En la Casa de la Mujer de Lota Alto se realizó la ceremonia de certificación de 160 usuarios del Programa Familias del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) del Biobío en la ex comuna minera.

Los diplomas certifican que todas estas personas cerraron con éxito dos años de capacitaciones y acompañamiento técnico para desarrollar sus emprendimientos.

Joaquín Eguiluz, director regional del Fosis, detalló que el objetivo de este programa es contribuir a la superación de la pobreza entregando herramientas sociales y laborales que ayuden a los beneficiarios a cumplir sus compromisos y sueños familiares, logrando autonomía en sus emprendimientos, nivelación de estudios, mejorar ingresos y dinámica familiar.

Cindy Mella Quiroga, beneficiaria del Programa Familias, se mostró contenta con el programa y aseguró que éste "ha sido un apoyo fundamental para el crecimiento personal y el de mi familia, los bonos que nos entregaban me ayudaron mes a mes y también a través de este programa me adjudiqué otro programa del Fosis llamado Apoyo a Tu Plan Laboral, que me ayudó con equipamiento para mi emprendimiento de podología".

Valoración

Eguiluz planteó que "este programa no tendría sentido sin el empeño y compromiso de las familias, pues ellos son el corazón del Gobierno y a través de este programa ellos tuvieron acceso a una línea preferencial de financiamiento para otros programas de emprendimiento que les ayudaron a sacar adelante sus ideas de negocio".

El seremi de Desarrollo Social, Alberto Moraga agregó que "las familias todos los días luchan por su realidad y nosotros como Estado, el trabajo que tenemos es desarrollar precisamente las herramientas para ir en apoyo de ese esfuerzo, un Estado subsidiario que pone la vulnerabilidad en el centro de la política pública".

En tanto, el alcalde de Lota, Mauricio Velásquez, expresó que "comunas como Lota no cuentan con los recursos para poder dar cumplimiento y atención a los distintos requerimientos de las familias y en esta oportunidad el Gobierno se ha hecho cargo entregando un trato especial a través de este programa".

En qué consiste

Durante 24 meses, las familias son apoyadas por profesionales que realizan sesiones de trabajo individuales, familiares, grupales y comunitarias.

Apoyo

Cindy Mella, una de las usuarias beneficiadas, destacó la entrega de bonos, lo que le ayudó a fortalecer su emprendimiento, pues tenía un piso económico cubierto.

El primer espacio de áreas verdes del sector fue uno de los principales hitos que dejó el Programa Quiero Mi Barrio en el sector Arenal de Talcahuano.

Después de tres años de intervención se puso fin al programa que partió en 2015, con la finalidad de realizar una recuperación física y social a escala barrial.

El alcalde Henry Campos mencionó que este barrio se diferencia de otros por ser de orientación comercial y que antes de que se implementara la estrategia era conocido como Barrio Rojo.

"Este sector es emblemático para la comuna, ya que cuando nació era un barrio comercial, pero con el tiempo quedó en el olvido; pero lo que se hace con esta intervención del Minvu es mejorar la calidad de vida de los vecinos a través de las obras y de los talleres que se realizan", expresó el jefe comunal chorero.

Para Víctor Escalona, primer director del Consejo Vecinal de Desarrollo, este es uno de los programas más significativos implementados en el sector: "Gracias a esta iniciativa hemos cumplido nuestros sueños, mejorando el lugar donde nuestros niños juegan, crecen y se desarrollan. Lo que más rescato de todo el trabajo realizado es que es colectivo, donde nuestra voz como vecinos es escuchada".

Ministerio

El seremi de Vivienda, Emilio Armstrong, manifestó que "hemos sido testigos del compromiso, la pasión y el cariño que tienen los vecinos por su barrio, y esto no es casualidad, ya que han sido parte del Quiero Mi Barrio, un programa que genera participación, donde los vecinos son parte de manera activa en el diseño de los proyectos generando así identidad y mayor pertenencia".

Sobre al área verde implementada, Armstrong comentó que hace un siglo que no se hacía una intervención de este tipo y con ello ahora las familias cuentan con un espacio para realizar actividades al aire libre.

Llevaban años trabajando como equipo de pastoral juvenil, pero después de presentar un proyecto al arzobispo de Concepción, Fernando Chomali, éste aceptó la creación de la Vicaría para el Servicio de la Niñez, institución eclesiástica pionera a nivel nacional que les permitirá desarrollar estrategias para acercar la Iglesia Católica a los niños, generar espacios para éstos y reconocer a nivel de institución el trabajos que un grupo de jóvenes estaba desarrollando con los más pequeños.

Profesora de Física en el Liceo de Niñas de Concepción, Morín Contreras, desde ahora delegada episcopal, fue la escogida por Chomali para liderar el equipo que ya está compuesto por 10 personas, pero que espera que pueda aumentar antes de marzo, cuando la Vicaría al Servicio de la Niñez inicie formalmente su trabajos en las 52 parroquias de la Arquidiócesis.

La creación de la Vicaría supone un hito en la iglesia local, no sólo porque es la primera vez que se crea una institución al servicio de los niños, sino también por la delegación de una mujer laica en el cargo de delegada episcopal.

Generar un catastro de los niños que participan en actividades de la iglesia y definir protocolos para el trabajo con menores, son los primeros desafíos que deberá enfrentar la nueva institución y que deberá tener los primeros frutos en no menos de un año, según dijo la delegada episcopal.

-Creo que no es tanto que sea mujer, sino más bien que sea laica. En la estructura de la iglesia la jerarquía nos dice que las personas que asumen estos servicios son sacerdotes, o también pueden ser diáconos, pero nunca se había dado esta responsabilidad a una persona que no tuviera una consagración. En mi caso, no tengo más que mis sacramentos, pero sí tengo una historia de servicio en la Iglesia, que fue lo que el obispo valoró y confió para poder llevar adelante esta vicaría.

-La Vicaría va a tener varias coordinaciones: se va a enfocar en los movimientos, como los Centro Vacacionales Solidarios (Cevas), la Juventud Parroquial Chilena (Jupach) o Infancia Misionera, queremos promover estos centros y apoyarlos en labores de coordinación y de recursos; también vamos a promover el trabajo en colegios -sean confesionales o no-, vinculación con los acólitos, porque no es sólo una cuestión vocacional, no hay que olvidarse que ellos también son niños; también en las parroquias, que creemos que es lo más importante. La idea es que no sólo tengan vinculación con ellas a través de las catequesis, sino también a través de otras actividades y que no estén sólo para los sacramentos.

-Nuestra primera preocupación, en relación a salvaguardar la integridad de los niños, es realizar un catastro, porque generalmente en las parroquias no hay registros de las actividades con niños. Por lo tanto, queremos hacer un catastro para conocer la situación de los movimientos, las parroquias. Lo primero es conocer qué tenemos y en qué nivel estamos, después de eso vamos a actuar.

-Muchas veces no hay registro de las actividades en las que participan los niños, lo que genera espacios propicios para que existan abusos de poder y también sexuales. Eso ha sucedido, y pasa porque no hay nada escrito, entonces cuando hay una denuncia no se puede constatar que el niño realmente estuvo en ese lugar y a esa hora, cuál es la cercanía con esa persona que es la acusada.

-Estamos recién iniciando, así que estamos pensando en cómo sería la mejor manera de poder hacer esos registros y también cómo podemos hacer llegar nuestra ayuda a las distintas realidades.

GENERAR PROTOCOLOS

-Es necesario generar protocolos para trabajar con niños. Vamos a trabajar al servicio de todos los niños, los que se mueven por distintas realidades. Por eso queremos hacer lineamientos que sean generales, que aplicarían, por ejemplo, a una actividad Jupach o a una catequesis. La idea es que se fije que se tiene que trabajar en un lugar público y con visibilidad para todos, porque los abusos se generan cuando nadie está mirando, o al menos es más fácil que se dé el abuso.

-No, es por iniciativa de nosotros.

-Sí, siempre hemos tenido esa inquietud. El problema era que no teníamos la potestad o la suficiente fuerza para poder llevarlo a cabo, pero como Vicaría la situación cambia; ahora podemos armar equipos, aglutinar a más gente y dejar a gente especializada en ese tipo de situaciones.