En seis años embarazo adolescente en la Región se reduce a la mitad
Desde 2010 a 2016, más de 28 mil adolescentes (hasta 19 años) del Biobío han ingresado al programa prenatal que tiene el sistema público de salud para su atención.
Si bien, la cifra se puede considerar alta, ya que representa el 14% del promedio de casi 30 mil embarazos anuales en la Región, el número de casos en este grupo etario ha ido cayendo en los últimos años.
El año pasado los servicios de salud (Concepción, Talcahuano, Biobío, Ñuble y Arauco) registraron 2.543 ingresos de embarazo adolescente, siendo la mitad de los que hubo en 2010.
La baja sostenida en los últimos años se refleja principalmente en los periodos 2014-2015 y 2015-2016, donde la cifra de casos, en relación a años anteriores, cayó en más de 600. Además, la información da cuenta que del total de casos registrados desde 2010, un total de 1.313 (4,7%) corresponden a menores de 15 años.
RAZONES DE LA BAJA
Son varios los factores que influyen en esta disminución. Andrea Urzúa, presidenta del Colegio de Matronas y Matrones Regional Concepción, cree que una de las razones es el aumento de las consultas y cobertura del profesional de matronería para ver temas de salud sexual y reproductiva, que incluye la paternidad responsable.
La profesional también mencionó el mayor acceso a la información de métodos de cuidado como otro factor que ha influido en el descenso de los embarazos en adolescentes.
"También se han gestionado centros de salud más amigables, con horarios extendidos y más flexibles para los adolescentes. Antes, muchos no iban porque la atención no estaba diferenciada por grupo etario (…), les daba miedo encontrarse con la vecina o un familiar. Ahora en ese horario es sólo atención para ellos, incluso pueden ir con una amiga o con sus parejas, sea el caso", contó la dirigenta y profesional del Hospital Clínico Regional Guillermo Grant Benavente.
Para el matrón y académico de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián, Jonathan Vásquez, la promulgación hace siete años de la ley 20.148, que fijó normas sobre información, orientación y prestaciones en materia de regulación de la fertilidad, también ayudó a reducir el embarazo en estas edades.
El docente contó que uno de los aspectos que se fortaleció con la política de Estado es que se mejoró la coordinación entre salud y educación a través del programa "Joven Sano".
"Permitió un acercamiento y trabajo colaborativo de ambos sectores de forma transversal. Esto debe ser fortalecido, colocando énfasis desde la educación preescolar", sostuvo Vásquez.
La presidenta del Colegio de Matronas, además, contó que la modificación legal que permite que menores de edad puedan recibir anticonceptivos sin la autorización de los padres, ha ayudado.
"Antiguamente, hasta los 18 años tenían que ser autorizados (por los padres), incluso para realizarse el examen de VIH, pero ahora tampoco se necesita la autorización de los papás para eso. Siendo mayor de 14 años, pueden decidir ellos mismos. Eso ha flexibilizado el sistema", declaró Urzúa.
A estos aspectos normativos, Urzúa sumó que los padres están más activos en la crianza de sus hijos, reconociendo que conversar de educación sexual es una forma de prevención de las gestaciones no planificadas.
PÍLDORA DEL DÍA DESPUÉS
Si bien ambos facultativos sostuvieron que la denominada "píldora del día después" ha tenido un impacto, éste ha sido mínimo. Principalmente, porque en un inicio no se entregaba en todo el sistema público y porque éste no asegura una planificación efectiva del embarazo.
"No todos los centros de salud la entregaban, de hecho eran muy pocas. En la mayoría sólo daban la receta (…), y por el alto valor comercial, no era accesible para toda la población", recordó la presidenta del Colegio de Matrona y Matrones Regional Concepción.
Entre 2012 y 2014, en la región se entregaron más de 6 mil de este tipo de anticonceptivos, de los cuales el 30% fue prescrito a adolescentes.
El académico de la USS enfatizó que si bien hubo un aumento de solicitudes tras incluir la prestación y acceso a la píldora, son "los profesionales relacionados con la salud sexual y reproductiva los que efectúan acciones preventivas efectivas y no reactivas".
Para los profesionales, una de las acciones que permitirían una baja mayor de los embarazos adolescente es la inclusión de matrones al sistema educativo, ya que sería un espacio donde los menores tendrían confianza de consultar sobre sexualidad.
"Esa medida favorecería la salud pública. Esto, porque concentraríamos esfuerzos en el nivel primario de prevención (…). La manera más efectiva, a nuestro parecer, es el acompañamiento o tutoría continua en salud, donde la relación profesional usuario esté basada en la confianza mutua y en el acercamiento hacia los escenarios cotidianos de nuestros usuarios", comentó Vásquez.
Para el académico, el trabajo que se puede hacer para la reducción del embarazo adolescente permitirá también disminuir la tasa de deserción escolar, favoreciendo el egreso de la educación secundaria y el acceso a la educación superior. Por lo tanto, aseguró, ayuda a bajar el índice de pobreza y eleva los estándares de capital cultural en la población joven.