Uno de los fenómenos más preocupantes que trae consigo el uso irresponsable de la tecnología es la desinformación. Más conocido como "fake news", nuestro continente, país y Región no están ajenos a esta problemática.
Sin ir más allá, las elecciones presidenciales que lograron los triunfos de Donald Trump, en EE.UU, o de Jair Bolsonaro, en Brasil, estuvieron cargadas de noticias falsas que se propagaron a través de redes sociales como Facebook o Twitter, pero también a través de servicios de mensajería como WhatsApp.
Es precisamente en esta última plataforma, donde las "fake news" sacan provecho de la privacidad.
Nada nuevo
Las noticias falsas no son un fenómeno nuevo, ya que siempre fueros conocidos en español como "bulo", es decir, un rumor que se esparcía sin mucho fundamento y con la intención de modificar la opinión de personas respecto a temas sensibles.
Para Javier Martínez, periodista y docente de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), la situación se ha visto intensificada en el último tiempo, "ya que lo que antes corría vía boca a boca -o mediante cadenas de correo postal- hoy se simplifica mediante los dispositivos con los que todos contamos".
"Es información simple de viralizar, porque el usuario no cuenta con la capacidad de cuestionar la veracidad de la información", agrega.
De acuerdo a Manuel Aris, sociólogo e investigador del Centro de Estudios Espacio Público, lo que se recomienda, en caso de recibir una noticia sin fuentes o con algunas poco confiables, es que "no se crea el contenido sin verificarlo con otras fuentes; es una recomendación general para cualquier tipo de noticias".
"Lo que es más difícil, es que, generalmente, en redes sociales o WhatsApp, se tiende a creer en cosas que refuerzan creencias previas que cada uno puede tener", sostiene.
Otro punto importante, de acuerdo a Aris, es estar atento a lo que plantea sobre el tema de la noticia falsa, quien no tiene una opinión parecida a la propia.
Para intentar reducir este tipo de situaciones, WhatsApp ha limitado el reenvío de mensajes a un máximo de cinco veces.
Respecto a esto, para el investigador, lo que hace es "retardar un poco el tiempo de 'contagio' de desinformación. Son medidas que hacen más lento este proceso de contagio, pero no lo impiden".
La comunicación vía este servicio de mensajería, aparte de estar encriptada y ser privada, es totalmente directa. "Permite una comunicación hacia destinatarios que leerán sí o sí el mensaje. En redes sociales, como Facebook o Twitter, uno comparte una noticia y no sabe si todos los seguidores los leerán. Por eso WhatsApp es tan peligroso en la propagación de 'fake news'".
Para el profesor y decano de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Eduardo Arriagada, la desinformación choca con los prejuicios e ideas preconcebidas.
Entonces "tendemos a rodearnos de cosas que se amoldan a los nuestros. La gente que difunde cosas falsas no siempre sabe que está mintiendo, sino que creen sinceramente en lo que leen y por eso lo hacen con tanta tranquilidad. Si nos convencemos de algo, solo creemos lo que calza con ese conocimiento", sostiene.
Política
En 2016, durante la postulación de Donald Trump a la Casa Blanca, las "fake news" ocuparon la primera línea de la información disponible sobre el entonces candidato republicano.
Cualquier noticia que no lo favoreciera, era tildada como algo falso, incluso cuando la información venía de medios serios. Una política que el Presidente estadounidense mantiene hasta hoy.
La elección de Jair Bolsonaro en Brasil, en 2018, también llevó a situaciones similares.
Para Lucas Serrano, cientista político y director de Asuntos Públicos de Observa Biobío, las "fake news" en la política tiene un impacto altísimo.
"Los votantes no entienden muy bien qué hay detrás de las noticias. Muchas veces no se fijan en las fechas y comparten información de años atrás, como si fueran del día a día".
"WhatsApp es algo muy cercano a las personas. Es fundamental en la comunicación diaria, hoy el mundo tiene la lógica de que la gente se conecta con quienes piensan similar a ellos. Entonces, un votante de extrema derecha o uno de extrema izquierda, compartirá información con personas simpatizantes de su visión y tomarán esas noticias como verdades", comenta.
Para Serrano, el rol de las plataformas es importante en esta materia, ya que "también tiene algo de responsabilidad en la transmisión de estos mensajes. Es por ello que el año pasado WhatsApp abrió fondos para la investigación del fenómeno de las fake news".
En efecto, Facebook, propietaria del servicio de mensajería, abrió en julio de 2018, un fondo de investigación contra el auge de la desinformación a través de su plataforma.
"Consideraremos seriamente las propuestas desde cualquier perspectiva de las ciencias sociales y tecnológicas que propongan proyectos que enriquezcan nuestra comprensión del problema de la información errónea en WhatsApp", informaba la empresa a través de un comunicado.
Para Manuel Aris, "es importante que las autoridades actúen con responsabilidad con respecto a los discursos que elaboran. Cada vez que lo hacen en base a prejuicios, lo que hacen es generar condiciones propicias para que se propaguen noticias falsas".