División mundial en la víspera de la adopción del pacto de la ONU
Dos tercios de los 193 países miembros de la ONU asistirán hoy a la cumbre de Marrakech donde se promulgará el Pacto Mundial para la Migración, que se compone de 23 objetivos y es el primer documento mundial sobre este fenómeno. El texto ofrece un marco de cooperación para gestionar mejor la migración a nivel local, nacional e internacional, así como identificar las mejores acciones en la materia.
Pero en la jornada también estarán muy presentes las ausencias de países receptores y la baja representatividad de los otros países que rubricarán el primer documento mundial en la materia.
Países que son sobre todo receptores de emigrantes (Australia, Italia, Bulgaria, Austria, Hungría, Polonia, Eslovaquia, República Checa, Suiza, Estonia, Lituania, Israel o la República Dominicana) anunciaron que no adoptarán el texto y no asistirán a la cita de Marrakech, un hecho que compromete la relevancia del evento.
los fundamentos
Los principales argumentos de estos países es que el acuerdo, pese a su carácter no vinculante, puede generar compromisos políticos en detrimento de la soberanía de los Estados; además de que no establece una diferencia entre migrantes regulares e irregulares.
Las retiradas comenzaron el año pasado con Estados Unidos que se desmarcó del proceso de elaboración del pacto -consensuado en junio de 2017 tras 18 meses de negociaciones- con el argumento de que contiene cláusulas que no son acordes con la política migratoria del Presidente Donald Trump. La misión de Estados Unidos ante la ONU acusó el sábado a la ONU de tratar de promover a través de este pacto "la gobernanza global a expensas del derecho soberano de los Estados a controlar sus sistemas de inmigración".
En la jornada destaca la presencia de al menos dos Jefes de Estado africanos y algunos líderes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel, o el Jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, además del secretario general de la ONU, Antonio Guterres. El pacto, pese a no ser vinculante, genera rechazo y división dentro de los países que lo van a rubricar: en Bélgica, los nacionalistas flamencos de la Nueva Alianza Flamenca (N-VA) se retiraron el sábado de la coalición gubernamental debido a que el primer ministro, Charles Michel, viajaría a rubricar el texto, con lo que a su regreso a Bruselas deberá hacer ajustes en su coalición.