.
A TENER EN CUENTA
En este sentido, plantea que si bien antes se pensaba que el consumo en exceso de estos productos sería perjudicial para la salud de los deportistas, esto no está comprobado, pero advierte que "tampoco lo está el nivel de suplemento requerido para que éste sea aprovechado metabólicamente para aumentar la masa muscular y que no sea utilizado para producir solamente energía".
Pero, lo anterior no significa que no pudiera existir algún riesgo asociado al consumo inadecuado de suplementos; sobre lo que la nutricionista pone el acento en que "tal vez, los principales riesgos estén asociados a la falta de información nutricional que algunos suplementos declaran. Existen estudios en suplementos para deportistas donde se encontraron sustancias farmacológicas no declaradas en el etiquetado nutricional".
Y si esto es así, se debe tener presente que hay principios activos que tienen las sustancias farmacológicas que podrían ser perjudiciales porque no tienen relación con un tratamiento que esté indicado y/o podrían tener efectos adversos o interacciones con otras sustancias.
Además, así como las deficiencias nutricionales pueden conllevar una consecuencia en el estado de salud integral, como efectos a nivel del ánimo o cansancio, e incluso tener relación con el desarrollo de alguna patología como la anemia en el caso del déficit de hierro; todo exceso también, siendo ese otro riesgo que podría traer aparejado el consumo irresponsable de productos como los suplementos alimenticios.