El análisis de la presencia de metales tóxicos en aguas subterráneas y suelos es una preocupación constante, tanto para las instituciones sanitarias como para las del sector productivo. Lo anterior, debido a que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha determinado que la presencia de elementos como el arsénico, el cadmio, el mercurio y el plomo puede tener perjudiciales efectos en la salud humana, los que van desde la producción de intoxicaciones hasta el desarrollo de enfermedades mortales.
En el Biobío, particularmente, este tipo de problemas ha sido históricamente común. Sólo en mayo pasado la PDI entregó un informe que indicaba que en cuatro puntos de la comuna de Coronel existía una concentración de zinc, vanadio y níquel un 274% mayor que lo permitido por la ley.
Ello ensalza la necesidad de estudiar de manera regular y efectiva la abundancia de este tipo elementos químicos, lo que hoy es posible tras la apertura del Laboratorio de Fluorescencia de Rayos X de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción (UdeC). Dicho espacio posee en sus instalaciones uno de los equipos de análisis de muestras más potentes del mundo, el que tiene una sensibilidad de una parte por billón (ppb).
Dicha innovación fue traída en base al trabajo colaborativo que hasta la fecha ha llevado a cabo la entidad junto otros planteles de la zona, como son las universidades del Bío-Bío (UBB), Católica de la Santísima Concepción (UCSC), de la Frontera (UFRO) y el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INAI). Lo anterior permitió a la UdeC postular a un Fondo de Equipamiento Científico y Tecnológico (Fondequip) de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) que le otorgó 120 millones de pesos para la instalación y mantención del instrumento.
Al respecto, Claudia Mardones, directora del Departamento de Análisis Instrumental de la Facultad de Farmacia, afirmó que el instrumento no sólo permitirá potenciar el desarrollo de la química analítica de multielementos en la zona, sino que también evitar el uso de otros químicos contaminantes dentro de las investigaciones. Lo anterior, debido a que las muestras pueden ser emplazadas de manera directa en las bandejas del aparato, por lo que no existe la necesidad de acondicionarlas previamente.
"Desde el punto de vista analítico, al no existir etapas de tratamiento, los resultados obtenidos siempre serán más certeros. También destacamos que las sustancias pueden ser analizadas en estado sólido y líquido, lo que sin duda es una ventaja", explicó.
Aplicabilidad
Las aguas subterráneas empleadas en el riego y la agricultura en la Región del Biobío poseen naturalmente concentraciones de arsénico mayores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de que actualmente existen diversos métodos para el abatimiento de este elemento, el alcance de dichos productos está lejos de ser lo suficientemente alto.
Por lo mismo, el realizar monitoreos en torno a la abundancia de metales pesados y minerales en los medios acuosos, el suelo y los recursos naturales resulta sumamente importante a la hora de determinar de qué manera éstos pueden afectar a los habitantes.
En ese sentido, el instrumento adquirido por la UdeC permitirá analizar nueve muestras de manera simultánea, y ejecutar en un periodo máximo de tres horas más de 4 mil 700 análisis. Esto es posible, de acuerdo a Yamil Neira, quien es el investigador responsable del proyecto, debido a que el aparato, que fue construido por la compañía Bruker con una altísima tecnología, puede buscar de forma directa y precisa más de 50 elementos de la tabla periódica. Esto, precisó el académico "debido a que internamente el instrumento posee una especie de robot, que es el que hace todo el análisis, con una manipulación mínima de la muestra".
Lo anterior también podría tener aplicaciones para otros sectores productivos de la zona, como el vitivinícola, ya que las últimas mediciones han demostrado que productos como el vino y el pisco poseen una concentración de arsénico de casi 12 ppb, lo que es dos unidades mayor que lo aconsejado por la OMS. Con el nuevo aparato, dichos niveles podrían ser monitoreados de manera más efectiva.
Por otro lado, el instrumento también posibilitaría la realización de controles de calidad de la mayoría de los fármacos presentes en el mercado, lo que permitiría determinar su inocuidad y efectos para el ser humano.
Neira enfatizó que el contar con estas potencialidades generará a la larga un aumento en la cantidad de publicaciones tanto en pregrado como en postgrado, lo que sin duda, dotará de mayores conocimientos tanto a los docentes como estudiantes.