Ciclista se reúne con su equipo médico luego de asombrosa recuperación
Menos de dos kilómetros faltaban para que Sandra Arrepol (47) llegara pedaleando a su casa en Talcahuano, cuando un camión la impactó a la subida del Puente Perales, causándole una fractura cervical, otra en la pelvis y considerables daños en los pulmones y el corazón que, según el parte médico, la dejaron con un 20% de posibilidades de sobrevivir.
"Después de eso no sé qué pasó. Sólo recuerdo que desperté el 18 de agosto en Santiago", contó la mujer que ayer se reencontró con parte del equipo médico que la ha estado tratando desde el 31 de julio, cuando ingresó a la urgencia del Hospital Las Higueras luego del accidente que casi le arrebata la vida. "Ellos me salvaron la vida. No era mi momento", agregó.
El reencuentro se produjo en la sala de telemedicina del Hospital Las Higueras, donde tres de los médicos que asistieron a Sandra expusieron a ella, su familia y directivos del establecimiento, los procedimientos que se realizaron para poder salvar la vida de la paciente que, en casos similares, muy pocas veces se tiene éxito.
Tras los respectivos abrazos y agradecimientos por las gestiones, el médico de tórax y cirujano general de turno que la atendió esa noche, Juan Marcos Peraza, relató que "Sandra llegó con muy malas condiciones en general, pero a pesar de su gravedad ellos llegó consciente y conversando, lo que fue muy bueno para las sesiones de terapia que siguieron más adelante. Ella tenía un trauma torácico complejo, con aire y sangre en ambos pulmones, lo que obligó a utilizar elementos que permitieran expandir el pulmón para luego poder drenarlo. Después todo se dio como una serie de eventos afortunados".
EVENTOS AFORTUNADOS
Milagro, dice Peraza, porque ese día no le tocaba estar de turno en la urgencia del centro asistencial. "Hace dos años soy el primero cirujano de tórax que tiene el hospital. Me pidieron trabajar ese día y accedí, lo que fue fundamental para poder tratar a la paciente durante las primeras horas", precisó.
"Fue una compañera de trabajo de mi mamá la que nos avisó que a mi mamá la habían atropellado, pensamos que había sido algo sencillo, pero cuando llegamos a la urgencia del Hospital nos dijeron que estaba en reanimación y ahí entendimos que era algo mucho más grave. Nos dijeron que tenía una posibilidad de sobrevivir del 20%, pero nos aferramos a eso y confiamos en que todo saldría bien", relató Nayadett Arrepol (26), hija de Sandra.
Después de cuatro operaciones, tres paros cardiorrespiratorios, trasladado aéreo a Santiago para continuar con el tratamiento en la Mutual de Seguridad y medio pulmón, Sandra asegura que está mejor que nunca. Renovada en fuerzas y en espíritu, confía en que lo que queda de recuperación le permitirá salir adelante y volver a subir a la bicicleta; eso sí, "solamente de paseo", se apresura en aclarar.
RESPETAR A LOS CICLISTAS
"Siempre a los ciclistas nos han visto como poca cosa", dijo Sandra. Pese a que ese día portaba su chaleco reflectante, no sabe por qué el conductor del camión que la impactó no la vio. "Yo iba bien por mi camino, pero no esperaba que el camión virara en U y me pegara", expresó.
Desde el pasado 11 de noviembre, y con la entrada en vigencia de la Ley de Convivencia Vial, los ciclistas están obligados a circular por la calle cuando no existan ciclovías para ellos. Eso sí, la normativa establece que los vehículos deberán realizar las maniobras de adelantamiento a un mínimo de 1,5 metros de distancia de los ciclistas durante todo el proceso.
Pese a la normativa, Sandra afirmó que seguirá utilizando la bicicleta, pero no para ir a trabajar. Además agregó que cuando se suba a ella, transitará por la vereda para protegerse de nuevos accidentes.
"La bicicleta a futuro sí, pero de paseo. No para trabajar, porque cuando uno va a trabajar lo hace con la presión del tiempo y le mete velocidad, y eso ayuda a que uno pierda el enfoque en la vía, lo que puede terminar en tragedia. Ahora andaré por la vereda, no me quiero arriesgar", finalizó.