"Los crímenes de Grindelwald" es sólo una sinopsis
En 2016, la primera entrega de la saga de películas, que funcionan como precuela a las cintas originales de Harry Potter, llegó a los cine. Fue una bocanada de aire fresco para los fans del universo del joven mago.
Con J.K. Rowling a cargo del guión, "Animales fantásticos y dónde encontrarlos" fue un éxito en las salas comerciales y la crítica se rindió ante su sencilla historia, con excelentes efectos especiales y una evidente expansión a este mundo de fantasía.
Por lo anterior es que resulta aún más doloroso que la segunda entrega de la saga, "Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald" resulte ser un filme decepcionante.
La secuencia inicial funciona. Abre el apetito al ver una extraordinaria persecución en carruajes voladores, con un Johnny Depp en un personaje villanesco que le cae como anillo al dedo. Lamentablemente, esta secuencia es el punto más alto de una cinta de 134 minutos, pues esta secuela se construye en base a promesas que nunca se concretan del todo.
DECIR LO QUE SE HACE
Sin duda lo más efectivo del filme es su elenco. Eddie Redmayne es un buen principal, Johnny Depp un villano a la altura y Jude Law entrega una interpretación prometedora de un joven Albus Dumbledore, quizás uno de los personajes más queridos de este universo.
Lo mismo ocurre con Zoe Kravits y Katherine Waterston, que justifican su participación en roles de soporte, pero que se apoderan de la pantalla en cada escena.
El problema no son las actuaciones, todas correctas, sino el guión. Rowling jamás logra llevar a sus personajes a lugares concretos, abusando de las subtramas y diálogos expositivos, donde se hace recurrente ver a alguien explicándole todo lo que pasó a los demás. Se nos cuenta mucho y vemos muy poco.
Decir que los efectos especiales y las animaciones de las criaturas son de primer nivel, es casi una redundancia. David Yates, también director de la predecesora, demuestra por qué está en la elite de los realizadores del cine de fantasía.
Aún así es insuficiente, porque "Los crímenes de Grindelwald" no viene a contar una historia propia, como hizo la primera, sino que su objetivo es servir de entremés para todo lo que vendrá en el futuro de la saga. Todo apunta a un "continuará", como si se tratará de una serie de Netflix, y por lo mismo se le hace tan difícil sostener.