Mayor inversión en distribución, cambios regulatorios que se requieren en Chile, así como la percepción de la ciudadanía respecto al servicio que está recibiendo y una valorización de la política energética. Esos fueron parte de los puntos a lo que se refirió en Concepción el director ejecutivo del gremio de las Empresas Eléctricas, Rodrigo Castillo.
En el año 2013, el sector invirtió $68.277 y el año pasado llegó a $263.697 millones. A juicio del ejecutivo, si bien la demanda es un factor, las ciudades y los países no crecen a grandes velocidades, pues por lo general las solicitudes eléctricas aumentaban un poco más que el PIB, pero en el último tiempo, producto de la eficiencia energética, sobre todo cuando se prohibieron las ampolletas incandescentes, ha estado en el producto interno o bajo ello.
"Por ende, lo que uno puede establecer que el aumento de la demanda es 2% anual, o sea, un monto que no es significativo. La mayor cantidad de la inversión está dada en calidad de servicio, es decir, en más resiliencia de las redes, en mayor nivel de automatismo de las mismas con el fin de tener control sobre ellas. Además, ha habido mucho en poda y corte de vegetación", detalló.
- Ese fue uno de los factores y para el caso de esta zona eso ha sido muy importante y en zonas más urbanas ha estado relacionado con eventos climáticos que generan caída de árboles sobre las redes, generando interrupción de servicios.
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- Probablemente la cifra sea similar o algo mayor, pero hay un elemento muy importante. Producto de la implementación de la nueva norma técnica, probablemente esos números van a aumentar de forma muy significativa, aunque prefiero no arriesgarme con una cifra.
-En términos generales, la calidad del servicio ha ido mejorando sustancialmente año tras año. Ahora bien, también es cierto que han habido eventos climáticos, tanto en la zona sur como la Metropolitana, que han implicado momentos muy traumáticos para la población, con cortes muy prolongados. Los más difíciles fueron a mediados del año pasado, con la nevazón en Santiago, que implicó un número alto de clientes perjudicados. Parte de la percepción tiene que ver con estos eventos, sin embargo, cuando se aíslan estas situaciones, la verdad la calidad del servicio ha ido mejorando y seguirá así con la entrada en vigencia de la norma técnica.
- En menos duración y frecuencia de los cortes.
- Bueno, los efectos del cambio climático son difíciles de predecir. Uno puede decir que en el mundo están pasando cosas como estas, pero uno no sabe lo que va a ocurrir en el caso concreto de una ciudad en un momento determinado. Probablemente es el aprendizaje de los últimos años, en que estos eventos se han venido repitiendo, el que nos lleva como sociedad a tomar decisiones respecto a hacer las redes más resilientes frente a eventos que pensábamos que eran muy esporádicos, pero el tiempo ha demostrado que ahora lo son menos de lo que creíamos.
- Sí, pero no tanto por el valor económico, que es complejo, sino por el efecto que genera en la calidad de servicio. El corte de una línea de alta tensión puede dejar sin suministro eléctrico a una parte significativa de una comuna o población, incluso afectando a personas electrodependientes. El año pasado llegamos a un acuerdo con el gobierno para enfrentar este tema y andado bien, sobre todo porque fue una iniciativa nuestra, que no esperó trámites.
- Definitivamente el sector de la distribución y transmisión eléctrica está viviendo una verdadera revolución en el mundo, con una gran cantidad de recursos distribuidos, como por ejemplo los techos solares, la llegada pronta de más autos eléctricos, el reemplazo de calefacción a eléctrica… todo esto está modificando la manera de ver la industria. Al mismo tiempo, la capacidad que estamos teniendo y tendremos mucha más con los medidores inteligentes, de poder interactuar de forma bidireccional con el cliente, de poderle entregar información horaria respecto a su consumo y ofrecerle tarifas especiales sobre lo que gasta. Todo eso está generando una revolución y Chile será el primer país de Latinoamérica en subirse a este carro con prontitud.
- Sí, estamos aún lejos de los estándares de servicio del nivel de automatismo e inteligencia en las redes que países más desarrollados que nosotros, pero probablemente somos la nación que más rápido está avanzando en la región (Latinoamérica) y esperamos, de la mano de la Ruta Energética, de la agenda de largo plazo que sigue estando vigente y que se desarrolló en el gobierno pasado, el poder cumplir con este compromiso de llegar a las 4 horas máximo de interrupción anual el 2035 y a una hora el 2050. Esto es muy ambicioso, pero queremos hacerlo de forma inteligente.
- Creo que sí. Uno de los grandes méritos que ha tenido este sector es que desde hace bastante tiempo, y que ha atravesado distintos gobiernos y se reproduce en el Congreso con distintos partidos políticos, ha logrado tener una discusión con altura de miras. En generar instancias de participación para llegar a la agenda impulsada por (Máximo) Pacheco (ex ministro de Energía) como la Ruta del actual gobierno fueron producto de una enorme participación. Todos sabemos lo que hizo el gobierno pasado y en este la ministra (Susana Jiménez) y todo su equipo recorrieron el país para llegar a la Ruta. Por ende, creo que Chile está dando un muy buen ejemplo de política pública en el área energética.
- Sí, ya muchas empresas y fabricantes están anunciando que al 2020 algunos y 2024 otros dejarán de elaborar autos a combustión y se van a enfocar a eléctricos. Esto tiene muchas ventajas y creo que va a ir mucho más rápido de lo que hoy se puede imaginar.
- Pienso los combustibles fósiles, como petróleo o gas, van a ir perdiendo participación en la matriz primaria y también en las secundarias, como en movilidad.
- Evidentemente Chile va a vivir una transición respecto de la situación actual, donde las plantas a carbón que hoy existen y son necesarias para el sistema, pues dependemos de ellas, pero lo más relevante es el mensaje de largo plazo que se está dando. Desconozco los plazos exactos, pero el mensaje es el correcto.