Harry Potter, a 20 años de su debut, ¿fomenta la lectura en los niños?
Chile es el país de Latinoamérica que menos lee voluntariamente, de acuerdo al último estudio de la Unesco sobre el libro y la lectura: sólo un 7% de los encuestados afirmó leer recreativamente, en comparación al 70% de Argentina y al 47% de Brasil. Sin embargo, el éxito de fenómenos que abarcan la literatura, el cine y la televisión, como "Harry Potter", "Juego de tronos" o "Los juegos del hambre", han logrado grandes cifras de ventas durante los últimos años. Por ejemplo, la historia sobre el joven mago, que recientemente cumplió 20 años desde su primera publicación, ha vendido más de 450 millones de ejemplares en todo el mundo.
"Es conflictivo discernir qué tipo de (hábito de) lectura se construye, porque el sentido del consumo está muy presente", afirmó la responsable del diplomado de "Literatura para infancia, adolescencia y juventud", de la Universidad de Chile, Anahí Troncoso.
oportunidad
Para la académica este tipo de sagas no son comparables, ya que apelan a públicos y géneros distintos, pero sí han atraído a muchos niños, adolescentes y jóvenes a la lectura, tornando a algunos asiduos a este hábito, y otros que recién con esas obras se acercaron a los libros.
"Las sagas apelan generalmente a grandes metarrelatos que motivan a los chicos y chicas, los entretienen, y ese acercamiento a la literatura es, desde mi perspectiva, una gran oportunidad. Esto no porque los jóvenes quieran consumir más obras, y por lo tanto los índices de lectura se multipliquen, sino porque leer literatura es una oportunidad para comprender nuestro mundo y atrevernos a transformarlo", dijo Troncoso.
reducción a resultados
El mismo análisis de la Unesco señaló que los chilenos en promedio leen 5,4 textos al año, pero ante los índices de lectura, la docente de la Universidad de Chile llamó a la cautela "hay que preguntarse qué es lo que miden exactamente esos índices, ¿masividad?, ¿palabras por minuto?, ¿qué es lo que queremos medir realmente y para qué?".
Troncoso aseguró que el problema no se encuentra en si más gente lee o si la lectura se masifica o no, sino de que la literatura sea comprendida como un derecho cultural que se debe promover, cuidar, pero nunca imponer. "Creo que a la escuela como institución le falta mucho en este aspecto, porque el sentido de la lectura está muy reducido a resultados, evaluaciones, al desarrollo de competencias y no al diálogo crítico y reflexivo".
Por ello, afirmó, muchas veces libros como Harry Potter no son vistos como un material pertinente para los colegios, sin visualizar los grandes conflictos que se presentan en esas novelas, como la crítica al tema racial.
"Cuando les negamos a los chicos y chicas que incorporen sus lecturas al aula, aquellas que a ellos les hacen sentido, les negamos la posibilidad de diálogo", explicó la académica.
"La lectura literaria habilita un espacio para conocer y mirar nuestro mundo desde un lugar diferente. De esta forma podemos repensar nuestra historia, nuestros conflictos y nuestras relaciones", agregó.
lugares donde se lee
Los datos del organismo internacional ubicaron a Chile como el lugar donde menos se lee en casa y más en las salas de clases y trabajos, ya que sólo un 56% de los encuestados dijo leer en su hogar, contra el 93% de los brasileños y el 80% de los peruanos.
Esto señaló concordancia con el 35% de los lectores nacionales que dijo tener este hábito por razones académicas, un 26% para informarse y un 12% para perfeccionarse laboralmente.