Actitud marca la real diferencia durante la práctica profesional
Aunque para la mayoría de los estudiantes los meses de verano son sinónimo de vacaciones, son muchos los alumnos de la educación superior que optan por destinar este periodo a realizar su práctica profesional. Así, muchas empresas e instituciones se preparan para recibir a los jóvenes durante enero y febrero, y a más de alguno se le presentará la posibilidad de continuar en el mismo lugar, pero no como "practicante", sino como colaborador.
Y esa es una de las oportunidades que la práctica puede ofrecer a los futuros profesionales, y uno de los anhelos que muchos tienen; pero no es la única y está en el significado de la etapa lo que deben valorar los estudiantes y la razón que hace importante que no la vean como "un trámite más", según plantea José Muñoz, docente de Prácticas de Duoc UC sede Concepción.
Lo primero es que se trata de la puerta para conocer el mundo laboral real y destaca que permite consolidar los aprendizajes al aplicarlos y asimilar la teoría con la práctica, lo que implica poner a prueba lo aprendido durante su formación, pero también que aprendan a través de la experiencia vivencial. "Mediante su proceso de práctica, el estudiante va desarrollando diferentes actividades de las cuales va adquiriendo nuevos conocimientos para aplicarlos cuando ya sea un profesional", precisa.
Desde allí, agrega que se espera que "un alumno en práctica desarrolle distintas habilidades para desenvolverse dentro del mundo laboral", las que son sociales, cognitivas, convencionales y técnicas; siendo también en estas distintas esferas las competencias que se ponen a prueba durante el periodo, por lo que Muñoz releva que no solo los conocimientos adquiridos -o que se puedan adquirir- son sinónimo de una práctica exitosa, pues esto también depende de la actitud que el joven tenga con sus compañeros, jefaturas y con la labor que realice.
Al respecto, detalla que "es muy importante que el alumno se concentre y ponga atención en cada uno de los procedimientos y actividades que se desarrollan dentro del centro de práctica y si existe alguna duda hacerlas preguntas correspondientes a la persona indicada".
Agrega que también es importante la actitud de liderazgo acorde a las competencias de la especialidad en la que se está formando, para lo que aconseja ir haciendo un seguimiento permanente a los desafíos y oportunidades que representa el periodo, siempre con una actitud propositiva en función de solucionar problemas específicos de la empresa y plantear oportunidades de mejora.
José Muñoz recalca, además, que durante este proceso el estudiante debe proyectar una actitud respetuosa, servicial y cordial, y también de capacidad de integración, cooperación y trabajo en equipo, además de adaptación y flexibilidad al cambio, y de apertura a asumir desafíos y críticas.
-Porque es el proceso que, sin duda, ayuda a complementar la formación del estudiante, sobre todo si lo realiza en una empresa que valore el aporte que pueda entregar. Por tanto, da nuevas experiencias, conocimientos, habilidades y destrezas, permitiendo fortalecer las competencias y conocimientos adquiridos durante los años de estudio, logrando así un estudiante con las competencias idóneas para desarrollarse en el mercado laboral.
-El estudiante debe proyectar una mirada a largo plazo. No se trata solo de saber técnicas operativas asociadas a su especialidad; factor clave son las competencias blandas de especialidad, y la capacidad de adaptarse y concretar los nuevos desafíos que se le van presentando. Es importante que sea responsable y comprometido con la empresa donde desarrolla su práctica y se esfuerce para ser un real aporte, entregando nuevas ideas, dando opiniones relevantes que ayuden a la toma de decisiones, ser eficiente, eficaz, entusiasta y tener iniciativa frente a distintas situaciones.
-Hoy el punto central es el trabajo en equipo. Así, todo lo que lo afecte (irresponsabilidad, falta de compromiso o de respeto a compañeros y jefaturas, o ser poco empáticos, por ejemplo) perjudica el desempeño, pues las relaciones son muy importantes en el mundo del trabajo, ya que aquí pasamos gran parte de nuestras vidas. Sobre todo para el alumno practicante, que necesita un buen clima laboral para preocuparse de adquirir la experiencia de sus colegas.
Las relaciones laborales no deben porqué desembocar en la amistad, pero sí deben ser cordiales y respetuosas. De lo contrario, el desempeño dentro del centro de práctica se haría insostenible, perjudicando así el fortalecimiento de conocimientos y competencias necesarias para llegar a ser un gran profesional.