Proyecto apostó por rescatar del peligro a la frutilla blanca chilena
En el territorio de Nahuelbuta, en las comunas de Contulmo y Purén (regiones del Biobío y la Araucanía), la frutilla chilena se destaca entre sus pares con un color blanco rosáceo que la caracteriza tanto como su aroma y sabor.
Y luego de haber pasado por periodos difíciles en cuanto a su producción y conservación, hace poco culminó un proyecto para rescatarla que se extendió durante cuatro años y que desarrolló el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia)Quilamapu con financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
Para poner fin a la iniciativa se desarrolló un seminario en Purén, donde participaron actores de todas las comunidades involucradas, tal como fueron parte activa de la iniciativa, con un estrecho vínculo con los dos municipios, instancia en la cual Pablo Bustos, director nacional del Inicia, afirmó que "éste es un rescate patrimonial que tiene una importancia muy grande, ya que la frutilla que comemos en Chile y en el mundo tiene su origen en esta frutilla".
EL PROYECTO
Cecilia Céspedes, investigadora de Inia Quilamapu, fue la coordinadora del proyecto que combatió la desaparición de un fruto que es considerado un tesoro para el país a través de su reintroducción en predios en Purén y Contulmo.
in vitro
Sobre los resultados, la investigadora destacó que los huertos de frutilla blanca establecida en el marco del proyecto fueron 7 veces más productivos que los tradicionales. Por ello, sostiene que se augura un futuro esperanzador.
Otro punto que relevó del trabajo es que los frutilleros aprendieron a elaborar biopreparados para mejorar la calidad del suelo, proteger de plagas y enfermedades sus cultivos, y producir nuevas plantas a partir de plantas sanas.
Respecto al futuro, Céspedes comentó que se mantendrá un grupo de transferencia tecnológica para los próximos 4 años, pues esto permitirá dar continuidad al trabajo en el territorio, apuntado que la idea es crear una ruta de la frutilla blanca, que permita a los turistas probar el fruto y preparaciones a partir de éste, pero sobre todo conocerlo, su cosecha, su historia y su valor.
En esta línea, Bustos adelantó que se espera continuar la investigación y postular para realizar segunda etapa del proyecto.