Carol Hullin llegó hace más de dos décadas a Australia para empezar de cero, prácticamente con las manos vacías, un título técnico como Auxiliar Paramédico y escasa experiencia laboral. Pero allí no sólo encontró un hogar, sino oportunidades que le permitieron desarrollarse. Así, llegó a hacer un doctorado en Inteligencia Artificial (IA), lo que la ha llevado a liderar la División de Informática Médica del Banco Mundial y trabajar por grandes proyectos de asesoría e implementación de sistemas de información en salud en distintos países subdesarrollados para mejorar la calidad de un derecho básico.
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SOLUCIONES AL SERVICIO
Es que la transformación digital incorporada en salud, innovando en los procesos, permite desde intervenciones para prevenir hasta cirugías con nanotecnología, desde telemedicina para diagnosticar y tratar pacientes a distancia a generar medicina de precisión, pues afirma que "se ha demostrado que la IA da más precisión de diagnóstico que un humano, porque tenemos evidencia clínica que permite configurar esas tecnologías".
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Pero, hay un punto en el que hace énfasis y es que las soluciones que existen o existirán son herramientas al servicio de la salud, donde los resultados dependen de su uso. "Las tecnologías no son las que manejan la salud, la comodidad que tenemos hoy es contar con modelos de información que contienen los datos", dice, necesarios para favorecer el funcionamiento del sistema de salud a todo nivel e incluso para que el comportamiento humano sea cambiado al acceder rápida y fácilmente a información sobre ciertos hábitos como el tabaquismo y el daño que provoca, a diferencia de antaño, cuando el conocimiento en salud sólo provenía de médicos o enfermeras.
-Ahí es donde como sociedad chilena necesitamos un compromiso más real con la educación, desde la estimulación temprana hasta educación adulta, continua, para que se generen siempre entornos de aprendizaje.
Además, una de las cosas muy básicas que todo innovador o emprendedor debería considerar, es que al entrar a un mundo digital tiene que dar algún alfabeto al usuario, para que pueda diferenciar una información fidedigna de una falsa, que es algo que finalmente sólo el usuario puede discernir. El problema es que en algunas áreas estamos preparando a profesionales sin ética, que es algo que el marco educativo debe cambiar para que las personas tengan un discernimiento puro de lo que se está haciendo está bien o mal.
INNOVAR SEGÚN LA
REALIDAD NACIONAL
-Compararnos, que es un problema que tenemos como sociedad, evita una innovación regional. Las soluciones digitales ya están ocurriendo, por eso creo que en Chile y Latinoamérica tenemos que preguntarnos por qué necesitamos herramientas digitales para tener un mejor acceso a la salud, oportuna, efectiva y de alta calidad. Y la respuesta es que con éstas uno mueve muchos datos, pero sobre todo la seguridad de las personas durante el proceso de atención y cuidado en salud.
-Creo que Chile siempre ha liderado en tecnología en Latinoamérica y a nivel computacional está súper avanzado y tiene todos los ingredientes de infraestructura. Pero, en lo intangible, no computacional, falta capacitación, estructurar un lenguaje semántico y tomarnos en serio a las tecnologías que pueden estar ayudando a personas en situación de vulnerabilidad. En eso estamos al debe, hay innovadores y emprendedores sin un contexto social, económico y político, y probablemente así se estén aumentando las brechas y la inequidad.
-Exacto. Uno de los emprendimientos más celebrados en Chile es una aplicación para pedir compras al supermercado que probablemente sólo usen los ricos. Pero, en la Araucanía hay una señora mapuche vendiendo lechuga en una esquina, que es sacada por un carabinero y no puede trabajar, y se empobrece. Entonces, no estamos siendo responsables de nuestra realidad nacional y sobre todo cuando se trata de fondos públicos los que se usan hay que buscar el bien común. En la trayectoria tenemos que resguardar esa inversión y lograr contagiar al innovador en que así como se esforzó mucho por lograr crear su solución, hay que devolver la mano.
-No cambiaría nada, sino que inspiraría a las personas que están haciendo un excelente trabajo, que están generando innovaciones a que se acerquen, que formen grupos y espacios de encuentro y trabajo que sean neutros, donde no domine lo económico ni lo científico, sino que se enfoque en generar una transformación digital para nuestra sociedad. Y ese no es rol del comerciante, del científico o innovador, ni del Estado, es responsabilidad de todos.
