Matías Ulibarry aporta sus aires santiaguinos al Teatro Regional
Postuló, quedó y no lo pensó dos veces. Matías Ulibarry dejó el ajetreo de la capital nacional para asumir en esta ciudad, la responsabilidad de ser el primer jefe técnico del Teatro Regional del Biobío, que proyecta su apertura, a más tardar, en marzo próximo.
Las funciones que Ulibarry debe desempeñar en el recinto cultural, que actualmente suma un 83,5% de avance, tiene relación con los servicios técnicos que requiere todo montaje para su diseño.
"Mi labor acá tiene que ver con la escenografía, traslado, montaje de iluminación, sonido y tramoya (máquinas e instrumentos con los que se efectúan los cambios de decorado y los efectos especiales en el teatro)", cuenta el especialista en área técnica, que en total suma 13 años de carrera.
Apuntando al profesionalismo del diseño integral, el licenciado en artes pretende depositar en la zona, toda su experiencia santiaguina. "Yo trabajé en el Gam, desde el 2010 al 2012, y luego en Matucana 100, del 2012 al 2016", apunta, quien además cuenta con pasantías en España.
Y aunque no lo dice abiertamente, las palabras de este apasionado por el arte y la cultura, hacen deducir que su propósito actual tiene que ver con lograr grandes cosas en este sitio, que desde siempre, le provocó atracción.
"Me encanta esta ciudad. Venía y me sentaba en la Universidad de Concepción por horas, y me preguntaba cómo este modelo no está en todos lados. Acá se está creciendo mucho y eso me llama poderosamente la atención. Aparte, culturalmente es una región súper potente", indica.
TEATRO DE NIVEL
La motivación que tuvo Ulibarry para decidir partir de cero en la ciudad penquista, por sobre todo, fue el Teatro. El director técnico expresa entusiasmo y ansiedad por lograr un trabajo de calidad, en un espacio cultural que no tiene nada que envidiarle a los de otros lugares del país.
"El proyecto es sumamente importante, porque al igual como en el Gam, la caja escénica, donde ocurre todo, está pensada como un espacio propio del teatro. Vale decir, que en una época determinada los cines en Chile se llamaron teatros. Entonces, todos creían que un cine era un teatro y copiaron mucho ese modelo de auditorio, con 4 o 5 metros de altura y 10 metros de fondo", aclara.
- Yo lo veo súper bien. Tenemos una ficha muy buena. Sí, el teatro está pensado para avanzar. Tenemos una ficha que todavía está en la parte de incandescente y hay que avanzar en cuanto a tecnología, pero eso ocurre en todo Chile. Todos los focos van al Led, tenemos una parte de tramoya automatizada, que en Chile antes se hacían con contrapeso y es sumamente peligroso. Ahora todo está más seguro. Además, tiene dos salas y eso es muy bueno. Para mí la Sala de Cámara es la más entretenida, porque tú puedes modularla y hacer muchas más cosas, aunque no quiere decir que la otra sea menos entretenida. Hay otra parte que a mí me gusta que es la parte de butacas. La distancia que hay entre la última y primera butaca, es súper corta. En otros teatro las alargan mucho y los últimos ven muy poco.
- Los motores están instalados hace muchos meses. Los varales (barras colocada en vertical entre los bastidores de los teatros para poner las luces que alumbran la escena) están esperando que terminen el piso, para instalarlas. La Sala de Cámara ya está casi lista, faltan pequeños detalles, están poniendo los circuitos. Está muy avanzado todo. La iluminación y sonidos, por lo general es lo último que se pone , por un tema logístico.
Tener el tiempo de creación que eso no se da, porque hay muy pocos espacios que reciban a las compañías en esta ciudad. Los artistas llegan a la sala, montan y desmontan en el mismo día. O sea, entras un lunes y estrenan sus propuestas el jueves, entonces todo el proceso creativo que hicieron, tienen para probarlo in situ en un día. Mejora la parte de creación de diseño lumínico, la parte de escenografía y tiempo de duración. Habrá una maduración de las obras mucho más rápida.