Bondades nutricionales posicionan a la leche materna como el mejor alimento
Los primeros siete días de agosto fueron los escogidos, en 1992, por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef para promover, proteger y también respaldar una acción tan natural como fundamental para la vida de un ser humano: la lactancia materna.
La Semana Mundial se celebra en más de 170 países, donde Chile no es la excepción, con distintas acciones que apuntan a sensibilizar y educar en torno a los beneficios de la leche materna, fomentando la lactancia con el objetivo de mejorar la salud de los bebés, debido a las inigualables características nutricionales de este alimento.
Así lo sostiene la nutricionista Alejandra Pereira, coordinadora del Área de Fomento y Promoción de Salud de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo, apuntando que "la lactancia materna tiene un papel fundamental en los primeros mil días de vida, ya que permite otorgar al recién nacido el mejor y más completo alimento durante sus primeros meses. Es por ello que la OMS recomienda y promueve la lactancia materna exclusiva hasta los primeros 6 meses y luego tanto como la madre y el niño lo deseen, idealmente hasta después de los 2 años, como complemento lácteo".
TODOS LOS NUTRIENTES
Afirma que entre los beneficios de la leche materna está, en primer lugar, el entregar todos los nutrientes que un bebé necesita, aportando las calorías, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales que son necesarios para un incremento de peso, estatura y desarrollo óptimo. Añade que este alimento también contribuye a formar la microbiota intestinal, regulando así la función de la barrera del intestino. "Además, refuerza el sistema inmune del bebé, protegiendo contra enfermedades como infecciones respiratorias, oído, gastrointestinales y alergias", detalla.
Para profundizar respecto al papel de los nutrientes contenidos en la leche materna, destaca que "la proteína de la leche humana está compuesta en un 40% de caseína y 60% de proteínas del suero, lo que facilita la digestión. Aún cuando la leche materna posee la concentración más baja de proteínas, es la cantidad adecuada para el crecimiento óptimo del niño".
lactobacillus bifidus.
En cuanto al hierro, si bien la leche humana contiene cantidades pequeñas al compararla con la de vaca, la absorción de este nutriente es mayor, lo que contribuye a evitar el desarrollo de anemia en los lactantes. Sobre esto, la nutricionista precisa que la absorción de hierro es 48% a partir de la leche humana, mientras que de 10% y 4% en la leche de vaca y fórmulas comerciales, respectivamente.
A FUTURO
Desde lo expuesto, vale la pena ahondar en los efectos nutricionales positivos a largo plazo de la alimentación con leche materna en los primeros meses de vida, pues permite un mayor control del peso y reduce el riesgo de obesidad a futuro, comenta Alejandra Pereira.
En este sentido, otro punto importante de considerar respecto a la lactancia materna es que sus efectos futuros no sólo son favorables en la esfera nutricional.
Así, la profesional destaca que permite un mejor desarrollo dento-maxilo-facial del niño (succión, deglución, respiración) y que favorece el desarrollo intelectual, ya que el bebé es más activo, tiene mejor desarrollo psicomotor y una mayor capacidad de aprendizaje.
Se debe relevar, además, su rol a la hora de crear y fortalecer el vínculo. "Se destaca el apego, construyendo lazos afectivos en el binomio madre-hijo, lo que asegura protección en este perIodo crítico del desarrollo de los inicios de la vida y que favorece la adaptación y el aprendizaje en las conductas iniciales, y el desarrollo de los sistemas vinculares, esenciales para la supervivencia y convivencia de los individuos y la cohesión de sus grupos sociales", explica la académica.
BENEFICIOS PARA LA MADRE
Lo planteado por la nutricionista Alejandra Pereira, deja de manifiesto que las bondades de la lactancia materna no sólo benefician al lactante, sino que también a la mujer en periodo de amamantamiento; efectos positivos que suman y siguen para la madre.
"La succión del bebé permite la contracción del útero y facilita su retracción, reduciendo el riesgo de hemorragia post-parto. Además, retarda el retorno de la fertilidad y ayuda a recuperar el peso antes del embarazo (pregestacional)", especifica Pereira. Sobre esto, aclara que "aproximadamente un tercio de la ganancia de peso producido durante el embarazo (4 a 5 kilogramos, corresponde a tejido graso, cuya finalidad sería contribuir al gasto energético que provoca la lactancia). Después del primer mes post parto, se pierden alrededor 4 kilogramos, hasta recuperar el peso preconcepcional. No es recomendables bajas importantes de peso, la pérdida de debe limitarse a medio kilo mensual en mujeres con peso normal y un kilo al mes en aquellas con exceso de peso".
Añade, además, que la lactancia natural juega un papel en la prevención de patologías oncológicas, tanto el cáncer de mama pre menopáusico y el cáncer de ovario.
Por último, destaca que se trata de una forma de alimentación práctica que no es sólo saludable, sino que económica y totalmente sustentable para las familias.