"Mientras más tiempo pasa, más me doy cuenta del potencial del Itata"
Un poco de dulce y agraz es el balance que arrojan los tres años de trabajo en la Viña Cucha-Cucha. Es que si bien los resultados son positivos en cuanto a producción y calidad de sus mostos, el propósito de instalar al Valle del Itata como una zona donde confluyen los mejores vinos de Chile no ha logrado prender del todo.
Así lo siente Patricio Middleton, gerente de la Viña Cucha Cucha, bastión vitivinícola de la empresa Arauco. "Aquí no se trata solo de hacer un buen vino, sino de construir un proyecto basado en la confianza que permita ir involucrando a las pequeñas viñas, porque mientras más tiempo pasa, más me doy cuenta de las potencialidades del Valle" dice, y aclara que "el trabajo que hemos comprometido con todos los viñateros que han querido sumarse lo hemos cumplido".
En relación a avanzar a ese proyecto integral dice que por ejemplo en la Autopista del Itata no hay letreros que muestren a los miles de automovilistas que transitan a diario por allí que en esta zona están los mejores vinos de Chile, además de las artesanías de Quinchamalí o el aceite de oliva. Y esa no es tarea de los privados, precisa.
El Valle del Itata clama por una mejor conectividad. Hay zonas extensas que no tienen señal de celular, entre Concepción y Nueva Aldea (40 km) hay una sola conexión para ir a las viñas del Itata y hay caminos interiores muy malos. Además, no hay mapas detallados de la zona.
puertas abiertas
"Los diagnósticos, dice, están hechos pero nosotros somos más de concretar las cosas y avanzar, manteniendo las puertas abiertas a todos los que quieran progresar. Está la Mesa del Vino, del Turismo etc. y si bien ha habido logros no han sido todo lo que esperábamos".
Menciona que cuatro centros de acopio cuya construcción comprometió la autoridad funcionan dos: uno en Quillón que ahora está procesando producciones locales y la otra en Guarilihue, conformada por socios, donde hay también diferencias de criterios. Actualmente trabajan con siete viñateros pequeños, que cuentan con 70 etiquetas de 29 productos distintos .
"Si fuimos capaces como comunidad de impedir que se echara abajo el puente Confluencia, por qué no vamos a ser capaces de sacar algunos vicios con el fin de profesionalizar a los pequeños viñateros", señala.
Ejemplo de ello es Álvaro Señor, vitivinicultor de Florida ubicado en el límite sur del Valle, quien desde hace dos años cuenta con enólogos, apoyo de laboratorio, análisis periódicos y embotellado gratuito por parte de Cucha-Cucha que le han permitido mejorar significativamente la calidad de su vino, servicios que por sí sólo no podría costear.
Por lo pronto se ha logrado revalorizar el valor de la uva, que antes era la gran y única meta de los pequeños productores.
Hay dos grandes corredores de vinos nacionales que hoy vienen a comprar uva al Itata, lo que ha permitido abrir el mercado de forma importante.
En la temporada 2015-2016 la uva se pagó entre $70 y $110 el kilo; en la temporada 2016-2017 subió a $160 y $190 y este año está partiendo con base en $190. Hoy el Cinsault puede llegar a pagarse a $500.
"Lo relevante es que el objetivo que nos habíamos propuesto y que era igualar los precios que se pagan en el valle central se ha cumplido; la diferencia que hoy existe es solo por flete", destaca Middleton.
comenzó la Vendimia
Mientras, en la viña la actividad aún no llega a su peak, pero las expectativas son optimistas. Recién concluyó la vendimia de las 10 hectáreas de Chardonnay con una cosecha de 119 mil kilos de las 70 mil que se lograron el primer año (2016) y los 100 mil de 2017.
Y todavía falta llegar a la meta, porque Middleton dice que el nivel normal es de 150 mil kilos para que rente.
Luego viene el resto de las variedades, de acuerdo a su maduración.
"El año pasado aumentamos y llegamos a 1,5 millón de kilos producto de que se recuperó la producción de parras que por años estuvieron en el abandono". El crecimiento gradual de la producción va exigiendo más tecnología. Es así que se trajo una máquina embotelladora que comparten con los siete viñateros de Guarilihue que reciben apoyo bajo el alero de la viña grande a a los que también se les invita a comprar insumos como botellas, corchos, cajas de cartón en conjunto con el objeto de que ellos puedan abaratar costos y mejorar calidad de sus productos.
En la temporada 2016-2017 estos pequeños productores embotellaron 20 mil botellas, las que se suman a las 49 mil propias en cuatro etiquetas.
Estimó que este año los productores deberían ver un incremento de 30% en la producción "y si no la tienen es porque no efectuaron las labores correspondientes a tiempo", concluyó.