Profesionales enseñan a niños a crear videojuegos para fortalecer habilidades
"El curso ha marcado mucho nuestras vidas, sobre todo para él, quien asiste a las clases con harto entusiasmo. Le gusta todo lo relacionado con la computación y que se generen estas instancias de poder aprender y sociabilizar a la vez. Es algo que genera un aprendizaje significativo para su persona. Antes de comenzar el curso tuvo algunos problemas en lo emocional y desde que comenzó a asistir es otra persona, ahora anda feliz, piensa más positivo".
Así lo plantea Pamela Monsalve, mamá de Josué Naranjo, quien se integró al curso "Sociabilizo, diseño y juego", donde los menores crean videojuegos desde cero.
Todo ello bajo la empresa penquista "LynnE, Educación Inclusiva", cuyo objetivo es incentivar la inclusión de personas con discapacidad a la sociedad a través de cursos de fortalecimiento de habilidades socio-emocionales, tecnológicas y laborales.
Camila Bunster, bióloga de la Universidad de Concepción, contó que hace un tiempo se le ocurrió hacer cursos de videojuegos con habilidades sociales y empezaron a analizar cómo. Aunque ya había hecho algo siendo directora de un proyecto similar, mediante un videojuego educativo para personas con trastorno del espectro autista. "Hicimos un curso corto con niños y adolescentes. Resultó bien, pero creía que algo faltaba para contribuir más, porque me percaté que había mucho interés y que no era difícil trabajar con ellos cuando se hace a través de algo que les gusta", planteó.
Fue así como vio que era necesario sumar a alguien especializado en psicología, pues la otra persona con la que comenzó a profundizar la idea es ingeniero informático.
NECESARIO
bullying
De esta forma inventaron clases que parten con una actividad lúdica, para luego pasar a la temática del videojuego, donde el profesor se les enseña distintos programas para que los menores aprenden a hacer los suyos. Aparte han ido sumando otras temáticas, como programación y comunicación visual, donde se incluye ilustración y dibujo.
Miranda contó que se adjudicaron un fondo Corfo y en marzo parten con otros cursos con estas líneas, que tienen distintos objetivos. El de programación tiene habilidades sociolaborales con foco hacia los mayores, a fin de orientarlos en el plano vocacional, pero con programación incluida.
El de comunicación visual, agregó Camila, también tiene las mismas directrices del anterior y el de programación enseña un lenguaje, que para las personas que les interesa el videojuego puede ir a su desarrollo y al que le interesa pueden centrarse en la programación.
La psicóloga sostuvo que los alumnos, que van desde los 11 hasta los 25 años, tienen diversas discapacidades y parten desde cero en la creación de un videojuego. De hecho, agregó que el profesor conecta su computador a la pantalla o proyector y va mostrando lo que va haciendo y los alumnos van siguiendo los pasos sin usar internet a fin de que los niños no se distraigan en otras cosas.
"Después de eso, el profesor les enseña a diseñar el videojuego, a armar una historia para que todo tenga lógica hasta tener lo que desean e incluso componen la música que acompaña los juegos. De hecho, los cursos son mezclados, pues pueden tomar parte menores que no tengan limitaciones, pues la idea es que interactúen algo que los padres agradecen", afirmó Melissa.
Los juegos son de diseños simples, donde los de plataforma, como Mario Bros, son los más llaman la atención de los jóvenes creadores, con un personaje principal, un enemigo que van saltando y sorteando espacios. Los más adultos, porque también hay profesionales que se suman a los cursos, se orientan más a los temas propios de su carrera.
AVANCES
Melissa comentó que los padres de la primera generación quedaron muy contentos con los logros alcanzados, pues vieron que mejoraron la sociabilización con los hermanos, en el colegio, mayor autonomía y motivación por seguir estudiando cuando salgan de cuarto medio.
Camila agregó que los humanos necesitan aprender a convivir entre sí, conociendo sobre las discapacidades que pueden existir, respetándolas, sobre todo porque al salir al mercado laboral se van a encontrar con personas diversas.