El mundo de la gastronomía cada día está más diversificado. Así como existe comida japonesa, pizzas o sándwich para reparto, un par de amigos vio un nicho importante para dar otra cara a las pastas.
Si bien en el Gran Concepción existen algunas tratorías, no había la forma de disfrutarlas al paso y de manera rápida. Es por ello que un par de amigos vio una oportunidad y se lanzó con la idea de que la gente pasara, comprara spaguetti, ñoquis o ravioles y se los pudiera ir comiendo mientras camina a casa o al trabajo.
Así nació "Walking pasta", una de las unidades de negocio de la naciente empresa penquista "Walking food" fundada por el chef Néstor Santillán y su socio diseñador gastronómico, Jorge.
El primero comentó que un amigo en común los juntó y comenzaron a esbozar algunas ideas de diseño y él se encargó de la parte alimenticia. En ese proceso llegaron a un cono, tomado como referencia de los helados. Con eso lograron una base y que en el fondo es el plato del restaurante. "El recipiente debe ser bonito y creemos que el cono pega harto y además técnicamente conserva bastante el calor de la pasta", especificó el profesional.
Además, estima que la salsa se puede mezclar de muy buena forma con los productos, lo cual es parte del secreto.
OPTAR
Néstor había tenido dos locales antes relacionados con la gastronomía, intentando dar con algo que pegara y ahora se atrevió con las masas, pues apuntaba a una nueva propuesta para la calle, porque actualmente en la ciudad, y en realidad en todos lados, son los emparedados o los sushi los que abundan, pero cree que en algún minuto la gente va a optar por la gourmet.
En el caso de este emprendimiento, que está ubicado en Freire con Galvarino, se trata de pastas hechas en casa, con salsas exclusivas y a un precio que compite con un sándwich. "Un cono tiene un valor de $3.000 y contiene medio kilo entre la salsa, la pasta y el trozo de pan que también es hecho por nosotros. Alguien se lleva un plato de buena calidad, con ingredientes de primera y de la zona", aseguró Santillán.
Aparte de todo esto, la clave está en la rapidez con que tienen listo un cono. Pueden sacar 4 en 12 minutos, es decir, es comida rápida o si se quiere compararlo, están bajando un producto que al comerlo en un restaurante italiano puede salir $7.000 y se le agrega un vino puede subir a $10.000 o más.
Incluso, según el experto, han recibido muy buenas evaluaciones de otros chef, lo que refleja que a un bajo precio la gente puede disfrutar de un alimento de categoría. A modo de ejemplo, están haciendo unos ravioles con morchela de Chaimávida e instaurarán el "día de ñoqui" con algunos productos regionales. Los mariscos que utilizan en las salsas no son comprados en el supermercado, sino que son adquiridos en las pescaderías o en la Vega. O sea, agregó el chef, apuntan a rescatar el sabor del Biobío, pues en el fondo están a la mano, por lo que sería absurdo usar congelados.
SPAGUETTI WESTERN
Como todo está dentro de un concepto, los conos tienen los colores y formas de los clásicos manteles a cuadrillé rojos, que es ícono en el mundo de las pastas. Además, expuso Santillán, captaron que cuando se habla de tratoría se asocia a Italia y El Padrino, la nona y otras cosas. Pero para "Walking pasta" se enfocaron en los "spaguetti western".
Es así que aparte de crear el personaje "Clin is good", a las salsas, de elaboración propia, las bautizaron con nombres de la película Django. Bajo esa idea, por ejemplo el condimento de tomate, cebolla, vacuno y magro lo llamaron "Bromhilda", y al de queso mantecoso fundido y orégano le pusieron "Cadie".
Néstor, quien es chef hace 20 años y es docente en el Santo Tomás, está optimista con la propuesta, porque lograron un producto y un diseño que los tiene bastante contentos no solo desde el punto de vista gastronómico, sino que también de elaboración.
En esto, junto a su socio Jorge, están muy sorprendidos, ya que pese a que llevan poco más de dos semanas con la idea operativa, les han preguntado acerca de la opción de franquiciarla y empezar a crecer por esa vía. Es más, remarcaron que están trabajando con un equipo jurídico para llevar adelante este sistema.
Sobre esto, creen que sería una muy buena oportunidad de expansión, sobre todo porque la calidad de la comida no se perdería, porque mantendrían la elaboración propia, con la idea de que quien tenga la franquicia no solo tendrá el derecho de usar la marca, sino que, además, de emplear esos productos.
"Nosotros tenemos diseñado nuestro proceso para que sea lo más licenciable posible, porque esto apunta a que sea un desarrollo lo más amplio posible, para que el operario no sea sometido a una capacitación muy acabada", recalcó Néstor.
Ahora, esto no se queda solo en el local, ya que pronto habilitarán un triciclo como los de helados que tendrá los conos listos, calientes, y hará una ruta fija. Tendrá un teléfono de contacto para que quien desee algo, llame y lo puede ubicar o pasar a dejarlo a algún punto. "No descartamos a futuro un delivery, pero queremos darle un estilo ecológico al sistema, pues queremos diferenciarnos del resto", comentó Jorge.
DÍA DEL ÑOQUI
Actualmente trabajan en la cocina con la chef especialista en tratoría Jocelyn Ferreira, a quien se suma Ricardo Sobarzo, de la misma profesión y Rodrigo Sánchez. Incluso están pensando un tercer turno para ampliar el horario de atención.
Están en un proceso de marcha blanca, afinando detalles, pidiendo la opinión a los clientes y con la implementación, desde el 1 de septiembre, del "Día del Ñoqui" el primer viernes de cada mes. A esto se suma la habilitación del salón "Candiland", que será solo para comer en el mismo lugar. "Queremos entregar un espacio cómodo donde los clientes puedan degustar tranquilos. No es un restaurante, solo un lugar especial, porque el formato cono permite disfrutar donde sea", remarcó Néstor.
Fue un trabajo de dos meses en que crearon todo, porque muchas veces, como apreció Néstor Santillán, el mundo gastronómico descuida la presentación y en eso la labor de Jorge ha sido importante para que la experiencia de disfrutar masas sea completa.