Conteo de votos se hizo bajo la atenta mirada de los apoderados de mesa
Eran las 18 horas en punto y las 286 mesas del Biobío comenzaban el proceso de cierre para dar paso al esperado conteo de votos. Minutos antes, los apoderados de los dos candidatos se paseaban por los pasillos de los locales a la espera de iniciar el proceso, mientras los últimos votantes corrían para alcanzar a sufragar.
Durante los días previos al balotaje, y a propósito de las sensibles declaraciones de Sebastián Piñera -que aseguró que durante las elecciones de noviembre hubo votos marcados-, la presencia de los apoderados tomó fuerza para pelear cada voto y velar por la trasparencia del proceso.
En ese contexto, la determinación de los apoderados del Liceo Enrique Molina Garmendia obligó a los vocales de la mesa 19 a recontar y rectificar los votos. Aunque esto no cambió los resultados, los apoderados de la mesa se mostraron satisfechos por la transparencia del proceso.
El hecho ocurrió cuando la apoderada Sandra Carrillo Espinoza solicitó a los vocales que fueran más claros al mostrar el voto para identificar con mayor claridad la tendencia de éstos.
"Es correcto que nosotros tengamos claro cuál voto es de cada candidato y cuál es blanco o nulo. Él (el vocal que hacía la revisión de los votos) se molestó mucho cuando le pedimos que hiciera más visibles los votos y eso generó un poco de problema, pero finalmente accedió a mostrar más los votos", contó.
Finalmente, los vocales tuvieron que contar nuevamente los votos, lo que permitió rectificar los resultados, sumando un nuevo voto nulo a la cuenta. El resultado de la mesa fue: 89 votos para Piñera, 60 votos para Guillier y 3 votos nulos.
La situación se sumó al episodio que ocurrió en Talcahuano, en donde una apoderada del comando de Sebastián Piñera denunció que su voto estaba marcado por el candidato oficialista, Alejandro Guillier (ver nota relacionada).
CUADRAR LOS VOTOS
El primer paso con el que se debe iniciar el recuento de los votos es cuadrar la cantidad de éstos con las firmas que hay en el libro de actas y las colillas que se desprenden de la papeleta. Sólo una vez que esas cifras están en orden, los vocales proceden con el paso siguiente.
Sin embargo, en la mesa 116 del Colegio Biobío la omisión en la firma de uno de los electores de esa mesa complicó que se pudiera avanzar en el proceso de cierre de la mesa. El apuro por la hora, ya que algunos vocales de esa mesa debían viajar a otras comunas de la Región y temían no tener cómo movilizarse hasta allá, tensó un poco más el ambiente al no saber cómo proceder en tal situación.
En ese caso, la principal duda era determinar si se debía o no eliminar un voto para poder cuadrar los registros. Tras varias discusiones, fue la encargada del local, Gabriela Gonzáles Proschle, quien llegó hasta el lugar para poner las cosas en orden e indicar a los vocales cómo debían proceder.
"Había un número de votos mayor a la cantidad de firmas que hay en el libro. Hubo un error, que no podemos identificar si fue de los vocales o de los electores, por lo que procede considerar todos los votos e indicar en el acta de escrutinio la situación que se generó.
Pese a ello, la mayoría de los apoderados de mesa reconocieron que el proceso se realizó con normalidad. Así lo manifestó Pedro Henríquez Zenteno: "El conteo fue tranquilo. No hubo problemas para contar los votos, ni tampoco en que la gente pudiera venir a sufragar. Si bien hubo un par de votos objetados, la tendencia estuvo clara, por lo que no fue necesario pelear los votos, sino que sólo consignar los hechos en el acta".