En 1992, y con el apoyo del Ministerio de Educación (Mineduc), fue que se implementó en el país el Centro de Enlaces. Desde su fundación, el objetivo de éste ha sido mejorar la calidad de la educación mediante el desarrollo de una cultura local enfocada en lo digital, que incorpore el uso de las de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), trabajo que hoy también realiza la Mesa de Formación Inicial Docente con TIC (TIC-FID).

Por ello, tras la publicación en 2013 del estudio "Enfoques Estratégicos sobre las TICs en Educación en América Latina", de la Unesco, los planteles universitarios del país, apoyados por el Mineduc, decidieron modificar sus mallas curriculares, con la finalidad de incorporar el uso de estas herramientas en la instrucción básica de los futuros profesores. Actualmente son 19 los planteles que se encuentran trabajando en esta área.

No obstante, y pese a los esfuerzos, los expertos coinciden en que el avance en la materia ha sido lento y que aún no es suficiente para afrontar los acelerados cambios tecnológicos. De hecho, el Estudio Índice País Digital de este año reveló que, por ejemplo, en comunas como Vitacura, Las Condes y Providencia, el uso de Internet es empleado por el 90% de sus habitantes, mientras que en otros lugares, como Lumaco y Paredones, las cifras llegan a sólo un 18%. Lo anterior posiciona a Chile como uno de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor brecha en este ámbito.

Al respecto, el doctor en Ingeniería Informática de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción (UdeC), Pedro Salcedo, detalló que a pesar de que aún están lejos de generar un cambio cultural, en su institución ya se encuentran tomando medidas para añadir electivos obligatorios de robótica y programación a los planes de estudio de cada carrera. El objetivo, según el docente, es que el uso de la tecnología no se trate de una especialidad, sino que de una competencia básica de los egresados.

CAMBIOS IMPREDECIBLES

El retraso en la implementación de las TIC en el país no solamente guarda relación con un tema de planificación. También va de la mano con el acelerado ritmo con el que cambian los dispositivos y la forma en que la gente interactúa con ellos.

La última de dichas alteraciones estuvo marcada por el uso transversal que hoy se les da a los teléfonos celulares y tabletas. Sin embargo, para Santiago Cabezas, quien es director del área de formación práctica de la Facultad de Educación de la Universidad de Las Américas (UDLA), lo anterior constituye una oportunidad para el sistema escolar. "Los alumnos tienen dispositivos móviles y los saben usar. Ello significa que no habría un costo extra para los establecimientos educacionales si es que decidieran llevar a cabo la implementación de éstos. Por lo tanto, el desafío está en que los profesores y programadores puedan aprovechar esta tecnología en la enseñanza", afirmó.

Adicionalmente, el académico recalcó que existe otro problema, el que está representado por la disyuntiva que existe entre la velocidad de los cambios de las TIC y el tiempo que la educación tarda en adoptar dichas innovaciones. A su parecer, la única forma de reducir esa brecha temporal es que las instituciones estén más atentas, y que busquen la forma de implementar esas variantes didáctica y metodológicamente en el aula de clases.

Siguiendo esa línea, Pedro Salcedo aseguró que el aprovechamiento de los teléfonos permitirá alcanzar uno de los más grandes anhelos del sistema escolar. El académico explicó que "pronto se viene la incorporación de tecnologías inteligentes en las salas de clases. Cuando estás frente a 50 alumnos es muy difícil personalizar, porque haces la clase para el grupo, pero los nuevos sistemas van a permitir mejorar las prácticas pedagógicas, y permitirán enseñar en base a las necesidades de cada estudiante".

APRENDIZAJES

Y DESAFÍOS

Enlaces y TIC-FID organizan anualmente un conversatorio llamado Jornada de Experiencias Pedagógicas TIC en la Formación Inicial Docente, evento que en su versión 2017 convocó a 19 practicantes de las principales casas de estudio del país, quienes compartieron sus vivencias tras aplicar sus plataformas educativas en las aulas de clase.

La instancia, que tuvo como sede a la Universidad de Las Américas campus Concepción, fue organizada con la finalidad de incentivar el uso de la tecnología no sólo en estudiantes, sino que también profesionales en ejercicio. Para ello, la entidad dispuso de una serie de talleres formativos y capacitaciones gratuitas.

Al respecto, Santiago Cabezas, quien estuvo a cargo de la instancia, relató que la idea del encuentro fue acortar los tiempos de implantación de las TIC, mostrando ejemplos exitosos de cómo éstas han sido empleadas en las aulas. "Queríamos mostrar a los profesores que hoy día están en el sistema escolar que se puede usar este tipo de recursos, y que las experiencias expuestas son totalmente concretas y viables", explicó.

Dichos aprendizajes fueron dados a conocer por los ganadores del tercer Concurso de Uso de TIC por parte de Estudiantes de Pedagogía, quienes exhibieron las plataformas que diseñaron, y además relataron sus experiencias al implementarlas en sus prácticas profesionales. Entre las ponencias destacaron "Un viaje virtual: visitando el legado griego", de la Pontificia Universidad Católica, y "Uplazoo: app educativa para la enseñanza del inglés en segundo año básico", de la Universidad de Playa Ancha.

Los docentes que no pudieron asistir al encuentro, pero que tengan interés en aprender más sobre el uso de estas herramientas, pueden ingresar al sitio web de la Udla, donde encontrarán todos los contenidos y ponencias vistos durante la jornada.

Cuando estás frente a 50 alumnos es muy difícil personalizar, porque haces la clase para el grupo, pero los nuevos sistemas van a permitir mejorar las prácticas pedagógicas, y permitirán enseñar en base a las necesidades de cada estudiante

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), para contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas es especialmente relevante el fomento de los estilos de actitudes saludables. Entre ellos, la práctica continua y sistemática de la actividad física y la alimentación son ejes fundamentales en la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades crónicas no transmisibles, pues contribuyen a controlar factores de riesgo, prevenir la obesidad y el sobrepeso, mejorar el funcionamiento respiratorio, muscular y circulatorio, además de favorecer la sanidad mental y el desempeño académico. De esta forma, el ejercicio y la nutrición equilibrada favorecen el desarrollo integral y el funcionamiento óptimo durante los primeros años de vida.

En esta línea, se ha evidenciado que los niveles de práctica física son menores de los que serían convenientes para obtener beneficios para la salud corporal y psicológica en los niños, encontrando en ellos problemas de sedentarismo o de inactividad, similares a los de los adultos.

Considerando lo anterior, el rol de motivación e incentivo de los agentes sociales más próximos, donde encontramos a los progenitores y educadores, puede injerir positivamente en la adquisición de actitudes saludables en la etapa escolar. Tanto padres como madres inciden en el nivel de actividad física de sus hijos. Este efecto es mayor en la edad de educación primaria que en la adolescencia, e incluso algunos autores indican que este efecto decrece con el tiempo. De ahí la relevancia de resaltar la influencia que ejercen las figuras parentales y colegiales durante los primeros años de vida.

Esta injerencia en la adquisición de hábitos saludables puede ser: deliberada, con acciones y mensajes directos por parte de los padres y educadores, acerca del rol protector y beneficios de la alimentación y el ejercicio físico para la sanidad y el desarrollo; y no deliberada, en las continuas e incontables situaciones y acciones en que los niños observan o interactúan con sus modelos. Esta influencia no intencionada ayuda a reforzar los mensajes entregados conscientemente, entregando coherencia entre lo exigido a los menores y lo realizado por los adultos al respecto.

De esta forma, la injerencia y motivación de los mayores son significativas en el comportamiento imitativo de los más pequeños, los que reproducen las conductas observadas y repetidas de su ambiente, priorizando aquellas valoradas por sus seres queridos, familiares, profesores y amigos, especialmente en las edades tempranas.

Por lo tanto, si esperamos que los jóvenes tengan hábitos saludables, debemos comenzar por adquirirlos nosotros. En simples palabras, si no queremos niños sedentarios y consumidores de gaseosas y comida chatarra, debemos los adultos realizar actividad física y alimentarnos correctamente, consumiendo agua, frutas, verduras, legumbres y pescados, para que así nuestros hijos puedan tener una mejor calidad de vida.

Pablo Luna,

académico de

Pedagogía en

Educación Física,

Universidad San

Sebastián (USS).