La última semana trajo aparejada una serie de situaciones complejas y un escenario incierto para la realización óptima del desarrollo científico e investigativo de nuestro país.
Por un lado se concretó el pasado miércoles la renuncia del doctor Mario Hamuy a la presidencia de Conicyt, acompañada de una serie de reflexiones respecto al adverso escenario en que se mueve la ciencia y tecnología en nuestro país: "Hay mucho más por avanzar en políticas con un sentido de Estado y un ordenamiento en la gestión de los instrumentos, y allí es donde la nueva institucionalidad cobra enorme relevancia", dijo.
Pero también la baja en el presupuesto de casi un 4,6% en fondos para realizar investigación científica, hecho que inquieta tanto a científicos como rectores y también miembros del mundo político. Razón por la cual la comunidad regional ha alzado su voz en señal de preocupación por esta compleja realidad, solicitando que exista mayor claridad respecto a las asignaciones de recursos, pero también a quien liderará la nueva institucionalidad.
GESTIONES EN MARCHA
En las últimas semanas, y con la renuncia de Hamuy conocida de manera pública, una comisión del Consejo de Rectores (Cruch) se reunió con el ministro secretario general de la presidencia Gonzalo Blumel para abordar la situación actual del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, como parte de una serie de reuniones que se sostendrán en las próximas semanas.
La vicerrectora de Investigación de la U. de Concepción, Andrea Rodríguez explicó que en la cita, donde participó, también se abordó la situación del presupuesto: "Manifestamos en anhelo de las universidades de Chile de que existan más recursos y presupuesto. Bajan los recursos para ciencia, pero sobre todo en innovación. Dijo que lo entendía, que existía mucha demanda y consideraciones de corto y largo plazo. Pero también de que el sector privado participara en la inversión en innovación y desarrollo tecnológico".
Este fin de semana, el Cruch emitió una declaración pública donde lamenta la baja en recursos que se cuantifica en un 4,6%, indicando que "es altamente contradictorio con la inversión efectuada por el país en la formación de científicos de alto nivel, quienes no contarán con el financiamiento necesario para contribuir sustantivamente al progreso de Chile".
Además hacen hincapié en la situación actual del ministerio ya que "contó con un amplio consenso nacional, y su implementación queda en entredicho en las condiciones presupuestarias actuales".
MIRADA EN PROFUNDIDAD
Distintos actores del mundo científico a nivel local han expresado su preocupación por el complejo escenario actual. Pilar Pardo, académica de la Universidad del Bío-Bío, Inacap y directora de Girls in Tech Biobío explicó que el panorama actual está determinado por "hoy la ciencia no está valorada como corresponde, porque quizás no atrae tantos votos o es un tema país, pero si no tenemos ciencia no prosperaremos y no acortaremos las brechas que tenemos. Para asumir eso tenemos que llegar a un acuerdo entre el Estado, la academia, las empresas y la sociedad civil; pero todavía los apoderados no miran con buenos ojos que sus hijos estén en talleres científicos".
Además dijo que la salida de Mario Hamuy de Conicyt, "da cuenta de que no hay una coherencia entre lo que se dice y se hace. Hubo promesas de un buen ministerio, pero seguimos al debe y debemos enfocar en revertir esto, con un trabajo colaborativo donde las fundaciones y organizaciones también juegan un rol importante".
Gonzalo Padilla, biólogo marino y director ejecutivo de la Fundación Chile 2100 apuntó a que hoy hay una falta de visión, para salir de los modelos de negocios tradicionales: "La administración del Estado debe entender que invertir en ciencia no solo nos lleva a ser más inteligentes, sino que además es un buen negocio. El paso siguiente de cualquier descubrimiento científico representa un camino donde se pueden generar más recursos e incluso más puestos de trabajo".
Además planteó que es evidente que hay un "problema de comunicación, ya que hay que volver la ciencia atractiva desde el punto de vista de que el Estado la vea como algo importante y las empresas apuesten a invertir. La sociedad no funciona sola, y nosotros no funcionamos sin ella, por lo que debe existir una conversación".
Mientras que sobre la salida de Mario Hamuy apuntó a que por un lado "el anuncio ministerial debió ir asociado con las líneas prioritarias, el ministro definido y los equipos listos. La renuncia de Mario Hamuy da cuenta de que hay problemas de comunicación, y no puede ser que ocurra porque hay falta de motivación porque las cosas no avanzan. Estamos a tiempo, pero debe haber un trabajo de voluntad del Estado para echar a andar este proyecto. La ciencia no debe ser política ya que nos hace bien a todos".