Dispares reacciones tras luz verde a tronaduras en mina
El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de Magallanes resolvió ayer autorizar la utilización de tronaduras para la extracción de carbón en la Mina Invierno, pese al rechazo que han manifestado agrupaciones ciudadanas, parlamentarios y ONGs.
"Se cae a pedazos el supuesto compromiso del Gobierno con las energías renovables", expresó Greenpeace. "El gobierno acaba de aprobar su beneplácito para que se destruya un pedazo de la Patagonia y así se siga produciendo carbón a bajo costo", sostuvo la organización.
Mientras, la mina valoró la decisión y en una declaración pública, manifestó que "la comunidad y los trabajadores magallánicos, que son un 90% de la mano de obra de la mina- sin duda sabrán apreciar el valor de esta decisión, que permitirá que Mina Invierno pueda seguir contribuyendo al desarrollo de Magallanes".
La empresa ya había proyectado que si no era posible revertir el rechazo a las tronaduras, las operaciones no podrían continuar más allá de dos años. ¿La razón? La compañía busca con este método reducir costos para así asegurar la viabilidad de su funcionamiento, según señaló a principios de este año el gerente regional de la empresa, Guillermo Hernández: "Se compromete la continuidad operacional de Mina Invierno, ya que sin la incorporación de tronaduras, hay poco espacio para seguir produciendo".
La Mina Invierno es una compañía chilena, propiedad en partes iguales de Copec (grupo Angelini) y Ultramar (familia Von Appen), dedicada a la extracción de carbón sub-bituminoso en Isla Riesco, en la comuna de Río Verde, Región de Magallanes.